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La cultura occidental, a examen

Los 7 temas en el examen de la cultura occidental, en reporte líder de Dévé, señala cómo las facetas de la vida y los negocios pueden mantenerse realistas a la situación actual y al mismo tiempo, hacer frente al futuro incierto.

¿Y bien? | Imagen de Cottonbro

 

Mirando hacia el 2023, la fragilidad global está en mente de quienes lideran países, familias y organizaciones. Las conversaciones han cambiado. La forma de ver el mundo también. Desde el aislamiento y el distanciamiento social hasta el cambio en la forma de trabajar y relacionarse, la pandemia ha marcado un antes y un después en las vidas cotidianas.

A medida que comenzamos a emerger de la crisis (o no), es importante examinar cómo la cultura occidental se encuentra a examen y cómo esos cambios pueden afectar el futuro. ¿Se ha transformado nuestra forma de pensar? ¿Cómo ha evolucionado nuestra forma de trabajar y relacionarnos? Este texto examina pilares de la cultura occidental y lo que podemos esperar en el futuro.

La industria de la gestión personal y del talento en 2023 se caracterizará por una mayor sobriedad en un mundo impredecible, escéptico y frágil. Los líderes serán desafiados a mirar todos los puntos de vista, afinar sus estrategias de gestión personal y construir confianza para ser resilientes en tiempos difíciles, que aún se prolongarán.

Ahora que el covid parece ser la menor de las preocupaciones.

7 temas que marcarán la agenda en la gestión personal y de talento en 2023:

1. La Renuncia Silenciosa

El concepto, que se hizo viral tras el verano, alude a los profesionales que deciden hacer las tareas que requiere su puesto, y nada más. Es un punto de encuentro de la consecuencia del burnout y de hacer balance y concluir que el trabajo no motiva. Se considera una extensión de la Gran Renuncia, o la opción light para quienes ahora no pueden permitirse cambiar de empleo.

La pregunta es si para 2023 se recuperarán las ganas de trabajar

Se argumenta que la pandemia y el cambio a modalidades de trabajo más flexibles han demostrado que es posible trabajar de manera más eficiente y sostenible, lo que podría llevar a una mayor satisfacción en el trabajo.

Por otro lado, se afirma que la renuncia silenciosa es una respuesta a problemas más profundos en la cultura laboral occidental y que, sin un cambio más fundamental, es poco probable que veamos una verdadera recuperación de la motivación en el trabajo.

Es cierto que recogemos las consecuencias de la corrosión del carácter, como señala el sociólogo Richard Sennett, y ahora la gente aspira a no repetir lo mismo. La generación Z lo tiene más claro y se enfrenta al mundo laboral con más rebeldía; la generación X sufre más fricción a la hora de cambiar de hábitos. 

2. El liderazgo: Generación X, Millennials y Generación Z, fuera de la zona de confort

Ahora hay tres generaciones en activo, aunque la que más da de qué hablar es la Generación Z.  Es posible que la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980), que ha pasado por varios cambios y crisis, aporte el punto de sobriedad. Históricamente se ha adaptado a entornos laborales hoy descubiertos como insostenibles y también es la que más ha asociado su identidad personal a su trabajo. Aunque también pueda experimentar cierta fricción por querer vivir un nuevo paradigma, más equilibrado a su vida personal, y se encuentre con la resistencia de su entorno laboral, habituado a tenerlo trabajando horas extra y disponible en vacaciones y fines de semana.

Los millennials (nacidos entre 1981 y 1993) han crecido con la tecnología y han visto cómo el mundo cambia rápidamente, podrían tener un enfoque más innovador y disruptivo en el liderazgo. Sin embargo, son la generación del agravio comparativo, por encontrarse en peor situación socioeconómica que sus padres, y con más miedo a perder el empleo que ellos. No obstante, a diferencia de generaciones anteriores, que han presumido de trabajar en fines de semana y en vacaciones, millennials y centennials tienen claro que no le deben nada a sus empleadores, ni siquiera lealtad.

3. Identidad: ¿quién soy, ahora que ya no soy mi trabajo?

De cara al 2023, se refuerza la mentalidad de «Yo no soy mi trabajo, mi trabajo es algo que hago». También, los perfiles polimatas se asumen a sí mismos con la cabeza alta.

Por otro lado, se acentúa la sensación de desasosiego ante los periodos de cambios. La pérdida de estatus, de familiares, de dinero, pasar de los 20 a los 30, de los 30 a los 40 o superar los 45, una ruptura… marcan las prioridades de salud mental.

4. Menos posts de psicología positiva y más de cómo recuperar el placer

El contenido de antaño popular sobre psicología, autoestima y liderazgo ha llegado al punto de saturación. Al no encontrarse conexión entre el texto leído en Internet y la vida real del individuo en 2022, la gente prefiere interactuar con temas cotidianos y contratar consultoría especializada.

5. Las relaciones: renovarse o morir

Entre los millennials se esperan algunos cambios interesantes. Hay más gente soltera y divorciada en el terreno de las citas en los últimos tres años. Durante la pandemia se ha criticado el individualismo y se han buscado formas de conectarse más profundamente con otras personas. Es posible que esto lleve a un aumento de los encuentros cara a cara y a una mayor valoración de la comunicación en persona.

También es posible que haya innovaciones en la forma de hacer planes y relacionarse con los demás. Por ejemplo, que el típico intercambio de idiomas en el bar de la ciudad sea desbancado por un evento cultural que permita encuentros de networking en torno a un tema concreto. Esto es, más actividades que promuevan la conexión y la reflexión profunda. También se verán más personas buscando formas de involucrarse en comunidades y causas compartidas.

Por otro lado, 2023 pondrá a prueba las habilidades sociales de la cultura occidental. Es posible que aquellos que no sean capaces de entablar buenas conversaciones y conexiones profundas con otros se queden atrás en términos de relaciones satisfactorias y significativas.

6. El buen vivir

La incertidumbre del último trienio está redefiniendo el concepto de lujo en Europa y más allá.

Experiencia de lujo ya no es el resort más caro; es ir lejos del mundanal ruido. El lujo es la libertad, el silencio, el paisaje bueno para los ojos cansados de mirar pantallas durante diez horas al día. Comiendo bien, claro.

7. La economía

Los efectos de la inflación ganan peso en cómo se mira el 2023. Se esperan caídas en la demanda de productos tradicionales, pero en productos de entretenimiento puede mantenerse e incluso aumentar. Prueba de ello es que la industria del entretenimiento maneja más dinero que nunca.

Por un lado, entender dónde invertir, vista a la incertidumbre geopolítica, será tarea difícil. Por el otro, clientes, consumidores e inversores escudriñarán cada vez más cómo las organizaciones comunican sus valores y su relación con la sostenibilidad y la salud mental de la gente.

Si te gustó este artículo, también deberías leer: Cómo las culturas corporativas cambiarán en 2023.

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Creo que nada es difícil si sabes hacerlo. Soy Esther, ingeniera de Caminos amante de los trenes y del progreso social que traen. Dirijo Dévé, donde edito y escribo sobre estrategia, liderazgo y dinámica social; pilares del desempeño pro y perso. La verdad —simple, directa y clara— te hace libre.

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