Inicio Conversations Lucía Sanagustín: “Al pensarlo, era evidente, el periodismo iba mucho conmigo”

Lucía Sanagustín: “Al pensarlo, era evidente, el periodismo iba mucho conmigo”

 

Nombre: Lucía Sanagustín
Ocupación: Periodista de RTVE
Qué quería ser de mayor: Directora de cine
Libro: Americanah – Chimamanda Ngozi  Adichie


Quizás una de las entrevistas que más me he reído. Lucía es espontánea, divertida y apasionada por lo que hace. Todo lo que cuenta lo dice con una gran sonrisa en la boca. Tiene conversación para rato. De hecho, la tentación es publicar todo lo que hablamos; pero no sería cuestión de hacer una Conversation demasiado larga. O sí…

Me has dicho que querías ser directora de cine de adolescente, ¿cómo acabas en periodismo?

Pues llega el momento de escoger qué carrera estudiar antes de hacer la selectividad y ahí cambié de idea. En ese momento disfrutaba mucho de las clases de filosofía, tanto que pensé en hacer filosofía; sin embargo mi padre me dijo “¿estás segura hija? No sé si tiene muchas salidas…”. 

Me gustaba mucho y sacaba muy buena nota; pero claro, me hizo dudar… Entonces, él me dijo “a ver Lucía, ¿qué te gusta hacer?” y yo “escribir”. Entonces sentenció “¡pues a periodismo!”. Y yo le hice caso. 

Luego en periodismo la verdad es que muy bien. ¡Acertó! [Risas]

Entonces, tu padre es buen consejero. ¿Te da muchos consejos o fue una cosa puntual?

En ese momento no sabía qué hacer y me mostró algo de claridad. Más tarde, al pensarlo, era evidente, el periodismo iba mucho conmigo. Luego entré en periodismo y dejé de escribir. [Risas] 

¿Tanto te gustaba escribir?

Sí, escribir me gustaba y me gusta mucho. Yo ya escribía cosas en mi casa y todo. En el instituto había un concurso de escritura, siempre me presenté. Lo gané varias veces. También escribía textos para mí y bueno, incluso había una revista en Sant Cugat (localidad de Barcelona) donde publiqué varias cosas. 

Fui con un relato y el tipo de la revista “no, esto no”. Fui con otro, “no, tampoco”. Y así insistí varias veces hasta que le presenté uno mejor y, a partir de ahí, empecé a publicar algunas cosas. Era una revista muy alternativa, gratuita con un formato así, alargado, tengo todos los números en casa.

Y una vez empiezas la carrera, ¿qué tal? ¿Cómo te cambia?

El primer año me marcó, hice un viaje de colaboración con periodistas a México y ahí me di cuenta que también me gusta mucho la cooperación internacional. Trabajar en el terreno, viajar por lugares distintos. Es una cosa que he ido persiguiendo, me gusta y ya, lo ideal, algo vinculado a los derechos humanos.

Buena época para viajar y descubrir qué te gusta…

La verdad es que a partir de ahí empezó mi etapa viajera. Por ejemplo, unas amigas y yo nos tiramos un mes viajando por Marruecos. Yo no había estado nunca y descubro una cultura nueva, algo diferente. Está muy cerca de España y es súper distinto y eso me gusta, descubrir cosas diferentes. Me gustó mucho, fui varias veces.

«A mí es que me gusta que hablen otra lengua. Intento viajar a países que hablen otro idioma.»

Te llamó el contraste.

Sí, no sé, el contraste de culturas, además en Marruecos la gente es muy amable, muy cercana. Por un lado veía similitudes con mi cultura; pero también un contraste evidente. El viaje a México me había encantado; aunque no me marcó tanto. A mí es que me gusta que hablen otra lengua. Intento viajar a países que hablen otro idioma.

¿Por qué?

Me resulta como un reto más, aprender algo nuevo, a comunicarme de forma distinta… Supongo que me gustan los retos difíciles. Por ejemplo, fui a ver a mi hermana, en Chile, y de ahí nos fuimos a Perú. Hacía muchos años que no viajaba a un país de lengua española y yo “¡pero qué fácil! Si puedo hablar con la gente de los mercados y yo toda la vida complicándome… ¡Es mucho más fácil que hablen español!” [Risas] 

Supongo que me gusta lo de aprender lenguas y se aprende mucho de la cultura. Me gusta el buscarme la vida, escuchar una lengua que no entiendo, fijarme más, por ejemplo con el árabe. Aprendes mucho. Entiendes otras cosas.

Claro, el idioma modifica la forma de percibir nuestra realidad. Estuve con unos alemanes el otro día que decían que los españoles nos pisamos mucho al hablar. Les choca. 

