Como siempre me gusta hacer en estas reseñas, te digo directamente qué me pareció el libro y ya después, desarrollo: Me encantó; pero me costó cogerle el ritmo. Ahora, si te interesa saber más, sigue leyendo.
Puede que tuviera las expectativas demasiado altas o que yo no estuviera en un momento idóneo para leerlo —también hay que decir que el anterior libro que leí fue el de A propósito de Nada de Woody Allen y, aunque no tenía capítulos, su lectura fue super fluida.
Creo que si te gustan las novelas históricas, las aventuras y quieres reflexionar sobre los problemas de la sociedad actual, este es tu libro. Toca muchos temas y todos a través de Pedro Blanco Fernández de Trava, pirata y comerciante de esclavos. También conocido como El Mongo de Gallinas o Mongo Blanco, que da título a la novela de Carlos Bardem.
La figura en la que se basa el autor es bastante impresionante. Tengo que reconocer que desconocía completamente la existencia de este individuo y bueno, en general, creo que muchos de nosotros desconocemos la larga historia esclavista de nuestro país. Son de aquellas cosas que conscientemente o no, se obvian en las clases de historia del instituto y deberían estar presentes.
El Pedro Blanco fue un buscavidas nacido en Málaga que gracias a su pericia y ambición fue subiendo su posición social poco a poco y llegó a ser uno de los grandes “empresarios” del siglo XIX, si obviamos sus formas y con qué comerciaba, claro. Si tuviéramos que hacer un equivalente actual, deberíamos fijarnos en el tito Amancio Ortega. Y es que este negrero vio la oportunidad de mejorar su negocio al pensar en la logística como factor clave en la cadena de valor de su empresa. Justo lo que hacen corporaciones como Inditex o Amazon, así que ojo con el tipo.
No todo es cierto; obviamente es una novela, pero este hombre existió y muchos hechos relatados en el libro son reales. Además, tengo entendido que Carlos Bardem se ha documentado bastante para escribirlo. Claro, teniendo un personaje histórico tan interesante, que va mejorando su nivel de vida, que narra aventuras en España, Cuba o África y que además, te hace reflexionar sobre el racismo actual y la economía capitalista. ¿ Cómo no me iba a gustar? Todos los elementos para algo muy entretenido.
La novela, aunque bajo mi punto de vista le cuesta arrancar, te engancha y no te deja pensar en otra cosa. Quizás me costó un poco pillarle el punto narrativo del protagonista, medio cuerdo medio loco, que va narrando cosas sin un claro orden al inicio; pero se va aclarando la narración a medida que avanzas y, ya hacia el final, Bardem deja de lado el diálogo para dar rienda suelta a la verborrea del protagonista. Éste, cuenta sus vivencias sin filtro alguno, justo en el momento más adecuado, cuando está construyendo su “centro logístico” en Gallinas (desembocadura del actual río Moa, Sierra Leona).
La verdad es que me encantó pensar en la Cuba de principios del siglo XIX. Es muy interesante imaginarse una sociedad entera centrada en la esclavitud como motor de la economía y todavía más, teniendo como contrapeso el modelo económico que estaba proponiendo el Imperio Británico al abolir la esclavitud: alquilar la mano de obra de hombres libres a cambio de dinero (el proletariado).
Dejando de lado las condiciones laborales, leyendo este libro, no puedes evitar imaginarte lo duro que fue lo del comercio de esclavos. Conocer con detalle cómo eran capturados en África o con qué condiciones aguantaban vivos a duras penas en los largos viajes hasta Cuba y ya luego descubrir cómo podían sobrevivir trabajando en los campos de la caña de azúcar. Para ponerse a llorar. Sin embargo, no por eso dejaré de recomendar su lectura, todo lo contrario. Considero su lectura algo fundamental para entender que es algo que la humanidad tardará años en reparar.