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«Blonde»: un poco afortunado intento de desmitificación de Marilyn Monroe

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Reseña de Blonde, película sobre la vida de Marilyn Monroe desde su presentación oficial en la 70 edición del Festival de Cine de San Sebastián.

La sólida y poderosa interpretación protagonista de la hispano-cubana Ana de Armas (La Habana, Cuba, 1988) resulta lo mejor de «Blonde «(íd, 2022), una irregular producción de Netflix sobre la vida de Norma Jeane Mortensen y su conversión paulatina en la estrella de Hollywood, Marilyn Monroe. No resulta una película biográfica al uso pues emplea en su desarrollo con afán, una continua (y muchas veces aleatoria) experimentación en la pantalla transicionando del color al blanco y negro, o cambiando sus ratios de aspecto, jugando también con la distorsión de imagen o sonido.

A esto se suma un tono lúgubre y en ocasiones, sórdido, casi próximo a una voluntad de cosificación de la imagen de Marilyn. Por desgracia, resultando interesante en partes, esta superposición de elementos opera más en contra de su lectura cinematográfica y coherencia narrativa que a su favor. Estará disponible en la plataforma para sus abonados a partir del 28 de septiembre.

Si algo caracteriza la carrera del realizador australiano Andrew Dominik (aunque nacido en Wellington, Nueva Zelanda en 1964), es buscar de forma casi sistemática en su carrera, puestas en escena para la gran pantalla sobre hechos y personajes reales. La crítica ha alabado su buen hacer en este campo que comenzó con su debut en el largo Chopper (íd, 2000) protagonizada por su compatriota Eric Bana. Luego, prosiguió con una obra de magnífica altura como fue su visión revisionista y poco complaciente del western en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (The Assassination of Jesse James by the coward Robert Ford, 2007) con unos estupendos Brad Pitt y Casey Affleck en la piel de ambos pistoleros.

Tras su adaptación de una novela de George V. Higgins en Mátalos suavemente (Killing them softly, 2012) nuevamente protagonizada y producida por Pitt, Dominik ha tardado diez años en poner en marcha y completar su nuevo proyecto con el apoyo de la productora del actor (Plan B) y con la distribución vía Netflix. Esta adaptación algo sui generis de una novela de Joyce Carol Oates sobre la mítica rubia, realiza una inmersión psicológica en la vida y consciencia del personaje, aparte de abordar otros elementos narrativos difíciles de la biografía de Norma Jeane que han hecho complicada la financiación de este proyecto hasta hoy.


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La disociación bastante marcada entre la Norma Jeane real y la Marilyn estrella de cine es precisamente uno de los argumentos centrales y con mejor desarrollo de la película del australiano. Más culta, inquieta y formada de lo que parecía a primera vista, Dominik muestra a una Marilyn madura con un bagaje en el Actors’ Studio y con ganas de abordar papeles en teatro de obras de Chéjov o Dostoievski. Acertado es también el tramo dónde se muestra su vida y trabajo en común durante su breve matrimonio con el dramaturgo Arthur Miller, encarnado con suficiencia por un más que solvente Adrien Brody.

Y el último aspecto positivo es una actuación superlativa de Ana de Armas. Casi resulta una médium en lo físico, pegado a su piel, gestos o en la voz sensual de Norma Jeane y Marilyn en muchas de las escenas del film. Esto incluye algunas recreaciones prodigiosas de momentos icónicos de películas suyas como Los caballeros las prefieren rubiasLa tentación vive arriba o Con faldas y a lo loco.

Hasta aquí llegan, no obstante, las buenas noticias. La visión particular de Dominik no combina bien aquí con la prosa de Oates. La novela se adentra más en el destino terrible marcado por una azarosa infancia de Norma Jeane con una madre enferma mental y un padre desconocido, pero desde una visión femenina que intenta comprender a la persona y al personaje. Sin embargo, el largometraje va mutando de forma plástica, aunque caprichosa, en una aproximación epidérmica y casi obsesiva, morbosa en torno al apabullante físico y las relaciones amorosas de la estrella.

Además de la reseña de Blonde, la película, quizá también te guste: Benjamin Voisin: «El peligro viene siempre cuando llega el éxito»

Este tipo de fascinación por Marilyn, no casa bien con el ánimo de desmitificación de su figura que presenta en el plano narrativo. Quizá su intención es devolvernos a una mujer real, elevada por el intenso trabajo de De Armas. Pero lo que consigue en muchos tramos es que bajemos a un terreno tan pegado al suelo como próximo a la cosificación. Ciertos momentos, al revisar su entrada en Hollywood, una relación inventada triangular entre ella y los hijos de Chaplin y Edward G. Robinson, su (otra vez breve) unión con el deportista Joe DiMaggio o su relación con el presidente Kennedy, los episodios luctuosos (y de cierta violencia sexual) se ven con incomodidad y falta de empatía, rozando el asco, hacia el sufrimiento de la mujer doliente que podía ser Norma Jeane en varios momentos de su existencia. 

Que los fotogramas varíen en tamaño y aproximación en planos, no estando vinculado a que el punto de vista ofrecido sea el de su protagonista (mujer real o inalcanzable) o el de sus acompañantes, no ayuda a sentar un ancla narrativa favorable a entender mejor a una mujer frágil, pero llena de humor y coraje como la recuerdan la mayor parte de sus biógrafos.

Al destruir el mito, en una estrategia anti-fordiana, Andrew Dominik se olvida de construir una realidad alternativa estable y comprensible. Se abandona en los peores instantes de la cinta a un onirismo onanista digno de los peores imitadores de David Lynch, acompañado de una banda sonora abstracta en sonidos y nada brillante, elaborada por los, por otro lado, habitualmente estupendos músicos que son Nick Cave y Warren Ellis, aquí abandonándose a un trabajo conceptual próximo a los trabajos del ya fallecido Angelo Badalamenti.

Reseña de la película Blonde, disponible en Netflix

Fallida ya, la película del australiano se tambalea en sus últimas escenas, donde la plasmación de los encuentros con Kennedy, los delirios o sus adicciones, nos llevan al sonrojo, en particular en la escena que tiene lugar en un hotel, donde la degradación final de esa Marilyn separada de la psique de Norma Jeane es llevada a extremos vergonzantes y de visualización cercana a lo pornográfico, de forma literal en la pantalla y a un nivel emocional para el espectador.

Quedará quizás de Blonde para la posteridad cinematográfica el trabajo abnegado de una actriz, que es iluminada por una estrella y surge triunfadora del reto, pero con una piel arrasada y abrasada en la pantalla por las delirantes y fascinadas aproximaciones de su realizador y guionista. Eso hará que muchos espectadores abandonen en sus casas la visión de la película a lo largo de su moroso y largo metraje de más de dos horas y media que solo se podrá ver en España en la plataforma, puesto que no tendrá, ni siquiera de forma limitada en el tiempo, exhibición en las salas de cine.


Imágenes de la reseña de la película Blonde: Netflix

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Cinéfilo y crítico a tiempo parcial, además de ingeniero de caminos. Trabajador del ferrocarril y del celuloide, busco tender puentes con otros campos y profesiones, así como recorrer caminos culturales y de ocio. Mi lema es que siempre hay nuevas formas y tiempo para aprender, pero también para enseñar. El cine es una de ellas, proporcionando además una vida libre. Sigo creyendo que John Ford es el mejor director de cine de la historia.

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