Gran parte de la buena música alternativa producida hoy en día está hecha a partir de la mezcla de múltiples géneros existentes. En un interesante e inventivo cruce entre el R&B, el pop de arte y ensayo, el glitch electrónico y el neo-soul, se encuentran las personales coordenadas estéticas del primer trabajo largo de la inglesa Tirzah Mastin (Essex, 1988), compuesto y tocado en colaboración de la también músico Mica “Micachu” Levi y producido por esta última, parte inseparable de esta obra que se mueve en un campo de reflexión sobre el amor y las relaciones, propulsado por ritmos envolventes a la par que encadenados e hipnóticos.
Si bien el elemento inicial, de este tándem por fin hecho realidad en formato extendido entre Tirzah y Levi era la música orientada al dance, y tal y como un primer single I’m Not Dancing, y el contenido de tres EPs anteriores que no se ha incluido en el álbum, o el grupo paralelo entre ellas “Taz y Meeks”, parecían avanzar hace algunos años, al final el campo de juego escogido por la artista británica, aquí juega curiosamente con formas mucho más sofisticadas y sutiles. Si citamos al lector culto en música la figura del neoyorquino Arthur Russell quizá podamos aproximarle algo a qué pretende aquí la británica.
Así es: mimalismo, nieblas electrónicas densas y absorbentes, repeticiones de elementos instrumentales, aquí sobre todo de piano y guitarra eléctrica preparada o no, además de percusiones suaves pero rítmicas y abrasivas cuando es necesario, acompañan la escucha de este primer LP que se lanza cuando Tirzah acaba justo de cumplir la treintena. No se percibe este disco como una obra debutante, al contrario, llama la atención el detalle y madurez con la que se ha construido, no ya cada nota, sino cada ruido, micro-sonido y ritmo.
Es seguro pues que su preparación para esta apertura al gran público venga de mucho más atrás. Tras una formación musical clásica desde los 13 años en la Purcell School londinense, donde precisamente Mica Levi y Tirzah, se conocieron y convirtieron en amigas, es seguro que Mastin, haya aprovechado aparte de los EPs, actuaciones en vivo justo con pinchadas de Levi en clubes británicos y colaboraciones vocales con otros grupos y artistas, para pulir su forma de cantar y de hacer melodías.
Y es la voz de Tirzah, delicada y envolvente en su forma de concepción, el punto de giro, de una excelente producción de una estupenda Mica Levi, que vuelve a su manera a crear un pop inteligente, tras su paso por el mundo de las bandas sonoras musicales. Jamás ha perdido su afán de experimentar, de forma especial en los arriesgados instrumentales para películas tan brillantes y únicas como Under The Skin, de Jonathan Glazer, o “Jackie”de Pablo Larraín (esta última partitura con candidatura al Oscar incluida), próximos a clásicos modernos como Arvo Pärt o György Lygeti. Y estas experiencias parecen habernos devuelto una artista tan buena como en sus primeras producciones, pero mucho más completa, cercana en su estética al David Bowie de Low.
Es este mismo caudal sonoro abierto el que se nota en esta obra conjunta. Tras la delicada introducción con sonido de órgano y teclados sintetizados de Fine Again, Tirzah se aprovecha ya en el segundo tema Do You Know de una creación ambiental inquieta, a través de dos sampleados mezclados de su voz y de su guitarra, para encajar la primera canción memorable del disco. Entrecortada, deudora no sólo del glitch actual de un James Blake en forma, sino también de los más atmosféricos Massive Attack de “Mezzanine”.
En Gladly encontramos elementos de teclados tratados al piano que abrazan al oyente, tanto como la percusión orgánica, y la voz suave de Mastin, hasta el intermedio sostenido en coros de fondo muestreados, en otra muestra de un agradecido minimalismo sensual. Holding On pone sin embargo de relieve, la faceta más bailable del combo, donde una caja de ritmos y un órgano sintetizado, sostienen una voz en eco próxima al R&B y soul en sus aproximaciones afortunadas a la música de club. La pieza tiene la frescura de la música producida en directo, con capas no tan abundantes de sonido, pero de una riqueza extraordinaria en sus partes individuales.
Otro riff corto y prodigioso sampleado, en este casi de piano, mantiene continuamente la estructura Affection donde el tono raya casi en la reflexión susurrada, y al final Tirzah, juega con la contraposición desincronizada de su propia voz en segundo plano, de melodía semitarareada, casi sin fraseo. Basic Needs desarrolla con el tema de la ruptura sentimental, a través de la música de sintes y órgano, que acompañan una voz de tono confesional, dónde la música combina cajas de ritmos y coros en autotune a la manera de un collage sonoro.
El autotune sobre su voz toma el plano principal en “Guilty”, junto con la melodía prestada de las notas de un sitar, asícomo un violonchelo que aporta un plano de cuerdas, y una guitarra final que retoma el raseo melódico de estas en un crescendo final. En “Devotion”, que cuenta con la colaboración compositiva y vocal en coros de Coby Sey, vuelve a la parte vocal pura y rotunda sobre una melodía de piano de múltiples variaciones sobre las notas principales, percusiones de platillos en loop, y tono hipnótico con una letra sobre la necesidad del amor y la búsqueda del confort en otros.
Go Now introduce las palmas como elemento rítmico, en la melodía más electrónica del disco, curiosamente unida a la interpretación más soul de Mastin. Una voz desnuda inicia Say When, tema soul con un piano ambient, borroso y martilleante, soleado, quizálo más cercano a Sade, por hablar de otro referente neo-soul y pop, que se pueda escuchar en todo el álbum.
Para terminar, la electrónica asfixiante, percusiva y pesada del inicio de “Reach Hi”, cerrada por una segunda parte más ensoñadora, sensual, burbujeante y cinemática. Estaremos atentos a los siguientes pasos de Mica y Tirzah, porque una vez oído el disco completo y algunas de sus actuaciones conjuntas (también con Coby Sey), en vivo como la del “Pitchfork Music Festival”si profundizan en el camino orgánico que han encontrado, podemos estar ante dos de las renovadoras del panorama musical actual más vanguardistas y a la vez accesibles en sus propuestas.
A favor:
- El buen gusto, conocimiento musical y mimo de Mica Levi y Tirzah Mastin, con la ayuda puntual a la voz de Coby Seym y en la producción y mezclas de Kwes, para generar un buen disco (aunque algo heterogéneo en estilo) de R&
B y electrónica alternativa con algunas partes pensadas incluso para ser disfrutadas en la pista de baile.
- Admirar la aproximación a la utilización de la voz de Tirzah, sabia en cuanto al empleo de cada tono adecuado, dependiendo de la canción y letra acompañante. Es tan singular y a la vez tradicional, que habrá que seguir cuál será su próximo paso de atrevimiento.
- En directo, una vez vista la forma de ponerlas en escena, las canciones no sólo pierden, sino que ganan muchos enteros, porque demuestran su vocación de creación de grupo y no de solista, además de poder comprobar su musicalidad innata. Allí no hay impostación posible, y su parte electrónica gana en calidez y proximidad.
En contra:
- Que se pueda entender como una propuesta minoritaria o “chill”, cuando en realidad parece sólo parece el inicio y preludio de algo mucho más grande, al igual que lo fue por ejemplo “Debut”de Björk, en su momento.
Fotos: Domino Records