La cosmética natural está en auge. El uso de ingredientes de origen vegetal en los productos para cuidar nuestra piel es tendencia. La filosofía por el respeto al medio ambiente y lo ecológico, se está imponiendo en la actualidad en todas las empresas cosméticas. Prueba de ello es, que la mayoría de las firmas cuentan con una línea de productos enfocada a este sector.
Paquita Ors es una firma de cosmética española natural pionera en el fondo y en la forma de concebir sus productos. El uso de las plantas con fórmulas innovadoras, acompañado de un particular y riguroso asesoramiento al cliente, han logrado reafirmar el éxito que la acompaña desde sus inicios.
Jerónimo Ors, actual director de la firma, hijo de Doña Paquita la fundadora, cuenta cómo se forjó la idea y esta forma de entender la cosmética.
“Nosotros en cosmética somos una de las empresas más innovadoras que hay”

Esta marca nació cuando su madre, licenciada en farmacia, empezó haciendo cremas en los años 50 de forma artesanal en su farmacia ubicada en una humilde zona de Valencia. Observó que su clientela, que trabajaba principalmente en el campo y en los astilleros, tenía muchos problemas de piel motivados por la exposición al sol y los duros trabajos manuales. Sumado a que no había prácticamente remedios para solventar estas necesidades, decidió poner en práctica sus conocimientos. Su madre había estudiado en la carrera de farmacia, al igual que él estudió después, la especialidad de Farmacognosia, que es cómo extraer de las plantas los principios activos. Tenía claro que tenía que hacer productos muy efectivos pero de bajo coste. La variedad de la flora valenciana ayudó a que pudiera crear estas primeras cremas elaboradas de una forma totalmente artesanal.
Al casarse se fue a vivir a Zaragoza. Su marido, al igual que la mayoría de la época no quería que trabajara cuando nació Jerónimo. Ella, mujer de fuertes convicciones feministas, defensora de sus intereses e inquietudes, rompió con la norma imperante y retomó su trabajo de farmacéutica, esta vez en Zaragoza. Al finalizar los estudios de farmacia Jerónimo y ponerse a trabajar en la farmacia con su madre, retomaron las viejas fórmulas iniciales que años antes ya habían tenido una gran acogida.
«Nuestra cosmética es muy potente y al mismo tiempo es una cosmética social»
«Decidimos partir de eso y ampliarlo. Fue una época muy bonita porque estábamos en una farmacia en la que había dos auxiliares y, yo estaba dentro fabricando las cremas y ellas fuera vendiendolas. El concepto básico es que los laboratorios grandes no usan productos muy potentes porque no pueden controlar a quién se da y nosotros vimos que, igual que en la farmacia uno que tiene la tensión alta no entra en la farmacia y coge lo primero que se le ocurre, sino que hay un farmacéutico y un médico que le asesoran sobre lo qué usar y hay un doble filtro para controlar lo que se toma, aquí lo mismo, sabíamos que teníamos que hacer cosméticos mucho más potentes y efectivos , pero diagnosticar la piel, saber a qué piel se daba y en qué momento. Eso supimos que funcionaría muy bien porque era de verdad, honesto y serio. Así empezamos”, comenta.
«Afortunadamente tuvimos mucho éxito. En un principio empezamos en la farmacia donde había unas colas tremendas en Zaragoza, luego ya hicimos un pequeño laboratorio, después otro laboratorio más grande. Siempre con la idea de no crecer tampoco mucho. Llegó un momento en el que hasta nos ofrecieron entrar en grandes superficies. Queríamos un laboratorio pequeñito con lotes pequeños, pocos conservantes, un producto muy fresco y que el precio fuera asequible para todo el mundo. Digamos que nuestra cosmética es muy potente y al mismo tiempo es una cosmética social para que todo el mundo pueda permitírselo. Realmente seguimos con la misma filosofía, nuestros clientes son desde personas que trabajan limpiando casas a personas que vienen en coche con chófer a comprar»
Háblenos del producto.
Nuestros envases son discretos. Lo que pone bien la piel es la crema no el envase. La crema tiene que funcionar. Nosotros no hacemos publicidad , todo se basa en el boca a boca. La piel cuando la pones bonita, se nota.
Ahora trato mucho la piel de jóvenes abogadas, economistas de grandes despachos. Están todo el día juntas y ven que la piel de unas mejoran y claro, se van contando el secreto unas a otras. Seguimos nuestra filosofía, pero innovamos todo el tiempo. Nosotros en cosmética somos una de las empresas más innovadoras que hay. Cada vez aparecen más cosas debido al avance de las investigaciones.
