Gracias al boom de los automóviles eléctricos, el litio ha pasado a la primera plana de los medios, pero hay varias cuestiones a esclarecer respecto a este mineral, por ejemplo, ¿es tan sostenible como dicen? ¿Hay suficientes reservas para varios años? ¿Es una futura burbuja? Responderé todas esas incógnitas en este artículo.
Litio, el oro blanco
El litio se extrae principalmente de Argentina, Bolivia y Chile, en la región conocida como el triángulo del litio. Su valor es de 42.600 dólares por tonelada, lo que le ha valido el apodo de oro blanco. También se extrae en Australia, China y en menor medida en Alemania, Congo y Canadá.
Como he mencionado, este recurso brilla en el mercado porque es el principal elemento de las baterías, que están compuestas por una carcasa, un sistema de gestión de batería, un electrolito, un separador y la parte más importante, las celdas de energía que pueden estar compuestas de litio junto a aleaciones de cobalto, grafeno o manganeso.
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¿Cuál es el impacto ambiental de este negocio?
El litio requiere de mucha agua dulce para su lavado y evaporación, necesita aproximadamente de 15.000 litros por día. Es por eso, que las comunidades andinas se han quejado en los medios de comunicación locales. Aseguran que las empresas consumen tanta agua que algunos lugares se están secando y que, muchas veces, el agua se termina salinizando (si es que no se contamina con algún tóxico) y se vuelve imbebible. Además, los restos que quedan luego de la extracción pueden ser contaminantes para el suelo, el agua, la flora, la fauna y la vida humana.
Otro factor relevante son las gigafactorías, ya que muchas dependen de energía eléctrica y combustible para desarrollar las baterías. Algunas trabajan con energía solar y eólica, pero la mayoría depende de las fuentes de electricidad tradicional. Por lo tanto, las que no utilizan fuentes sostenibles son grandes generadoras de CO₂.
Según los especialistas, hay reservas de litio para los próximos 60 años si es que no se descubren nuevas fuentes de este elemento. Sin embargo, advierten que de no emplear fuentes de energía alternativa, las redes de electricidad pueden llegar a colapsar al ser usadas para la recarga de millones de vehículos.
El cobalto, el socio irremplazable del litio
Este mineral es esencial para los autos eléctricos, ya que potencia las propiedades del litio, que es el recurso fundamental en las baterías. En enero de 2018, el cobalto llegó a valer 93.000 dólares por tonelada, aunque actualmente cotiza a 34.600 dólares. Aun así, supera, por mucho, los 1.900 dólares del valor del oro. No debemos olvidar que el cobalto es un elemento costoso y contaminante.
La principal fuente de extracción de este recurso ocurre en la República Democrática del Congo, una región muy inestable. Es importante tener en cuenta que aproximadamente 40.000 niños trabajan en minas de cobalto, realizando jornadas laborales de 12 horas por solo unos dólares (muchas veces, obligados por las milicias de la zona). Por lo tanto, cuando vayas a comprar un auto eléctrico, piensa dos veces si estás beneficiando al planeta.
Este mercado carece de muchas regulaciones y se está trabajando para darle un marco legal, no obstante, las principales marcas del mundo afirman haber tomado medidas moderadas para reducir su dependencia de los proveedores de cobalto, aunque muchas no han aportado datos para descubrir a las personas que extraen y ofrecen ilegalmente este recurso.
Muchos fabricantes están intentando disminuir su dependencia del cobalto mediante aleaciones de cobalto, litio y níquel, y así reducir la cantidad proveniente de África. Hasta ahora, han logrado resultados modestos. Es por esto que los fabricantes están explorando la posibilidad de comerciar con China, la segunda fuente de cobalto en el mundo, y buscando alternativas de extracción en Australia y Canadá.
Según un informe de la Universidad de Massachusetts, hay reservas de cobalto suficientes para los automóviles eléctricos hasta 2030.
¿Qué depara el futuro?
Por lo que he analizado, hay suficientes reservas de estos minerales para crear celdas de energía para automóviles eléctricos para los próximos siete años con el modelo de fabricación actual. Es por ello, que las compañías están desarrollando nuevas baterías que funcionan con litio y azufre, y nuevos motores con hidrógeno.
En conclusión, producir baterías para los autos eléctricos no es tan sostenible como dicen, pero sin duda es un negocio muy rentable en el corto plazo, un plazo que puede extenderse si logran resolver la dependencia al litio y al cobalto. Caso contrario, en pocos años nos encontraremos con una nueva burbuja económica. Por otro lado, yo mantendré un ojo en el petróleo, cuyo precio no ha sido afectado por esta moda y que, en un futuro cercano, podría volver a subir.
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