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Benjamin Voisin: «El peligro viene siempre cuando llega el éxito»

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BENJAMIN VOISIN, LAS ILUSIONES DE UN NUEVO TALENTO DEL CINE FRANCÉS

Cuando Benjamin Voisin (París, 1996) llega al espacio habilitado para nuestra entrevista en el donostiarra y exclusivo Hotel María Cristina me encuentra sentado. En esta perspectiva, le encuentro aún más espigado y joven que en la pantalla y eso que en ella tampoco aparenta esos casi 25 años que tiene. Es risueño y retiene aún la mirada pícara del debutante en su rostro. Su candor,  espontaneidad y proximidad aún desarman a cualquier entrevistador. Se deja notar a lo largo de la conversación que se hace a cada minuto más próxima y jovial.

Es aún ese rutilante descubrimiento del cine francés de la penúltima película de François Ozon vista en competición del anterior certamen de cine de la capital guipuzcoana. Las “Ilusiones Perdidas” de Honoré de Balzac adaptadas por el realizador francés Xavier Giannoli, compiten ahora en Perlak, la sección de selecciones de otros festivales. Aspirante al premio César del cine francés a la mejor interpretación novel, su papel protagonista como Lucien de Rubempre en este film de época con múltiples resonancias contemporáneas, frente a un reparto espectacular (Cécile de France, Xavier Dolan, Jeanne Balibar, Jean-François Stevenin…) viene a confirmar su talento entrevisto ya en el film de Ozon. Sin embargo, frente a su previsible éxito, es consciente de que se enfrentará a nuevos desafíos que cuenta para Dévé.

 

Buenos días, Benjamin. Es verdaderamente un placer volverle a ver en San Sebastián. El año pasado le vimos en Verano del 85 y en este magnífico film le vemos hacer un papel que no es solo el de un muchacho, sino el de alguien que madura en la pantalla, y que desgraciadamente sigue siendo un hombre joven cuando ya ha atravesado un camino de espinas. Voy a empezar por el final, ¿cree que Lucien de Rubempré va a tener un futuro después de todo lo que ha pasado, que volverá a tener ilusiones hacia algo?

La última secuencia de la película fue el primer día de rodaje. La mirada a la cámara al final fue mi primera toma. Y le pregunté a Xavier Giannoli (director de la película): “¿Qué es lo que tengo que interpretar?» y él me dijo: “Nada, tú vas a interpretar después”. Y al final es una mirada a lo lejos «y háblate a ti mismo, ¿cuáles son tus ilusiones, tus desilusiones?» Y yo miraba ahí a lo lejos y no sabía qué iba a pasar. Así que hicimos el rodaje y cuando vi la película al final como espectador por primera vez me dije: “Creo que gracias a las desilusiones, las ilusiones se hacen todavía más hermosas”. Solamente cuando uno se decepciona puede hacerse feliz.

Es una perspectiva magnífica y muy inteligente de parte de Xavier. Fíjese que iba preguntarle por la ambición porque es uno de los motores del desarrollo de Lucien como hombre. Como actor, como además joven que se está proyectando en este momento. ¿Es fácil identificarse con este personaje en el aspecto de la ambición? ¿Es qué eso le ha hecho más consciente de los riesgos que implica ser demasiado ambicioso?

Le pregunté a Xavier  por qué me eligió para el papel. Y me dijo: “Tienes muchísimas cosas en común con Lucien, y sobre todo una ambición que desborda». Hasta el punto que tanto él como yo, no tenemos miedo. Si me proponen una cosa muy grande, voy a estar tranquilo porque estaré en la idea de llevarla a cabo. Es un regalo que Xavier me ha hecho. Ya al ofrecerme el papel, pero sobre todo quizá ofreciéndome un tiempo, un futuro. Viendo el recorrido de Lucien puedo quizá ver mi recorrido y la cuestión de en qué hay que involucrarse y qué no hay que hacer. Si me sucede algo yo no podré decir «yo no lo sabía, no estaba al corriente».

Es como una especie de preaviso, como un aviso a navegantes.

Sí (se ríe).

Me gusta que veamos en él un camino muy natural. Lucien no es al principio un personaje de un carisma excepcional, pero va obteniendo ese carisma y valor poco a poco, ¿no? Es precavido, por ejemplo, al inicio no bebe nada, no fuma nada. Pero después, ¿cuál cree que es el momento en que Lucien va cayendo en una red de manejos?

El peligro viene siempre cuando llega el éxito, hay tantas trampas alrededor de eso. Lo veo en mi profesión, ejemplos hay muchos y la droga es uno. Es una de las cosas de las que huyo. Me voy de las veladas muy pronto, porque es demasiado peligroso. Sería una pena no ir hasta el fin de este arte. Todo lo que deseo para mí es lo mismo que para Lucien: la coherencia, justo eso.

Se ve el señuelo de las trampas sobre el asunto, cuando un funcionario ofrece a Lucien un documento que reconoce su verdadero linaje. Dice una de las frases a enmarcar: “¿Es usted una veleta, señor?”

Es verdad, porque al final Lucien ha pasado a optar por ideologías monárquicas, después de pasar por las liberales…

Falta de coherencia (ríe de nuevo).

Realmente esa falta de coherencia se muestra en el periodismo de aquel momento que se refleja en pantalla…

Eso es verdad, si Xavier estuviera aquí lo diría mejor que yo que solo hablo casi de oídas. Evidentemente a él, el periodismo le afecta. Recibe a la prensa constantemente, pero además su padre es periodista, es una de las profesiones que conoce mejor. Y él me dijo que esto no era más que un ejemplo, pero puede hablar de ese perfil, de la avidez por las ganancias económicas que hay en ese sector de forma permanente.

