La carrera de Martin Scorsese (Nueva York, Estados Unidos, 1942) está plagada de relatos sobre la avaricia y el capitalismo salvaje o la violencia organizada. Los Asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon, 2023), su último y magno trabajo, vuelve a ahondar en esas dinámicas, salvo que ahora las contrapesa con un ritmo más pausado de lo habitual y cercano a sus obras más espirituales.
Basada en una historia real, la de la matanza lenta y planificada de miembros de la nación Osage en el período entre las dos guerras mundiales, Killers of the Flower Moon es una película atípica. Ideada a partir del libro de David Grann del mismo nombre, sus guionistas (Eric Roth y el propio realizador) adoptan una narrativa de anti-western centrada en la reivindicación moral y cultural de una nación india exiliada pero sabia.
Trasladada de sus regiones de origen y reasentada en Oklahoma, el descubrimiento por la tribu en el nuevo condado ocupado de suelos ricos en petróleo los volvió una excepción. Un pueblo nativo que desde el principio se preocupó de quedar al cargo de explotar dicha riqueza y de su administración. Un lugar donde el hombre blanco venido de más allá del océano quedaba a la par del local en tierras americanas.
No obstante, todos los paraísos son frágiles. Siempre hay serpientes acechando cuando la abundancia aparece. Intuimos su pronta revelación cuando a dicha comunidad llega Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio), un joven veterano de guerra limitado físicamente, convocado por su tío, el mayor magnate blanco de la zona, William Hale (Robert de Niro).
Tras padecer los horrores de la gran guerra, el empleo oficial del sobrino será trabajar como chofer de los acaudalados nativos en la (aparentemente) apacible comunidad. Al poco, Ernest se revelará por las noches con otra ocupación más conforme a su verdadero carácter: un buscavidas y forajido de poca monta (y menos luces aún), que ataca enmascarado en la zona.
La familia Hale: ambición pura

William “King” Hale y su familia son una pieza clave para la cohabitación regional entre Osage y anglosajones, tanto en el ámbito político como en el de la justicia. Respetado por ambos grupos por su adaptación a la cultura y lenguas locales, su comportamiento público como benefactor de empresarios e indios es objeto de loas y respeto.
No obstante, en la relación tío-sobrino pronto algo sospechoso se hace evidente: el interés de Hale en que Ernest (declarado mujeriego) simpatice y se relacione con sus acaudaladas clientas indias. En especial, cuando el joven empieza a conducir para Mollie, hija de una rica viuda Osage, Lizzie Brown. Mollie tiene además otras tres hermanas: Anna, Rita y Minnie.
Mientras tanto, la muerte empieza a asolar a los Osage. Poco a poco, miembros de su comunidad sufren decesos sin explicación o con violencia. Que son, además, muy poco o inconvenientemente investigados por los médicos y forenses de la zona. Pronto, ese misterioso azar fatal llega también a la vida de la familia Brown, que transita entre sus creencias y la incipiente conversión al catolicismo.
El pico de los luctuosos hechos llegará tras varios fallecimientos más, cuando una casa de la comunidad explote en medio del pueblo. La tribu Osage reclama ayuda a Washington y el gobierno federal envía a sus agentes sobre el terreno: la semilla de lo que será el FBI.
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Una enorme Lily Gladstone

Scorsese usa las dinámicas y talento del dúo de conocidos actores italoamericanos (y bastantes de sus manierismos, dicho sea de paso). Con ellos subraya a lo largo de la película lo que la ambición puede hacer con los hombres a distintas escalas. Hale representa a una astucia culta, manipuladora y falsamente apacible. Ernest posee una inteligencia limitada, y pese a sentir emociones reales (entre ellas, el amor a Mollie), se deja manejar por su tío.
No obstante, ambos actores, pese a su notable desempeño, quedan por debajo de una presencia callada, tranquila y carismática. El prodigio, encarnado en actriz, se llama Lily Gladstone. Su rostro, interpretando a la nativa Osage Mollie Burkhart, es a lo largo de esta película basada en hechos reales la brújula moral y el espejo emocional sobre la cual reposa la mirada del espectador de un film incómodo.
Los Asesinos de la Luna es de extrema crudeza, por los puntos oscuros que contiene acerca de la naturaleza humana y sobre los que su director vuelve a transitar. En esta ocasión, dosificando los estallidos de violencia bajo un academicismo formal, en la imagen y en el ritmo. Aun así, esa calma en la exposición se rompe en ocasiones.
Narración arriesgada y mensaje sin fisuras

Hay muchas fracturas en el relato del tiempo y el modelo de la narración de la película. Los puntos de vista de Mollie y Ernest son los dominantes y se alternan. Se intercalan a veces fragmentos de formato cuasi documental en blanco y negro, momentos abstractos, próximos al surrealismo formal y al mundo de los espíritus. Scorsese, incluso, da ciertos pasos hacia la farsa, la grandilocuencia y el relato de género negro.
En esas rupturas también influye que existe un tratamiento concienzudo sobre la fotografía de Rodrigo Prieto, cercano a las fotos gastadas de Kodak a inicios del siglo XX. La banda sonora de Robbie Robertson (a quién se dedica el film tras su fallecimiento), que combina el rock, el country y los ritmos nativos altera también cualquier sensación de predictibilidad.
Scorsese, además, culmina la película con unos minutos narrados de forma totalmente diferente a su desarrollo. Recrea una transmisión radiofónica de los años 50 que a su vez cuenta el final de los asesinatos de los Osage y de sus implicados, de un modo que impresionará a muchos por su inventiva y planteamiento original. Tras una colorida ceremonia india, el silencio inunda unos créditos nocturnos, sólo interrumpidos por los sonidos de los insectos en la noche y los aullidos de los coyotes.
Así concluye este relato sobre el capitalismo salvaje y el racismo, al que se sobrevive con nobleza y una tremenda dignidad. Y con suerte. Un último aviso para los avezados que pueden extraer ejemplos para el mundo empresarial y de los negocios: hay una clara advertencia para ellos en este film. Tu catadura y posición moral en la gestión de cualquier asunto es tan buena (o mala) como la peor de aquellos a los que estás asociado. Quedan avisados.
Los asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon) se estrenó en muchos países en salas comerciales el 20 de octubre. Pronto estará también disponible en Apple TV.
Director: Martin Scorsese
Año: 2023
País: Estados Unidos
Reparto: Leonardo DiCaprio, Robert de Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Tantoo Cardinal, John Lithgow, Brendan Fraser, Tatanka Means, Cara Jade Myers, Scott Shepherd, Jack White
Nota: 4* and ½
Duración: 207 min.
Mensaje clave: La avaricia puede convertirte en el hombre del saco.
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