- Nombre: Cristina y José Enrique Ramírez
- Qué querían ser de mayores: Cristina ha querido hacer muchas cosas, pero tenía claro que quería dedicarse a continuar la tradición de su padre, porque era muy importante para ella. Y lo tenía muy claro desde el principio. Porque a ella le gustaba mucho conversar con su abuelo, le gustaba mucho lo que le contaba. No le hablaba de guitarra, le hablaba de historia y de muchas cosas. Le gustaba su abuelo y su padre porque eran personas cultas, cultivadas, que eran creadores, y ella quería continuar con eso. José Enrique respondió a su maestra en 1º de primaria que quería ser guitarrero. Y cuando la maestra llamó a su padre para preguntarle sobre el asunto; José IV le respondió “Yo es que soy guitarrero”
- Ocupación actual: Guitarreros
- Una frase: «El escéptico no significa el que duda, sino el que explora o investiga, a diferencia del que afirma y piensa que ha encontrado». Miguel de Unamuno.
Antes de que nada, quiero disculparme por si no resulto ser lo suficientemente sensible. Sé lo mal que sienta ser fan de alguien y admirar su trabajo desde hace años y ver que quien le entrevista, le hace una serie de preguntas que dejan que desear. Aclararé, que en Dévé no hacemos entrevistas, sino Conversaciones, (Conversations).
Los guitarreros Ramírez no son meramente guitarreros. Son una dinastía. El mérito es doble cuando son artesanos desde 1870, y guitarrería desde 1882. El mérito, yendo más allá, se triplica cuando hablamos de 5 generaciones de guitarreros, de cuyas manos se ha colaborado al éxito de Eric Clapton, Mike Oldfield, Paco de Lucía, Vicente Amigo, Mecano, Mark Knopler, Serrat… El taller de José Enrique y Cristina Ramírez es el lugar donde hemos decidido hablar. En parte porque si vamos a hablar de guitarras, uno se inspira más en su lugar de trabajo que en una cafetería. Además, conversar sentados en taburetes es algo más libre. Ojo, hoy somos tres conversando…
Cristina: No es solamente hacer guitarra, sino es mucho más. Es apoyar a la guitarra, apoyar a los músicos, es crear, es el llevar tu propia empresa como quieres.
¿Y cómo se siente una persona que en el colegio dice “yo quiero ser guitarrero”? Que es el único, o uno rodeado de gente que no conoce lo que es ser guitarrero, no sabe lo que es, no lo entiende. ¿En algún momento os sentisteis con la responsabilidad de dar a conocer un mundo que era el vuestro, pero era desconocido fuera?
Cristina: Sí que toca a veces explicar a la gente lo que es el mundo de la guitarra, porque hay gente que piensa que la guitarra son cuatro maderos. Así que te sientes obligado a intentar enseñarles, y que detrás de este instrumento hay mucho trabajo y mucho esfuerzo. Pero como en todo en la vida, te encuentras a gente que lo valora, gente que lo mira, que te pregunta… Y no tienes que estar tú detrás de ellos, sino que ellos empiecen a preguntarte porque verte les empuja a preguntar. Ya no eres tú el que siempre se tiene que esforzar en explicar.
«Estás explicando
por qué una guitarra
cuesta 8000€ y no 300″
La música que se toca con guitarra es muy amplia, no todo el mundo conoce que con esta guitarra se pueden tocar muchas músicas. Normalmente lo relacionado con el flamenco con la guitarra clásica. Y muchos jóvenes no están atraídos por ese mundo. Entonces, te toca explicarlo de un modo un poco alternativo, un poco fuera de los tiempos. Estás explicando por qué una guitarra cuesta 8000€ y no cuesta 300. Por qué no entienden.
Cuando empiezas a explicar, como dice Enrique, lo que es este mundo, empiezan a sentirse atraídos y empiezan a preguntar. Pero en principio les parece un mundo muy ajeno a lo que suelen vivir, y mira que hace muchos años era un mundo que estaba muy integrado dentro de una sociedad. Pero poco a poco, nos hemos ido yendo a lugares distintos, y este tipo de negocios se quedan como islas.
Entonces, sí que tenemos una responsabilidad también de dar a conocer que este es un mundo muy rico y que la música que sale de la guitarra es muy especial, muy rica; que una guitarra española tiene un sonido muy particular, un sonido que no te va a dar ni una guitarra acústica ni una guitarra eléctrica. Que no es ni mejor ni peor, sino que es diferente. Es una responsabilidad que tenemos, de proteger y defender de alguna forma los de negocios tradicionales, los negocios hechos a mano frente a lo que está hecho en serie.
Sí, lo en serie, lo industrializado que ya ha perdido ese punto de exclusividad.
Cristina: Sí eso también tiene que existir, son cosas distintas.
Claro, tiene que existir, pero no a costa de lo otro.
Cristina: No a costa del otro, y sobre todo que esto se valore. Que porque te puedas comprar una guitarra de 60 €, no valores una de 8000. Eso no me vale. O sea, yo creo que el otro tiene que existir, porque evidentemente no le vas a dar una guitarra 8000€ a una persona que acaba de empezar a tocar la guitarra. Pero sabiendo qué es una cosa y la otra.
