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Cécile de France: «Ya no leo las críticas»

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CÉCILE DE FRANCE, REFLEXIONES SOBRE UN TIEMPO PASADO DE UNA COMEDIANTE DEL PRESENTE

Empezamos a conocerla en aquel «albergue español» fílmico, situado en Barcelona y que aquí fue traducido acertadamente como Casa de Locos, dirigida por Cédric Klapisch hace ya 20 años. Desde entonces la belga Cécile de France (Namur, 1975), acumula prestigio, premios y trabajos destacados, no solo en lengua francófona sino para filmes y series de proyección internacional como Hereafter de Clint Eastwood o The Young Pope con Paolo Sorrentino. Posee una belleza serena y madura que se transmite a los que están presentes en una habitación desde que cruza el umbral de la puerta.

En el Zinemaldia de San Sebastián contaba con dos películas participando en Perlak, sección paralela a la oficial. La primera, más vistosa, The French Dispatch de Wes Anderson, donde entre el reparto más que coral, tiene una breve aparición como madre de Zeffirelli B. (personaje intrepretado por Timothée Chalamet). Es en la segunda, Ilusiones Perdidas, dirigida por Xavier Giannoli, donde tiene un rol de más calado, como la aristocrata de provincias Louise de Bargeton que huye a la corte parisina para escapar de los cuchicheos de Angoulême tras engañar a su marido con el plebeyo Lucien de Rubempré (Benjamin Voisin). Mientras la felicito por su magnífica contención en este papel, sus ojos azules me estudian cuidadosamente a mí y a su traductora. Pronto se descubrirá en la conversación que es una cautela amable, quizás motivada por experiencias anteriores.

Me ha encantado esta resonancia que tiene la película de Xavier Giannoli con nuestro tiempo actual. ¿Fue difícil encontrar el tono para interpretar a Balzac en el siglo XXI?
De hecho, Xavier nunca nos explicó que iba a ver esta resonancia con la época moderna. Yo lo descubrí viendo la película. Quizá también porque mi personaje es una mujer encerrada socialmente, que realmente se debe a las leyes patriarcales de su época. No me daba cuenta duramte el rodaje de ese paralelismo con esta época porque estaba muy alejada de la posición de otros personajes de la película, que sí están enfrentados a otras cuestiones: la corrupción, la gloria… toda estas con mayor resonancia con la época moderna. Estaba más inmersa en un rol que por fortuna, ya no existe hoy.

Afortunadamente, como dice, porque su personaje está verdaderamente guiado en este caso por la contención, por la prudencia, por un miedo social al que dirán. Realmente, ¿cómo encontrar este matiz para interpretar a una mujer que es muy silenciosa a causa de estos miedos?

 

Tenía que comprender bien esto para interpretar este personaje, que pues para ella es una cuestión de vida o muerte. Que el riesgo que ella corre en caso de ser descubierta, le haría perder todo su estatus social, se encontraría en la calle, sin nada ni nadie. Así que como actúa es por obligación: a no ver más a Lucien, a darle la espalda. Realmente resulta para ella una cuestión de supervivencia. Y esto tuve que comprenderlo, que en aquella época las mujeres eran víctimas de este mecanismo de casta social que es absolutamente horroroso y que no deja ninguna libertad a estas mujeres; su padre la casó a ese barón viejo, después tiene una vida atroz, ¡se aburre! Se enamora de este joven y asume el riesgo de irse con él, donde se juega la vida y su honor. Después, si hubiera conntinuado con él, se habría vuelto como una paria, una leprosa. Todavía se arriesga una segunda vez volviéndole a ver en París, así que yo tenía que sentir y comprender que había algo en juego algo: un desafío terrible. Y en ese desgarro entre los sentimientos y los requisitos sociales de la época se construye el esqueleto de mi personaje.

 

Verdaderamente esa forma de actuar marcada por esta pertenencia social, incluso cuando el personaje siente cierta envidia de Coralie (interpretada por Salomé Dewaels). porque ella como actriz, es una mujer libre, a pesar de ser despreciada por la sociedad noble aristócratica. Creo recordar que no comparten escenas en la película…

Sí, compartimos una escena juntas…

Sí, cierto. Ahora lo recuerdo… ¿cómo hablaron entre las dos para mostrar los sentimientos de los que hemos hablado sin casi palabras?

 

Sí, fue bastante complejo, fue bastante complicada esta escena. Ella, su personaje también está herida. Porque Louise ama a Lucien, pero Lucien está ahora con Coralie, y Coralie al mismo tiempo es una mujer maltratada por los usos sociales. No creo que la ira tenga lugar en el interior de Louise. Es alguien que está muy sola y que siente mucha empatía por los demás. En ese encuentro con Coralie hay muchas capas, muchos matices, muchos colores. Quiere realmente ayudarla porque busca ayudar a Lucien. Porque le ama y para ayudar a Lucien hay que ayudar a Coralie.

