A muchos nos pasa. Se acaba la serie que llevamos esperando toda la semana para “bebérnosla” o la peli que tanto ansiábamos ver en la gran pantalla y, cuando va a finalizar… apagas la tele/te levantas de la butaca. Mal hecho. No solo porque la reproducción no haya terminado sino porque a continuación viene la larga lista de personas que componen los departamentos que hacen posible la cinta. Uno de los más influyentes a la hora de adentrarse en la trama es el vestuario.
He tenido la oportunidad de charlar con una profesional del sector, Pilu P. Son muchos los rodajes que lleva a sus espaldas y a día de hoy, asegura que le sigue apasionando su trabajo como el primer día. Tan amable que entran ganas de trabajar con ella, me invita a un té en una agradable terraza mientras charlamos en lo que se va convirtiendo en una entrevista de lo más interesante sobre su profesión.
Spoiler: Si te agobia el “cambio de armario” no sigas leyendo.
Dévé: Si ahora mismo tuviera que preparar el vestuario de un proyecto cinematográfico no sabría ni por dónde empezar.
Pilu: Cuando te contratan para una serie o un largometraje, lo primero que te dan es la “biblia” del proyecto. Aquí se especifican los personajes que componen la cinta, la temática que se va a seguir, la fotografía, las localizaciones… No dejan ningún detalle suelto. Te desarrollan a la perfección el personaje, te hacen ver hacia dónde va a ir y la evolución que va a seguir.
D: Qué personas componen un departamento de vestuario.
P: Más que las personas que trabajan en él, lo importante es que haya buena sintonía entre unos y otros, siempre dentro de una jerarquía establecida.
El figurinista o estilista es el responsable del equipo. Ella/él es quien prepara un dossier con fotografías; una especie de collage que posteriormente presentará al director. En el mismo se muestra el estilismo y la gama de colores de los principales personajes.
El ayudante de vestuario es la mano derecha de éste. Organiza la sastrería y es responsable de todas las necesidades que el plan de rodaje requiere. El sastre de rodaje es el que lleva el raccord al dedillo. Apunta cada mínimo detalle de una prenda, si hay un botón desabrochado o una manga remangada… es imprescindible y un trabajo muy minucioso. No menos importante es el auxiliar, que como su propio nombre indica es la persona que auxilia a la misma sastrería, lavadoras, planchas… que deja toda la ropa en perfectas condiciones según el guión para que la jornada siguiente este todo listo para comenzar (lavadoras, plancha, orden…).
D. Un lema que llevéis por bandera.
P. El orden es nuestra religión. Sin un orden riguroso funcionamos al 50%.
D. ¿Tenéis vía libre para vestir al actor?
P. El figurinista elige el vestuario en función de la secuencia. Sin embargo, el director es quien tiene la última palabra pero se deja guiar por nuestro criterio (casi siempre).
En la última película que he estado rodando y que se acaba de estrenar, este tenía fobia al “rosa bebé”. ¡Imagínate!
D. Entonces, cuando ya os dan el visto bueno ¿empezáis a comprar ropa por doquier?
P. Para nada. Hay otro proceso entre medias igual de importante o más, si cabe, a la hora del visionado en cámara. Nuestro departamento es, junto con el de arte, uno de los primeros en reunirse para ver la gama de colores, que no se “emplasten” ni haya prendas que resulten muy estridentes en los decorados y frente a la cámara.
D. ¿Cómo os organizáis para planear una semana de rodaje?
P. Normalmente, los planes de rodaje se hace con una semana de antelación. Cuando te lees el guión, desglosas las escenas de cada personaje, cuántos cambios de vestuario va a tener. Cuando hay sangre o suciedad, la ropa tiene que ser triple mínimo, una la tienes que dejar limpia y las otras dos para los disparos. Incluso hasta 8 cambios iguales, porque la pelea dure muchísimo y tienes que ir “atrezando” la ropa en función de cómo se va manchando el actor.
Es de suma importancia hacerlo con cuidado ya que no se graba cronológicamente.
D. La sastrería debe ser como un templo, ¿me equivoco?
P. Adecuamos nuestro espacio con un sinfín de burros de todo tipo (doble, móviles, fijos…) donde acumulamos toda la ropa que sale en el rodaje. Desde la interior hasta lo más insignificante que puedas imaginar, por ejemplo un anillo. Las perchas son como la tinta para un escritor; es imprescindible que no deformen la ropa. Siempre que se vea una prenda en alguna escena, corre de nuestra cuenta.
Vas adquiriendo fondo de armario en función del guión. No es lo mismo un traje de chaqueta para un abogado que un atuendo “atrezado” para un vagabundo.
D. Siempre me ha llamado la atención el “tema” de los showrooms. ¿Cómo funciona?
Los figurinistas tienen contacto para cesiones, aunque no todos quieren participar o no todos los jefes de vestuario disponen del contacto para que se produzcan.
Cuando contactas con los showrooms, le presentas la sinopsis y si el tipo de personaje encaja con la marca, ya que al fin y al cabo estás publicitándola. Por eso para ellos también es importante si el personaje estará interpretado por una cara más o menos conocida.
Es muy importante devolver los artículos cedidos en las mismas condiciones en la que nos las prestaron. Nos gusta cuidar la relación con ellos.
Cuando te hacen cesiones, aparte de la publi que se hace durante la emisión, luego se nombra en el reparto todas las marcas que han trabajado en la serie.
A no ser que estés vinculado a este “mundillo”, no se suele pensar en el previo y arduo trabajo que hay detrás de las cámaras. Pero como todo, te ayuda a valorar mucho un trabajo que se desconoce.
A pesar de lo mucho que me agobia el cambio de armarios no he podido dejar de leer …