Inicio Estilo de Vida “Mar de Cristal”de Caliza (Gramaciones Grabofonicas, 2018)

“Mar de Cristal”de Caliza (Gramaciones Grabofonicas, 2018)


Cuando el
álbum de debut de Caliza “Mediodía/Medianoche” (Discos Walden, 2015) se publicó, fue como si un extraño asteroide entrara e iluminase la escena musical madrileña Madrid asombrando a aquella, incluso a la más vinculada a la música electrónica. Y eso, aunque Elisa Perez tuviera cierta historia ya allí, porque era la batería de grupos de pop/rock independiente como Rusos Blancos o Cosmen Adelaida.

Para esta nueva aparición en solitario ya no solo vuelve a realizar labores de compositora, multi-instrumentista y única productora, contando solo con la aplicación Garageband como elemento de trabajo (y sólo algo de ayuda externa en el proceso de mezclas). Aun así, entonces eso concedió a su primer intento, also más que una aproximación amateur. Más bien un estilo propio, aunque anómalo, que causó un impacto mayor de lo esperado, dejando contagiosas canciones tan frescas como «Apuesta», «Ultrasur», «Otra Vida», «Verano No» y sobre todo, «Madrid» un mini-hit que habla sobre la vida (y las ausencias) de la capital con cualidades casi de himno.

Su sucesor adopta ahora un punto de partida distinto. Gracias al apoyo financiero del programa de residencias musicales, del centro cultural Matadero de Madrid, y usando las instalaciones acondicionadas de éste y algunos pequeños estudios, también cuenta  con la colaboración de otros instrumentistas, con guitarras y bajos no procesados, que ya la acompañaban en vivo como miembros de su banda para conciertos, como Laura Prieto o Laura Antolín (de Doble Pletina) al bajo y Santi Castillo a la guitarra acústica o eléctrica.

No sólo eso, sino que la grabación está mezclada y co-producida por ella, y además por David Harrow, músico con cierta fama global en la música electrónica, gracias a su participación pionera algunos de los trabajos memorables de Anne Clark o de Jah Wobble. La ambición, pues crece, y los resultados son algo diferentes: no sólo disfrutables como en aquel primer esfuerzo, sino incluso más maduros en escala y con un mayor rango de paleta sónica y estilo vocal y tonal del conjunto. Destaquemos varios temas entre todos los de este nuevo mundo creado por Caliza.

En su Cara A, la segunda canción «Call of Duty» que atrapa y cautiva al mismo tiempo. Con letras que combinan los sentimientos de compromiso y sacrificio, pero que alientan al cambio y a sentirse hambriento ante la vida abrazando la diferencia y la belleza de todo ello, y una caja de ritmos mezclada con flautas reales, los sonidos sintetizados de campanas crean un estribillo bailable y pleno de compás.

La oscuridad de «Oro», su tercer tema, casi una canción de ambiente gótico, donde sintetizadores pulsantes recrean sonidos de bajo ondulantes, y la voz en tono agudo de Elisa, creando el cuento de un encuentro bajo una estrella brillante, donde se reconoce que todo incluso lo más bello al fin debe decaer y palidecer. Los acordes de un riff de guitarra eléctrica llegan en el último tercio del tema para reforzar el pasaje opresivo, en un esfuerzo casi mayúsculo. Nos recuerda, al fin, lo buena que resulta Caliza en este registro, no tan distante de la temática de las canciones de su primer disco.



Con la cuarta canción, «La Spezia» llega otro pico emocional de este disco. Regresamos a la ligereza y lugares soleados con melodías sintetizadas igualmente evocativas y sensuales para este tema, compuesto y grabado parcialmente en la región italiana del mismo nombre. Habla aquí, sobre la distancia correcta entre dos personas casi deseando amarse, solo a dos pasos de hacerlo, donde las letras que mezclan el español y el italiano respiran auténtica emoción. Incluso referencia en su parte inicial una especie de mensaje inverso a aquel atractivo «Verano No».

«El Paso» llega justo después, con voces dobladas y corales que se suman al final de los estribillos, junto con una mezcla de guitarra acústica, sintetizadores imitando marimbas, y los sonidos reales del viento de las flautas. Resulta curioso que el origen de esta canción cuasi-ambiental sea una representación religiosa cargada de tambores, donde casi todas las consideraciones rítmicas han sido desdibujadas o borradas dando lugar a una pieza ambient salvo por el sonido del bajo de la canción, que respira un encanto similar a las canciones de los trabajos conjuntos de Brian Eno y John Cale.

«Mil Piedras», el primer single del disco y que comienza con la Cara B, donde los sintetizadores de un rango más ligero y melódico, y épicas voces corales, toman la escena de una canción marcada por el arrepentimiento y dolor de las experiencias de amor pasadas, en una metáfora de situaciones de batallas y situaciones irrespirables. La épica batería entra y lleva las fortalezas de esta canción a una calidad mayor de la esperada: estamos atrapados como en una cadena de pegadiza pulsación. Dulce pero resentida.

El tono industrial toma su lugar en un trío de canciones el corazón de esta Cara B: «Apaño», la primera recuerda a las artísticas canciones de The Pop Group y estápróximo al africanismo inspirado por los trabajos a dúo de Brian Eno y David Byrne del rítmico “My life in the bush of ghosts”. Aquí todos los instrumentos tradicionales se mezclan para crear un ambiente casi alienante y aleatorio donde las letras critican una realidad social injusta. Esta canción cuenta con el contraste vocal masculino y grave de Hugo Sierra del grupo Sierra.

«Amistades Peligrosas” toca elementos techno-house de los 90 y de la reciente coldwave, combinados en 4 minutos como una especie de mini-opera maníaca y mecánica sobre una noche de aventura en el Paseo de la Castellana, buscando el sentido de la vida, la muerte, el regocijo y la confianza, como principios rectores del placer, discutiendo si la verdad está en la bondad de lo nuevo. Un verdadero espectáculo de sus habilidades, quizás la canción más bailable que haya hecho nunca Caliza. Se podría poner en una pista de baile en bucle, para patear y brincar, moviéndose como si no hubiese nunca un mañana.

Como colofón del terceto, «Crispy», otra pieza destacable con raíces e influencias arábicas y de Eno-Byrne, dónde el bajo y una melodía de estribillo de saxo profundo se superponen a una melodía con una  chisporroteante, pulsante, burbujeante y crujiente caja de ritmos y aplausos sintéticos, con efectos tanto inquietantes como encantadores bastante hipnagógicas, como un cruce entre una profunda oración y un sueño alucinatorio, que habla de evitar el sacrificio, o la impureza y la vejez de las cosas supuestamente limpias y blancas.

Justo para cerrar la grabación, Elisa elige un número muy tranquilo: la balada «Río Arriba», un tema sobre un viaje al Nilo de estilo sophisti-pop en los arreglos de teclados y los sonidos de solos de saxo, siguiendo las sendas y logros de grupos de los 80 a reivindicar como los escoceses The Blue Nile («Tinseltown in the rain» podría ser una referencia aquí) o los españoles Esclarecidos (y su clásico hit «Arponera»), que muestran una nueva cara de esta fabulosa, joven y talentosa música.

A favor:

  • Este segundo disco es una prolongación y evolución natural, más madura de Mediodía/Medianoche, que ya fue un éxito “underground”de la música electrónica en España, que en manos de Caliza siempre toma un carácter orgánico y detallista
  • