Nombre: Azucena Cendejas
Qué quería ser de mayor: no lo recuerda, pero su madre le dice que quería ser ama de casa.
Ocupación actual: manager de producción y calidad en una empresa del sector de la moda
Una frase: ¿Por qué trabajar bajo presión, si podemos trabajar bajo pasión?
Azucena no es simplemente diseñadora de vestidos de novia. No es simplemente una mujer que los diseña y los cose a mano. Es un arquitecta de la moda que como faro tiene la sostenibilidad. Compagina las 40 horas semanales como manager en una empresa del sector de la moda con el proyecto que ha hecho que decidamos hablar. Cuando llego al café donde hemos acordado, ella ya está dentro y me recibe con una amplia sonrisa y un gesto amable, amabilidad que intuyo que lleva aplicando a su trabajo desde que lo comenzó. «Creo que nunca he sido nada parecido a ama de casa, y nunca he deseado eso», así termina su respuesta al qué quería ser de mayor. Hablar de vestidos de bodas es hablar de bodas, de fotografía de bodas, de redes sociales, y de cómo se entromete la tecnología hasta el punto de estropear un evento importante. Cosas que suceden en las bodas… off the record.
Vestidos de novia. A día de hoy… cuéntame un poco.
¿De dónde sale?
Sí.
Bueno, pues empecé hace 16 años, una cosa así. Cuando era adolescente empecé a estudiar corte y confección a medida para hacerme yo mis vestidos, porque me gustaba. Y ahí fue como, después del instituto, ya empecé a enfocarme. Tuve idea de estudiar ingeniería industrial porque el dibujo técnico y todo eso me encanta, pero a la vez como afición llevaba lo de la confección a medida; pues empecé a interesarme mucho por la moda, que siempre me había gustado. Y empecé a interesarme sobre todo por lo que es la prenda, la prenda, el patronaje… así es como empecé a estudiar modelismo e indumentaria.
Hay gente que ve la moda, la prenda como un símbolo, es decir: “Yo me pongo esto, me representa”, ¿Tú cómo lo ves?
Yo, fíjate, yo la prenda… Yo tengo una parte muy técnica de la prenda. Entonces siempre la he vivido desde un desguace, desde un punto de vista muy arquitectónico.
Desde la arquitectura ves la ropa, qué bueno…
Sí, pero sí que es verdad que a base de trabajar en el mundo de la moda y trabajar con diseñadores empiezas a comprender que en el fondo la ropa es una manera de comunicarte, y es una manera de ser tú mismo. Entonces empezando desde esta parte arquitectónica he llegado digamos hacia una manera de representarte con los demás.
Y cuando hablamos de lo que se considera el evento más importante de la vida de muchas mujeres, que es la boda, desde tu punto de vista (que es diferente, dado que tu diseñas vestidos de boda), ¿a qué “te enfrentas” a día de hoy?
A lo que me enfrento a día de hoy, y es una cosa que me he dado cuenta haciendo análisis, es a una mujer que quiere estar ese día lo más guapa posible y quiere ser ella misma, que quiere ser diferente, porque si no se compraría el vestido en una tienda estándar, y sobre todo, quiere ser especial y no estar disfrazada.
“En el fondo la ropa es una manera de comunicarte, y es una manera de ser tú mismo.”
Ella misma, ser diferente, ser especial, no estar disfrazada, verse lo más guapa posible… madre mía, ¿no es esto pedir la luna a veces?
(Risas) yo creo que es posible, es posible. Lo más importante es hacer un trabajo con la otra persona para conocerla, porque es verdad que hay mujeres que tienen muy claro lo que quieren, pero hay muchas otras que no tanto. Entonces el trabajo por mi parte más interesante es trabajar con ellas para sacar lo que realmente sueñan, y como quieren verse ese día.
Entonces les haces preguntas, les muestras dibujos…
Primero lo que hago es hablar con ellas, es muy importante tener detalles de qué tipo de boda es, sobre todo que las cosas de la boda que tienen claras me las cuente, saber qué tipo de boda, como conocieron a su pareja, investigar sobre la persona. Entonces ellas me van mandando ideas yo les voy mandando ideas; y empieza a haber una comunicación de qué quieren ellas y qué cojo yo de todo lo que me comunican.
Entonces, con todos estos datos ya haces tú el vestido…
En realidad lo que intento es que sea una creación entre las dos.
Qué bueno…
Sí, no es que yo le hago un dibujo y le digo: “Este es tu vestido”, sino que es más bien una relación entre las dos. Entonces me gusta ir a ver las telas con ellas, que ellas las vean, que las sientan… Los tejidos son muy importantes, a veces pasa que una novia se enamora de un tejido y se cambia el diseño totalmente porque se ha enamorado del tejido y pide otra cosa…
Wow.
(Risas) sí, esas cosas pasan.