Por lo visto, tal como es la construcción en alemán, las frases no acaban de tener sentido hasta el final, cuando aparece el verbo. No tienen más remedio que esperar, y claro, eso debe marcar su forma de relacionarse…

Sí, sí, y luego además, con el árabe aprendes mucho sobre España, sobre tu propia cultura. Hay un montón de cosas que vienen del árabe. La etimología de muchas palabras del castellano te sorprende. 

¿Hablas árabe? 

Sí, puedo hablar pero me cuesta un poco entenderlos, sería como un nivel A2. Sobre todo cuando volví de Jordania, ahora he perdido mucho. Es como ir al gimnasio, si no vas muy a menudo…

¿Cómo uno acaba estudiando árabe?

De casualidad porque una amiga mía leyó una frase en árabe, “esto significa tal” y yo me quedé maravillada. “¡Yo quiero aprender!” Y entonces me apunté a un curso aquí, en la Casa Árabe de Madrid. Más tarde, fui a Jordania a aprenderlo mejor. Al final leer es lo más fácil, eh. Son 29 letras, como nuestro abecedario. 

Eres una caja de sorpresas, hablábamos de tu gusto por escribir de adolescente ¡y acabo descubriendo que hablas árabe! [Risas] 

Por cerrar temas, ¿al empezar periodismo dejaste definitivamente de escribir?

Pues, mira, ahora que he estado unos meses en Jordania, he aprovechado para volver a escribir y estoy escribiendo un libro. Todavía no sé cómo va a ir pero tenía ganas de escribir algo. No sé, cuando estuve ahí, me sentí súper relajada y es cuando tuve tiempo para mí y me puse a escribir y me emocioné. No es algo muy profundo, es mi experiencia allí; pero poniéndole un poco de literatura a través de mujeres que conocí. A través de ellas se expone mi experiencia en Jordania. 

¡Oh! ¿Primera novela?

[Risas] Sí, eso parece. Es una historia a través de esas mujeres; pero intento irme de los estereotipos. No es “sufren porque llevan velo…”. No. Es algo más normal. 

Cuéntame el proceso creativo. Muchos autores hacen un mapa mental, crean los perfiles de los personajes antes de la trama… ¿Cómo es el tuyo?

No está siendo así en este caso. Yo lo empecé yendo a cafeterías después de estudiar árabe. Y entonces, cuando acababa las clases, porque mi profesora era muy exigente, tenía que estudiar un montón. Aprendí mucho pero era un poco duro. Entonces iba mucho a las cafeterías y un día me vino la inspiración y me puse a escribir. Nada, 4 frases. Y me gustó tanto, me sentí tan bien, que continué. 

¿Todo el libro ha sido escrito allí?

Bueno, estoy en ello, al volver lo estoy continuando. La mitad del libro lo escribí allí, la otra mitad ahora. Me lleva más tiempo sacar huecos aquí.

Me interesa, ¿eres de las que revisa los textos una vez pasa un tiempo?

Pues mira, ahí escribí los primeros capítulos. Aunque el primero no me acababa de convencer, seguí escribiendo. Continué sin parar hasta volver a España. Y luego me he leído el primero y no me ha gustado nada. Lo estoy reescribiendo.

Claro es que esto pasa, tu contexto, tu forma de ver el mundo, cambia con el tiempo…

Y, a la hora de escribir, también me influyen un montón los libros que voy leyendo.

En cuanto al estilo de escritura, ¿cuál es el tuyo?

Pues supongo que depende. Depende de lo que leo. En esto que estoy escribiendo diría que un estilo fresco, al estilo Elvira Lindo. Me gustan frases más cortas, más directas, tiene un punto como cómico y con situaciones ridículas…

O sea, ¿muy autobiográfico? 

¡Eh!  Bueno… Algo sí… [Risas] 

Algunas cosas la verdad es que sí, son cosas que me pasaban y valía la pena añadir.

«A mí el trabajo me tiene que gustar. Tengo que disfrutar de lo que hago, si no, lo dejo.»

¿Fue de un día para otro esto de escribir? O tú ya tenías ahí…

No, yo antes ya decía quiero escribir algo y no sabía de qué. Durante mucho tiempo intenté hacer un voluntariado y escribir sobre ello. Sobre la experiencia, pero no pude. Al cabo de un tiempo, por otro orden de cosas, me fui a Jordania y olvidé la idea del libro. Una vez allí, mira, me volvieron las ganas. De todos modos, ya hacía un año o así que yo estaba en plan “yo quiero escribir”…

¿Con algún objetivo?

No, no tengo un objetivo concreto, escribir me relaja, me considero una persona creativa y no sé, me apetecía escribirlo y ya está. Pero bueno, en un futuro me gustaría que lo lean mis amigos cercanos y mi familia. 