Lo de qué te hace apostar por la guitarra no hace falta que te lo pregunte porque ya es evidente…
(Risas)
¿Tú eres José V?
José Enrique: Sí, porque me pusieron José.
¿Pero tú eres José Ramírez V?
José Enrique: Sí, es la quinta generación.
Cristina: Amalia sería Amalia primera, y yo sería Cristina primera.
José Enrique: La historia es que, como se repetían los nombres, porque a veces sí que es verdad que es complicado decir primero, segundo… Pero en realidad es porque todo se llaman igual. Entonces si no los numerabas no se sabía de quién estabas hablando; si del fundador, del hijo, de nieto…
Hombre, por mucho que te diga alguien que es pedante, yo en este caso lo considero necesario. Por el hecho del respeto por el trabajo que hizo el primer José, el segundo, y tercero. En mi opinión, el hecho de poner nombres a las cosas y con esas nomenclaturas e insistir en ella, crea una cultura a tu alrededor.
José Enrique: Es que separar es importante además, porque cada uno es un mundo. Todo está relacionado, pero también hay cosas que pasaron en una época, entonces tienes que separarlas.
Aquí en Dévé se habla mucho de liderazgo, de management. A día de hoy en las empresas y en los medios están buscando ejemplos de culturas de empresa de éxito. Entonces, yo he visto que vuestro ejemplo tiene una gran lección de cultura de empresa. ¿Qué es lo que hace que una persona decida seguir el legado de su padre? Y que quiera hacerlo frente a otros casos de hijos que dicen “ay es que mi padre es médico pero yo no quiero ser como mi padre, quiero ser abogado”. Pero en este caso, vosotros decidís que queréis ser. ¿Qué crees que se hizo para que vosotros decidierais continuar con el negocio? ¿Lo habéis mamado en casa? ¿Os han hablado de ello? ¿Os traían al taller?
José: Lo más importante es que no te obligan. Eso es lo más importante. Entonces, nuestros padres de pequeñitos nunca, nunca, nos trataron para que siguiéramos en la empresa. Ellos querían que fuéramos libres. Él nos animaba a que viéramos otras cosas. De hecho, somos cuatro hermanos, y los otros dos no se dedican a esto. Es un poco esa libertad la que te da la oportunidad de valorarlo. Sin ir por esa obligación moral de que si no lo hago a mi padre no va estar orgulloso. Conozco amigos que han tenido que ser una procesión “porque su padre hace eso y ellos tienen que serlo”.
«Lo más importante es que no te obligan.
Eso es lo más importante».
Cristina: Lo más importante para nuestro padre era que miráramos fuera de este mundo. El mundo de la guitarra es un mundo muy pequeño, si tú aprendes de otras disciplinas, las otras disciplinas las puedes traer aquí. Y puedes tener un mejor resultado en algunas cosas. Y de alguna forma notábamos el orgullo que tenían por nosotros al continuar con esto. Entonces, nosotros ya estamos orgullosos de continuar con este legado y seguir adelante; no es algo que sea habitual. Es prácticamente como un hijo, hay que cuidarlo como hay que ayudarle a crecer…
Cierto, cierto. Según el leído, tú compaginas Derecho…
José Enrique: Acabé hace años. Bueno, cuando estaba en bachillerato, tenía la intención de estudiar farmacia. No podía hacer una carrera de ciencias porque pasaba todo el día en la facultad. Elegir una carrera que es una práctica pero no estás pensando en ejercer como abogado era por elección personal de estudiar. Busqué algo que fuera un poco práctico, como el derecho. Yo no estudié la carrera como los que tenían que aprobar. Para mí fue una experiencia muy buena que me daba otra forma de pensar.
Viste la carrera como una buena herramienta para seguir tu verdadera vocación.
José Enrique: Sí, y como algo más personal.
Es curioso. Extraordinario. Yo he visto gente de “ay, mi padre es ingeniero —yo soy ingeniera de caminos— mi padre es ingeniero, mi abuelo era ingeniero…”
(Risas)
Y yo también (risas). ¡Vale! Pero hay vida más allá de eso, y de tener que estudiar una carrera.
José Enrique: No, pero te ayuda mucho estudiar una carrera…
Cristina: Te da conocimiento. Y lo más importante en esta vida es el conocimiento. Creo que ser inquieto y mirar otras disciplinas te ayuda a avanzar. Por ejemplo, nuestro abuelo tuvo muchos contactos con químicos, con físicos y todo eso lo llevo a avanzar dentro de su trabajo. Entonces, en el mundo somos muchas personas y esa colaboración, mirar en otros sitios, creo que a todos nos hace avanzar. Si Ramírez solamente se quedara en lo que muchos se quedan, que es hacer una guitarra tal cual, que suene y ya está… Bueno, pues a lo mejor no seríamos Ramírez ahora.
Sí, y veo que habéis hecho varios modelos de guitarra, uno que me llama la atención es el de celebración de los 125 años.