Tú seguramente tratarás con los que se llaman planificadores de boda, los Wedding planners…
Sí, incluso hice un curso para conocer un poco más todo esto porque sin querer he hecho a veces de Wedding planer. No montando toda una boda, pero si empiezas a preguntar cosas y preguntas: “¿Y tienes esto?”, “¿Y tienes fotógrafo y tienes maquilladora?”, y al final, como te interesas por todo lo global, pues sin querer les solucionas otras cosas, no solo el vestido.
¿Dirías que, al igual que los planetas y la Tierra giran alrededor del sol, la boda gira rededor del vestido, o de la novia?
Depende de la novia. Hay novias para las que el vestido es lo máximo, y hay otras para las que no. No para todas las novias el vestido es lo más importante…
Hombre, yo creo que más importante es el matrimonio y el marido, y que dure el matrimonio…
(Risas) eso está claro. Hay mujeres que le dan más importancia al sitio, al ambiente, a la música… Entonces hay personas para las que es más primario vestido y hay personas para las que es más secundario.
Y el estrés en las bodas…
Eso pasa en todas.
¿En estos años están más estresadas las novias ahora o están igual de estresadas que antes?
Ahora hay más estrés. Sí, porque ahora yo creo que por cómo vivimos la vida general, y las bodas en particular, las novias ahora están interesadas en todos los detalles. Entonces ahora las bodas son muy diferentes que hace 10 años o hace 15. Hace 15 años la gente iba un salón de bodas, o a una finca y era como: “Bueno, que me lo monten todo, tal, tal, tal… todo me valía tal cual estaba”. Ahora quieren que todo sea diferente, no es más que poner en Pinterest “novias”, y es como: “El cartel que no sé qué, la limonada, el cubito…”, y todo muy personalizado, todo muy al estilo de ellos. Entonces antes era: “Bueno, escojo un sitio que tenga un estilo que me gusta y ya está”. Ahora es cada detalle, yo creo que eso se lleva hasta al vestido.
“A veces pasa que una novia se enamora de un tejido y se cambia el diseño totalmente porque se ha enamorado del tejido.”
Cuéntame de todo el estrés antes de las bodas, te acuerdas de alguna boda especialmente que hayas dicho: “Esto es para la historia”…
Tuve una que lo fue especialmente para mí, no tanto para ella pero si para mí. Fue una novia con una talla bastante grande. Yo nunca había hecho una novia con una talla 56, tenía muy buenas proporciones, pero tenía muchas inseguridades ella. Entonces hasta el último momento yo no estaba segura de si todo estaba bien. Fue la única novia por la que me estuve muy nerviosa hasta el último momento; yo no la vestí porque se casaba la playa pero al día siguiente la llamé. Yo nunca las llamo, ellas me suelen llamar o mandarme un mensaje, pero a esta la llamé y me respondió contentísima que se sentía muy bien, que a todo el mundo le gustaba el vestido… yo no lo pasé mal por la dificultad del vestido, sino porque hasta el último momento no la veía convencida, y para mí que la otra persona esté convencida de lo que estamos trabajando es vital; es como un proceso, es decir, yo vivo el vestido como un proceso de creación, no creo que sea mío, sino que es una cosa compartida.
Háblame de la Novia Sostenible.
Este es el proyecto en que estoy trabajando ahora. Trabajando tan dentro en la industria de la moda me he dado cuenta de la demanda de una moda más ética, y que en todos los sentidos debemos ir hacia la economía circular. Lo vi muy claro en unas jornadas de moda sostenible a las que asistí justo cuando estaba planteándome más en serio mi propósito de marca y lo vi muy claro, y tan claro que yo sin darme cuenta lo había hecho en ocasiones. Lo estoy enfocando de tres maneras: una es el upcycling, que es trabajar con vestidos antiguos, cosa que ya he hecho en varias ocasiones, siempre lo he hecho con vestidos de las madres de las novias…
Ay, qué bonito…
…Es un trabajo súper bonito, pero ahora estoy trabajando no solamente con vestidos de un familiar, sino con vestidos con historia, y en la medida de lo posible saber qué historia tenía ese vestido, darles una segunda vida. Normalmente se adapta al estilo de la persona, al cuerpo, y que no se vea como un vestido antiguo sino como un vestido actual y del estilo de la persona. Es una maravilla trabajar con estos vestidos, los abres y están hechos de otra manera, cosidos con amor… Otra forma es darle una segunda vida a tejidos que están estancados, almacenados sin usar en fábicas o alamacenes, encajes antiguos… La tercera, creando el vestido de cero en nuestro Atelier pero siempre utilizando materiales sostenibles, tejidos reciclados, orgánicos, elaborados con el mínimo impacto ecológico; por ejemplo peace silk, seda ecológica. Es una seda cruelty free, hace unos años se descubrió que era posible crear seda sin matar a las criaturas que la crearon.
¡Oh, genial! Entonces, para una novia consciente, respetuosa con el medio ambiente, implicada con los animales… tú eres su diseñadora de vestidos.
Pues sí.
Imágenes: Esther Bolekia