Llevo 8 años escribiendo artículos.
Entrevisté a un hombre que se declaró en huelga de hambre y se manifestó en la Puerta del Sol de Madrid. Hice una encuesta a más de 100 mujeres sobre el sentido del éxito como mujer. Hablé de mis impresiones cuando viví en Estados Unidos: sobre las unidades de medida, las distancias, The American Way of Life, sobre cuando se me inundó la casa, sobre cuando vi de frente el monstruo del estudiar, endeudarse y trabajar como un condenado para pagar la deuda. Hablé de cuando decidí que no sería madre (no hablé del rechazo que me cayó encima). Hablé también de cuando corría, y de los parisinos porque cuando fui a París por primera vez, éstos me cayeron bien. Puedes hacerte una idea de que el predecesor de Dévé es mi anterior blog, de esos en los que decías lo que tenías que decir seriamente. Escribía en una época en la que los blogs se consideraban cosa poco seria —como muchas cosas innovadoras que desafían el status quo al principio—, y personas en una carcasa como la mía también se consideraban cosa a tomar no tan en serio.
No hace falta que diga que, a la hora de la verdad, la madurez es un proceso en solitario, aunque se esté rodeada de gente. Además, en el proceso de la madurez se cometen errores. También se toman acciones necesarias en el proceso, aunque no por ser necesarias dejan de ser perjudiciales: a veces actúas desde el ego, no desde la autoestima, o desde el objetivo que tienes como líder —aunque digas que sí—. A veces crees que «tienes que» comportarte de una manera para ser respetada. Cometes errores de liderazgo de los de manual, incluso leyendo los manuales de buen liderazgo, porque quizá los manuales de liderazgo no están adaptados a la vida real, o al menos, no tienen en cuenta tu contexto. También quemas puentes, como dicen los americanos. Pero a pesar de todo, creo que la madurez sigue siendo posible mientras se mantenga la capacidad de escuchar y la actitud proactiva.
Porque la madurez no es únicamente asunto de tiempo. Es verdad que el tiempo es condición necesaria para la madurez, pero no es suficiente. Tampoco es únicamente asunto de las experiencias, porque hay personas que tienen experiencias y más que estar maduras, están podridas. O arrogantes. No es tampoco asunto de viajar, dado que no es lo mismo viajar desde el privilegio que desde fuera del mismo. Creo que la madurez es todo lo anterior, añadiendo la clase y los valores.
Probablemente también se note en la manera de escribir, porque la manera de escribir refleja la manera de hablar, y la manera de hablar, la de pensar.
Photo de Troy Spoelma