Cristina: La de los 125 año es el modelo de estudio. La guitarra artesanal se llama Aniversario. La que hacemos en taller se llama Aniversario, que está completamente hecha mano, que la roseta la tienes aquí.
«Cuando la compraron dejaron las entradas,
por si queréis ir a nuestro concierto.
Y cuando miraron eran Supertramp.»
Seguramente aquí os han pasado muchas cosas. Por favor me contáis una anécdota que sea decir «esto es para libro de historia»…
Cristina: La de Fogerty.
José Enrique: John Fogerty, el guitarrista de Creedence, que estuvo aquí. Había uno de los chicos que trabaja con nosotros que se volvió loco, pareció una quinceañera.
La Conversation se intercala con demostraciones del taller, y con otras anécdotas con otros cantantes y guitarristas que hemos decidido de mutuo acuerdo mantener en la confidecialidad.»
¿Sí?
Entonces, poder trabajar en un sitio y estar en contacto con este tipo de músicos… Y hay una que a mí me gusta mucho, yo no estaba ese día; fue la tienda que estaba apunto de cerrar y vinieron unos chicos que querían comprar una guitarra y que por favor que no cerraran y que habían venido desde muy lejos y querían comprar la guitarra. Al final dijeron «bueno, vale». Estuvieron con ellos probando, tocando y finalmente compraron la guitarra. Entonces cuando la compraron dejaron las entradas “por si queréis ir a nuestro concierto”. Y cuando miraron eran Supertramp.
¿Que Supertramp estuvo aquí?
José Enrique: Bueno, aquí no, en la tienda.
Bueno, la tienda…
Cristina: Allí más actuales… No sé si conoces el grupo de jazz Andrea Motis.
«Tienes que saber de todo;
en un negocio familiar sabes de todo,
y estar en todo así, que no hay puestos».
Yo conozco poco, pero tu cuenta que nuestros lectores seguro que sí.
Cristina: Vinieron al taller y nada, vino una chica muy jovencita, el guitarrista y el manager, que era su padre, y nada, se presentaron; pero no sabíamos quiénes eran y se pusieron a cantar. De nuevo, nos dieron entradas para concierto y desde entonces tenemos una relación de amistad con ellos.
Si es que estoy segurísima de que es por la calidad. Cuando hay calidad, uno llama a otro…
José Enrique: Hace poco nos vino un cliente que dijo “quiero un golpeador como este”, y nos enseñó la foto que era de una guitarra de Leonard Cohen con una Ramírez de los 60.
A continuación, hablamos un tiempo sobre la relación entre el almacenaje de la madera de las guitarras, el secado, y el sonido de las mismas y su precio. Y la conversación se va a la gestión de los negocios familiares, en los que se hace de todo.
La grandeza de los negocios pequeños. Que estás en todo.
Cristina: Evidentemente, no es tan aburrido como los otros. Pero me hace gracia cuando te llaman por teléfono te preguntan “define tu puesto” y dices “¿perdón?”
¿Eeeeh? (Risas)
(Risas)
Sí, porque estamos acostumbrados a decir yo soy no sé qué. Yo entro a las nueve, salgo a las seis y estoy todo el día haciendo lo mismo durante X años hasta que me aburro.
José: Si te pillan un día en la tienda dicen ¿entonces eres tú eres el que está en la tienda?” y digo “bueno, sí”. Cuando estoy en el taller me preguntan “¿eres tú el del taller? Es verdad que alguna cosa la dominarás mejor, depende.
Cristina: Tienes que saber de todo; en un negocio familiar sabes de todo, y estar en todo así, que no hay puestos.
Mejor.
José Enrique: Ni horas.
(Risas)
Cristina: Ni fines de semana.
José Enrique: Cuando te gusta lo que haces, es verdad que puedes echar de menos ver a los amigos. Pero el hecho de estar en tiempo trabajando, no estás igual un sábado por la mañana diciendo “uf, es sábado y me toca trabajar”. No, estás metido en tu mundo y dices «uf, me tengo que ir a comer».
Pero a ti no te quema.
Cristina: No, te puedes quemar de situaciones que son injustas. Por ejemplo, nosotros de lo que nos quejamos es de que hay poco apoyo a este tipo de negocios, que son artesanales, centenarios que son parte de la historia de Madrid. Hay poco apoyo a los guitarristas, que al fin y al cabo son nuestros clientes. Eso es de lo que nos quejamos. Esas cosas te dan mucha rabia. No te importa invertir tiempo y energía porque te gusta mucho. Pero muchas de las cosas también te entristecen, lo que pasa es que tienes que seguir adelante porque si te paras en eso, no consigues hacer nada
Yo supongo que también ver la gente que viene, que lo aprecia…
José: Hay uno de los momentos que pasa y dices “me encanta lo que hago”. Fue el caso de la mujer que vino a comprar una guitarra de estudio económica, pero le dieron a probar una guitarra profesional y la mujer empezó a llorar.
Oh…
José: Sí, empezó a llorar y que no la soltaba y dijo que se la llevaba.
Cristina: También la gente que viene de lejos y dice que es un sueño estar aquí.
Fotos: Esther Bolekia