- Ni Roma ni Venezia ni Firenze. Si algo aprendí viviendo aquí, es que Italia tiene siempre un poco más para sorprenderte.
Hoy te invito a descubrir cinco lugares únicos que jamás hubieras imaginado posibles, algunos por su belleza poco explotada, otros por lo absurdo de su creación.
Te propongo un viaje a cinco lugares que no pensaste que existían, desde un pueblo con un parque de monstruos tallados en rocas a una ciudad que se declaró independiente y hasta acuña su propia moneda, como así también un pueblo con jardines colgando… de la nada misma.
Matera
En la región de Basilicata, en el sur del país, esta pequeña ciudad es conocida en la zona por su centro histórico donde aún se conservan asentamientos prehistóricos de más de nueve mil años.
Los llamados Sassi de Materia (piedras de Matera) son cavernas y fortificaciones tan bien conservadas en el tiempo que al día de la fecha algunas permanecen habitadas. Lo más interesante es que todo forma parte de la ciudad en el casco histórico.
El viaje en tren desde la ciudad más próxima no dura más de una hora y el costo ronda los cinco euros.
Senise
Continuamos nuestro viaje por Basilicata. Este pequeño pueblo es conocido por sus pimientos crujientes, pero lo que llama la atención aquí no es su cocina, sino la forma en la que secan dichos pimientos. Los cuelgan de las paredes externas de las casas y edificios locales. Gracias a esta pequeña costumbre, el pueblo se tiñe de diversas tonalidades de rojo.
Bomarzo
Incluso Salvador Dalí se mostró interesado en el lugar, y se han escrito óperas y novelas que lo mencionan. En Bomarzo se encuentra el Parque de los Monstruos o Bosque Sagrado y forma parte de los jardines del Castillo de los Orsini, construido en el año 1550.
La particularidad que hace al parque tan único se debe a las absurdas cabezas monstruosas talladas en las rocas que asoman entre las malezas y los árboles ancestrales, todas con diversos gestos que representan figuras mitológicas y seres fantásticos.
Bomarzo se encuentra en la región de Lazio y se puede acceder a él tomando un tren regional por solo seis euros desde Roma.
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Ravello
Esta pequeña joya escondida de la costa amalfitana destaca por sus dos atracciones, las que en verano hacen de Ravello una parada obligatoria.
Villa Rufolo, ubicada en el centro histórico y construida en torno al 1270, es un edificio que destaca por sus inmensos jardines. Tiene un estilo artístico destacable y te asombrará por su encanto y perfección.
Por otro lado, tal vez el lugar más impactante por ver aquí es Villa Cimbrone o la Terraza del Infinito. Este jardín de proporciones inmensas pende de la nada misma, en un acantilado desde el cual puede verse el golfo de Salerno y la costa amalfitana en todo su esplendor.
Seborga
El Principado de Seborga, como se ha declarado desde 1960, es una micronación italiana independiente del resto del país. Cuenta con un puesto fronterizo si se accede en auto desde la carretera, y te esperará su propia Guardia Aduanera. Si, en caso contrario, decides ir en tren, puedes tomar un regional desde Génova.
El costo ronda los quince euros y el viaje dura unas dos horas y media. El principado acuña su propia moneda. Además, cuenta con su propia guardia en lugar de utilizar los servicios nacionales de carabinieri. Con un estilo medieval fuera de lo común y una forma de vida que no se ve todos los días, este pueblo te cautivará con sus aires de soberanía y su orgullo de independencia.
Ahora que conoces estos lugares, puedes incluirlos en tu próximo viaje a Italia. Y si, por lo contrario, deseas traer un poco de este país a tu mesa, pulsa aquí: Secretos de la pizza napolita: Cómo logré cocinarla igual que en Italia.