 

En esas escenas, Coralie va a pedir una ayuda financiera a Louise. Y se ve que hay casi como un afán maternal por parte de Louise hacia Coralie.

Sí, porque hay esa diferencia de edad entre las dos y creo que también le conmueve la juventud de Coralie.

¿Piensa que la inocencia que demuestra Coralie alguna vez ha sido parte del caracter de Louise a lo largo de sus vida?

Sí, Quizá, porque claro lo mismo me pasa a mí, Cécile, cuando veo a actores más jóvenes, porque yo ya tengo 46 años. Esto es algo nuevo para mí. Me pasa últimamente, este sentir esta empatía y ponerme en su lugar y pensar en cómo era yo a esa edad. Creo que eso es característico, inherente a la edad de Louise y es interesante que usted lo subraye…

Quizá por eso le duele más todo lo que ocurre después. El hecho de que ese cariño hacia Lucien y Coralie queda traicionado al final. Es como que las circunstancias la obligan, a pesar de que Louise quiere recuperar el trozo del alma que todos los acontecimientos anteriores le robaron.

Sí, es una visión muy bella del personaje. Porque es lo que a ella le ha faltado: cariño, empatía… Se puede indentificar con Coralie que fue vendida cuando era una niña a extraños por su madre. Louise fue casada con un hombre que no quería. Así que las dos tienen cosas en común, la condición femenina sometida dentro de una sociedad patriarcal.

Son dos formas de dominación distintas, pero al final con el mismo resultado, desgraciado para las dos.

Sí, es terrible.

Estamos llegando ya a las últimas preguntas. Estoy muy interesado en la reflexión sobre el periodismo que se hace en la película. Me gustaría saber si usted comparte esta impresión del periodismo moderno como un mercado.

Siempre he tenido una cierta relación de fascinación con la crítica de cine y televisión, pero es cierto que con el tiempo ha cambiado. Al principio, cuando era una niña, me atraían mucho las revistas de cine, eso formaba parte de mi sueño de ser actriz. Y luego, ha habido una evolución. Ahora ya no leo nada, ya no leo las críticas de cine. Porque yo antes las idealizaba, pero ahora he comprendido lo que se denuncia en la película. Por ejemplo, cuando se mezcla con esta forma de comentar con la crueldad. Prefiero no leerlas. Las buenas cosas siempre te acaban llegando, y las malas, pues desaparecen. Porque todo esto puede ser más constructivo. Encuentro que es más constructivo cuando viene del público, cuando la crítica la hace una masa de gente que cuando la hace una sola persona. Pero me ha llevado mucho tiempo comprender que un artículo es una sola persona.

Cuando era joven pensaba que todos los periodistas se reunían para decir: “Vamos a escribir esto sobre X”, y ahora he comprendido que es solo una persona, exclusivamente esa en concreto. También es verdad que si al lector le gusta el que escribe el artículo y él me aprueba, pues estupendo, porque él va a decir: “Vete a ver esta película porque es estupenda», pero soy consciente de que probablente otro va a decir: “No vayas a ver esta película que es perder el dinero”.

Comparto esta reflexión, creo que la sinceridad de las críticas se percibe cuando la hay.

Sí. Un redactor puede y debe aprender en las escuelas de periodismo a hablar en su propio nombre.

Esta frase queda en el aire, casi como un lema y flota aún mientras nos despedimos de forma cordial, ella ensayando su español y yo en el nivel de francés que las circunstancias me permiten. Se levanta con gracia y elegancia, pero casi con economía gestual, aún más que la de su personaje en la película. Mientras se va de espaldas noto, me fijo en su media melena rubia. Apenas se mueve mientras camina. Una mujer que controla lo que dice y sus gestos al exterior, de forma elegante y cuidada, quizá para que los formamos parte de la prensa, no malentendamos su discurso. A pesar de todo, puede que si le importe lo que escribamos. Procuremos, pues estar a su altura.


Imágenes: Festival de cine de San Sebastián

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Cinéfilo y crítico a tiempo parcial, además de ingeniero de caminos. Trabajador del ferrocarril y del celuloide, busco tender puentes con otros campos y profesiones, así como recorrer caminos culturales y de ocio. Mi lema es que siempre hay nuevas formas y tiempo para aprender, pero también para enseñar. El cine es una de ellas, proporcionando además una vida libre. Sigo creyendo que John Ford es el mejor director de cine de la historia.

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