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Breve análisis de conceptos trillados: el “éxito”

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Tengo el número suficiente de acontecimientos fuera de serie para poderme permitir una  revisión (más) de conceptos trillados de la era moderna (lo digo como si yo fuera de la era antigua). Hace unos meses lo hice y saqué un estúpido diccionario de Linkedin. No obstante, hay un concepto que en ese momento quedó fuera y hoy ya no es que toque hablar de él, sino que no hacerlo es una crueldad.

Necesito hablar del éxito como concepto.

En teoría hay libertad de expresión para definirlo, pero como todo últimamente, llega tres gurús, lo definen según les da, y los demás les replican. Además, desde que el término español se convirtió en una pseudo traducción del inglés «successful», se nos fue de las manos.

Que es el éxito, comencemos por ahí .

«El éxito es tener lo que la sociedad valora» y me dijo Jesús Alcoba en una conversation. Buena idea para empezar. En la caja de «lo que la sociedad valora» hemos pasado de lo básico (tener un trabajo estable, casarse…) a «tener poder» y «ser influencer». Me temo, por otro lado, que en el ritmo vertiginoso de vida hay gente que no ha conseguido definir su idea de éxito —tampoco les han dejado, tampoco han tenido la oportunidad de saber que podían hacerlo—; de modo que ha hecho como todos los demás (yo incluida): elegir entre el catálogo de hitos de vida los que más llamaban la atención e ir a por ellos como se pudiera. Quizá por eso, aunque lleguen al éxito, no son conscientes de que están ahí porque nunca lo definieron.  La idea se definió desde fuera, por eso, aunque se interiorizó, no llegó a calar.

Bueno, algo que hemos podido hacer en 2020, para los que hayan encontrado algo de tiempo entre Netflix, Youtube y mirada a Instagram, ha sido pensar. Lo bueno que tiene es que cuando piensas profundamente sales sintiéndote hasta inteligente con pensamiento crítico, superior, ¿sabes? No como  esos que no piensan y se lo creen todo. Lo malo es que pensar puede llevarte a un punto de no retorno del que puedes salir hasta infeliz. Qué es el éxito, no nos perdamos. Pienso que si se hace una relación entre lo ambicionado en la vida y lo conseguido, y medimos la distancia entre lo segundo y lo primero, se logra una idea de éxito. O sea, teóricamente, si aspirabas a 5 cosas antes de los 30 y has logrado las 5, y esas 5 son valoradas por la sociedad, eres una persona exitosa. Y te tienes que sentir pleno y feliz. Por supuesto, la vida no es tan simple. Hay gente exitosamente miserable, y gente exitosa sin méritos. Estos tiempos catastróficos traen como bueno que han hecho calmarse a los motivaos de instagram. Bendito silencio, ahora alguien puede definir su idea de éxito y ponerse a buscarla, ahora que un pequeño virus ha desmentido algunos dogmas.

Puede que buscar o definir la idea de éxito, o reencauzar tu vida tras un reciente batacazo te resulte paralizante por el miedo que da todo esto —y por eso te vengan bien unas ideas y motivación. Si estás leyendo hasta aquí —gracias—, Dévé tiene recursos para quien está dispuesto a invertir más en su bienestar. Como idea: hazte con una entrada a la masterclass por zoom de Julio de la iglesia para aprender a neutralizar los miedos que bloquean y desmotivan, para que nada te pare en la idea de éxito que te has trazado. Es la que te mereces.

(Aunque el mundo diga lo contrario, que eso no te condicione) deja que comiencen los buenos tiempos.

 

 

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Soy Esther Bolekia, ingeniera de Caminos amante de los trenes y del progreso social que traen. Durante los últimos diez años he sido escritora a tiempo parcial de artículos apasionados por las dinámicas humanas que analizan las leyes no escritas del mundo personal y corporativo. Hoy dirijo Dévé, donde también escribo sobre vida y trabajo, liderazgo, sociología y estilo de vida. Mi forma de escribir se ha descrito como empática, fresca, asertiva y mordaz. Seguramente porque creo que la literatura nunca debería confundirse con mero entretenimiento inocente. Fundé la revista Dévé porque quiero —junto a quien se une a la causa— descubrir las soluciones reales al sufrimiento en el trabajo y lo que hace que disfrutemos de la vida de veras. Escribo para quien desea saber lo que ni los padres, ni la escuela, ni internet enseña sobre el arte de manejarse con maestría en vida y carrera. Por eso arriesgo y voy a las causas y las relaciones entre ellas en los análisis profundos que hago. A menudo me mancho las manos de barro, para llegar adonde nadie más se atreve. La verdad nos hará libres.

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