Me gusta esta faceta tuya de escribir, ¿has tenido bloqueos de escritura? Entiendo que no tienes la presión de una fecha para terminar…

No tengo una fecha; aunque no quiero que se eternice. Mi idea es que sea corto, 130 páginas como mucho. De momento no me ha supuesto mucho sufrimiento. Lo que sí me está siendo más costoso es rehacer el primer capítulo. Casi prefiero empezar de cero; porque me es más fácil eso, que revisarlo y ajustar.

¿Has tenido el miedo a la página en blanco?

No, yo empiezo a escribir y una cosa me lleva a la otra… Por ejemplo, puedo empezar escribiendo “el sol salió a las 5 de la mañana” y a partir de ahí ya voy viendo a dónde voy. Porque luego igual eso no se queda; pero ya tengo un punto de partida. 

Lo que sí es cierto es que, a medida que voy escribiendo, me aparecen ideas y las apunto para incorporarlas más tarde. En plan “no me puedo olvidar de esto”. Luego, hilo un tema con otro para que quede bien enlazado. 

Porque ¿sabes los libros que ponen estos 3 puntos y luego te cuentan otra cosa? No quiero que sea todo así, porque es como muy fácil pasar de un tema a otro. Me gusta la idea de que esté todo más entrelazado.

«Que me deje las cosas muy claras y que me dé una justificación. Esto sí o no y el porqué. Yo también soy profesional, tengo un criterio y si me lo justifican, compro.»

 

¡Que me cuentes esta faceta tuya de escribir me encanta! Lo que no querría dejar esta Conversation sin saber cómo es tu relación con el trabajo, la Lucía profesional.

A mí el trabajo me tiene que gustar. Tengo que disfrutar de lo que hago, si no, lo dejo. Supongo que le puede pasar a todo el mundo. Yo no puedo estar en un trabajo que me aburra. 

Otra cosa fundamental es que tenga un componente humano, que tenga contacto con la gente. Esas son mis premisas: que me divierta y el contacto con la gente.

¿Y cómo es tu relación con los jefes?  Tienes algún estilo de liderazgo que te guste más, menos…

Mi jefe actual por ejemplo, es un jefe que a lo mejor parece algo distante, pero como tiene tan claro lo que quiere y cómo dirigir un programa, me inspira. Dirige muy bien al equipo, sabe cómo transmitirlo a cada uno, cómo escoger los temas, cómo organizarlos… Me parece que lo hace muy bien; es capaz de sacrificar la cercanía o un trato más personal, para un bien común y encontrar un resultado bueno. 

Entonces, si yo me planteo buscarte un jefe ahora, ¿tiene que ser alguien que te deje las cosas muy claras? 

Sí, que me deje las cosas muy claras y que me dé una justificación. Esto sí o no y el porqué. Yo también soy profesional, tengo un criterio y si me lo justifican, compro. Me tiene que convencer. Me lo tienen que creer. Si me dicen las cosas con un porque sí, pierdo la confianza y no le doy credibilidad. Ni hago lo que me piden. Me anula. 

¿Y cómo es tu relación con los compañeros de trabajo? 

Yo evito mucho los conflictos, lo reconozco, me cuesta decir no a veces. Con los compañeros me llevo muy bien. Creo que soy buena persona [risas].

También lo preguntaba porque hay personas así de yo con los compañeros de trabajo no trato mucho los temas personales…

Bueno, en mi caso somos muchos y da pie a diferentes relaciones, algunos más de colegas, otros más serios, con quien tienes una relación más formal. En la TV siempre se dice que hay mucha competencia, afortunadamente en mi trabajo no sucede y tenemos muy buen ambiente en la redacción. En otros lugares hay más presión. Me pasó una vez en un trabajo donde salí mal parada quizás por esa competencia; aunque creo que ya no me pasaría, era muy joven, estaba aprendiendo…

¿Tienes trucos para mejorar eso, lo de poner límites cuando es necesario? Ya no solo en lo profesional, también en lo personal…

Mira antes tenía el fin de semana ocupado de plantes, cenas, salidas… Al final no podía más. El día tiene 24 horas. Ahora me he dado cuenta que quedarse en casa, dándote un tiempo para ti, descansar, ver una película o leer también es un plan. Algo necesario. Eso también debería contar como plan, ¿no? 

Pues dices, lo siento, ya tengo otra cosa… ¿Es eso crecer y ser ya un adulto? [Risas]

Sugerencia de presentación: Girls Just Wanna Have Fun – Cyndi Lauper

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Consultor de estrategia empresarial y Mentor de artistas. He trabajado en entornos altamente cambiantes y competitivos en el mundo de los negocios, y he visto lo mejor y lo peor del ser humano. He comprobado que el cómo se hagan las cosas es tanto o más importante que el fin en sí mismo; y que el llamado éxito sólo se da gracias a la libertad de mente y espíritu. Fan de Bunbury y coleccionista de relojes.

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