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5 pasos para mejorar tu relación con tu dinero

(Sí, hay gente que se lleva mal con su dinero)

Si me dices que 2020 va a terminar como un año del que no sale nada bueno —fuera de las lecciones de vida relacionadas con la resiliencia y otras cualidades que deberíamos aprender como colectivo— me costará estar de acuerdo. Me niego a resignarme tan rápido.

Quizá necesitemos salud mental a gran escala

Hola. ¿Qué pasa con algunos temas tabú? Que pese a su gran importancia, la gente sobre ellos no se atreve a hablar. Y como no se habla, no se sabe, y como no se sabe, se manipula. Así nos va, que la gente se forma en el sexo viendo porno, y sobre el dinero siguiendo a… ¿quién?

El llevarse bien con el dinero es independiente del género, cuánto se gane, o los gastos estructurales asociados a cada género. Por eso me gustaría que consideraras estas ideas, aunque sean para hacerte un chequeo:

Qué es tu dinero.

Por supuesto, la definición más real es la que te marcarás tú, pero es muy necesario que te la marques tú, porque de no hacerlo, tu dinero será definido por otros según sus intereses. Alguien puede definir el dinero que ha entrado en su cuenta bancaria como 22 días de un mes levantándose temprano, desayunando rápido sin poder disfrutar de sus hijos, metiéndose en un atestado metro para acabar en un lugar del que solo saldrá 10 horas más tarde tras aguantar compañeros y jefe complicados, y llegar a casa con mucho cansancio y teniendo que desahogarse con quien puede sobre la compañera de trabajo que le pone zancadillas. Otra persona puede no haber pensado en eso. Otra puede definir su dinero como poder para comprar cosas y comprar personas, o provocar sentimientos y acciones favorables en otras personas. Te garantizo que las tres tratarán su dinero de forma distinta —el dinero no es el fin, es el medio.

Tener gente con la que hablar de dinero en confianza.

Tengo comprobado que hablar francamente en un espacio seguro sobre el dinero como que te hace sentar la cabeza. No me refiero a conversar para preguntar “¿Cuánto ganas?”, porque ese no es el tema. Se pueden discutir precios de las cosas, formas de ahorrar, trámites para comprarse una casa, relación calidad/precio, objetivos económicos, casos de éxito, errores cometidos, motivos de arrepentimiento, etc. Conversar sobre el dinero puede ser con familiares, amigos, o gente en las redes sociales.

Hay una parte relacionada con la autoestima, el respeto propio y el respeto de los demás.

Por supuesto, conforme vaya cambiando la percepción de la vida, la experiencia y los ingresos, la relación con el dinero puede cambiar. Aunque hay una parte que dependerá únicamente del carácter. O de la introspección. También un poco del saber decir no, y de haber sentado las bases para hacerlo. 

Quien se lleva bien con su dinero sabe decir no y sabe decir sí. Por un lado, el dinero es una herramienta para añadir felicidad en una relación, para construir una vida, para invertir en el futuro, para comprar tiempo… Por eso hago una llamada a que se pueda normalizar decir no.

Diferenciar “lo que quieres “ de “lo que necesitas” de “lo que deseas” de “lo que se te ha antojado” y de “lo que te han dicho que tienes que querer”

Todo depende de los objetivos y el nivel de implicación real. Ojo que esto requiere más conversación que la que permite un párrafo. Pero entre la plétora de ideas, dos contradicciones aclaratorias: sucumbir a un antojo no condena a ser alguien con una mala relación con el dinero. Una persona que en nombre de ahorrar se hace tacaña no se llevará bien con el dinero porque para ella el dinero es el fin.

Así los presupuestos mensuales y los planes de ahorro salen más fácilmente

En internet aconsejan hacer sobres para cada categoría de gasto, tener varias cuentas bancarias, salir sin efectivo, salir sin la tarjeta, usar apps… yo he probado cada método para decir hoy que sí, que funcionan hasta cierto punto. Sin embargo, funcionan sin causar una sensación de pesar o vergüenza cuando se ha contado con todo lo anterior. Solo así se podrá observar al dinero como un personaje de la vida en lugar de «enfrentarse a los presupuestos», o se podrá conversar con asertividad, o se podrá decidir si dejar un trabajo para ir a por otro mejor, o cambiarse de casa o dejar ese bolso naranja en la estantería porque en realidad no te hace falta, o asegurarte de que nadie te manipule.

Ahora tengo un artículo fantástico justo después de este llamado 4 creencias que te impiden hacer dinero, y qué hacer con ellas para si quieres ir algo más allá en el comprender tu relación con el dinero. Te veo ahí.


Foto: Jesse Gardner

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Creo que nada es difícil si sabes hacerlo. Soy Esther, ingeniera de Caminos amante de los trenes y del progreso social que traen. Dirijo Dévé, donde edito y escribo sobre estrategia, liderazgo y dinámica social; pilares del desempeño pro y perso. La verdad —simple, directa y clara— te hace libre.

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