Quizá la línea que muestra Xavier por la profesión de su padre aunque sea una visión muy ácida, también es admirable. Realmente dignifica a través de Lucien y Nathan (Xavier Dolan) su profesión al mismo tiempo. Me gustaría saber cómo busca Lucien la sinceridad cuando critica el libro de Nathan porque juraría que había perdido ya esa sinceridad cuando debe criticar la novela de Nathan.

Ahí está el problema, si Lucien se hubiera quedado en Angulema y hubiera leído el libro de Nathan, hubiera sido su libro de cabecera. Xavier Giannoli me dijo que para él, Nathan es realmente un buen escritor. Y esto es bueno saberlo. De verdad creo que Lucien hubiera tenido lo mejor de él se hubiera quedado en Angulema, pero también es cierto, que hay que haber visto la caída y la decepción para volver a levantarse.

Pensando en eso, veo esa dualidad que hay entre Nathan y Lucien. Creo que son reflejos también de Balzac.

Ajá (asiente).

Posiblemente, Nathan es el Balzac escritor y el Balzac que opinaba en prensa es Lucien. No sé si Xavier quería proyectar su sombra sobre ambos personajes en la película.

Cuando se le da a alguien un guion en una película donde hay una voz en off, se lee, pero es cierto que nunca se la escucha con atención. Uno nunca piensa en eso. Cuando vi la película y antes de escuchar esa voz, estaba convencido de que interpretaba más o menos a Balzac, hasta el final del rodaje. De hecho, con esa voz en off está claro. Balzac es Nathan, yo solo soy una fuente de inspiración monstruosa para él. Y Balzac se encuentra en todos los otros personajes. Él es también poco Louise, o critican a sus semejantes…

Es cierto, porque Balzac venía de una clase más burguesa, pero no tan lejos de la gente corriente de esa época.

Sí, tenía, por ejemplo, en Meudon un cultivo de piñas.

Como Dauriat (el editor de libros interpretado por Gerard Depardieu) en la película…

El propio Depardieu, tenía hace años un cultivo de piñas porque creía en el  negocio de venta de piñas en su día, pero… ¡fue un fracaso total!

¡Qué divertido! Dos genios cada uno en su campo con la misma afición. Volviendo a usted, déjeme decirle que estoy realmente impresionado por su interpretación…

Gracias (se sonroja un poco).

Está en un reparto absolutamente espectacular: tanto usted como Salomé (Dewals, que interpreta a Coralie, actriz joven y amante de Lucien) no desentonan en absoluto con el resto del reparto. Quería preguntar si había tenido algún miedo inicial con este casting delante…

Hay que confesar también que yo llegué a estar (antes del inicio del rodaje) un tanto impresionado. Cuando tenemos un primer papel protagonista, llegamos con esa intriga encima. Conocía que iba a tener muy buenos actores a mi lado e iban a estar muy bien en esos personajes. Si quería que la película fuera totalmente comprendida por el público, hacía falta que Lucien tomase a la gente de la mano, entonces tenía que saber exactamente lo que iba a hacer. De esa forma, llegué totalmente dispuesto y preparado al plató y los otros actores tuvieron la gentileza y la inteligencia también de dejarme ese lugar, en esa búsqueda, así que fue al final al un placer total.

Fue una búsqueda fructuosa por su parte. Terminaré con una nueva felicitación para usted y también quería saber, ¿qué proyectos tiene ahora?

No puedo hablar de todo… (dice al principio receloso, pero sonriente).

A pesar de sus reticencias iniciales, Benjamin Voisin claudica haciéndome algunos adelantos que puedo difundir, aunque sinceramente, creo que no es todo. Entre ellos, una película con una directora francesa debutante, Didier Barcelo y una cómica muy conocida allí, Marina Foïs, así como el del final de un rodaje (que ya se hecho público) con un director magnífico como el maestro André Techiné. Se despide transmitiendo confianza, con un apretón de manos fuerte, aún algo no demasiado corriente en estos días de pandemia.

Al día siguiente de esta entrevista, voy visualizando las imágenes que ha dejado Benjamin en este festival, entre otras, aquellas en las que acompaña a su partenaire en la película, Cécile de France. Por pura casualidad, me encuentro una historia de Instagram que no es de su propia cuenta personal (no tiene), sino de la joven (y prometedora) actriz Suzanne Lindon (hija del gran intérprete Vincent Lindon). Está divirtiéndose embutido en una cazadora de cuero, fumando un cigarrillo. Me doy cuenta que de perfil tiene un cierto aire a Jean-Paul Belmondo de joven. Festeja su previsible mayor celebridad en la noche donostiarra, acompañado de parte del equipo de la película ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes de 2021, Titane, presentada también en Perlak, entre otras personas.

No puedo evitar pensar que el momento de su éxito (que se merecerá) y de sus elecciones frente a él, está llegando ya, tal y como le ocurrió a Lucien. Sin embargo, tengo mucho menos temor que en otros casos de que las luces del estrellato le vayan a cegar, tras esta madura entrevista. Y aún así, no logro evitar cruzar los dedos mentalmente para que elija el camino correcto en los próximos años. Por Lucien, por Benjamin.


Imágenes: Festival de cine de San Sebastián

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Cinéfilo y crítico a tiempo parcial, además de ingeniero de caminos. Trabajador del ferrocarril y del celuloide, busco tender puentes con otros campos y profesiones, así como recorrer caminos culturales y de ocio. Mi lema es que siempre hay nuevas formas y tiempo para aprender, pero también para enseñar. El cine es una de ellas, proporcionando además una vida libre. Sigo creyendo que John Ford es el mejor director de cine de la historia.

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