¿Ha crecido la preocupación por el bienestar de nuestra piel y nuestro aspecto? ¿Sigue habiendo tantas diferencias en el uso de cremas entre hombres y mujeres?
Todo el mundo quiere tener un aspecto agradable. Pasan varias cosas: hoy en día el mercado laboral es muy competitivo . A partir de los 50 casi estás fuera y la forma de evitarlo es tener un buen aspecto. Y la gente se ha dado cuenta de que cuidarse es una forma de estar más integrada en la sociedad.
Los hombres también se cuidan mucho. Siguen teniendo un ritual de belleza más pequeño que el de las mujeres, pero son más conscientes, ya no tratamos solo problemas de piel por el afeitado y calvicies. Empezamos hace ya muchos años cuidando la piel incluso de los políticos con productos para la época de campaña electoral. Tenemos un producto especial, un suero tensor para usar en el último mitin de la tarde, que deja una piel luminosa y tersa…
La piel es el órgano que más terminaciones nerviosas tiene del cuerpo humano y donde el estrés se nota más. Ahora hay un nuevo perfil de mujer joven profesional entre 25 y 45 años, con unas jornadas de trabajo muy amplias, que no quieren engordar, van al gimnasio, pero tienen muchos problemas de piel y pelo. Tenemos un nuevo sector que antes no existía, con unos problemas cada vez más importantes.
¿Qué les diferencia de otras firmas?
Lo que nos diferencia de otras firmas es la potencia del producto. A nosotros no nos da miedo que el producto sea muy potente. A las grandes firmas les preocupa más que, aunque no vaya muy bien, tampoco vaya mal. En cambio nosotros controlamos todo el proceso. Desde que se desarrolla una crema, se fabrica, hasta el último punto que es, que alguien viene a una de nuestras tiendas pidiendo consejo y nosotros le indicamos lo que necesita exactamente, bien sea porque está estresada, porque tenga un cambio hormonal, porque ha roto con su pareja y tiene la piel fatal, etc.

Otra cosa que nos hace ser más eficaces que los demás, es que un laboratorio normal testa una crema en 20 o 30 personas. Aquí primero mi madre y yo, y ahora sólo yo , todas las tardes veo en torno a 50 personas y si he tenido el día de consulta completo llego a ver unas 80, como ayer. Entonces nosotros vemos todo el tiempo hasta donde llegan nuestras cremas y cómo mejorarlas un poco más. Eso hace que todo esté en continua evolución y que no sea un producto cerrado. Vamos desarrollando cremas según los perfiles de las personas y si no tenemos cremas que cubran un perfil, las desarrollamos.
Ahora afortunadamente tenemos una gran ventaja que antes no teníamos y es que tenemos acceso a plantas infinitas. Cogemos de cada hábitat las plantas que necesitamos.. Mi madre empezó con la huerta valenciana y ahora tenemos acceso a plantas de todo el mundo. Por ejemplo, lees un estudio sobre el uso en medicina tradicional china, de una planta de Honduras que se llama Calaguala y tiene unas determinadas propiedades. Pues la pedimos y la probamos. Tenemos una crema que se llama de Calaguala y así un sinfín de ejemplos.
La firma cuenta con varias tiendas distribuidas por todo el territorio nacional. El personal que las atiende está altamente especializado en el análisis y diagnóstico de la piel, si no es el mismo Jerónimo el que atiende. Tiene también página web, que permite un diagnóstico inicial al rellenar unos cuestionarios establecidos dependiendo del producto que queremos adquirir. A través de la web compran principalmente personas que ya conocen su tratamiento porque han acudido a consulta y de ésta forma les puede resultar más cómodo las reposiciones. Jerónimo nos revela que a veces atiende por vía telefónica, consultas de clientes que se han ido a vivir al extranjero y siempre les sigue aconsejando según sus necesidades. El asesoramiento al cliente no se detiene nunca.
«Fuertes convicciones femeninas» quiere decir «fuertes convicciones feministas» porque, de otra forma, la frase no tiene ningún sentido. Ridícula fobia a llamar a las cosas por su nombre. Dejando eso de lado, la firma es maravillosa.
Muchas gracias por habérnoslo notificado, muy amable, lo corregimos. ¡Un saludo!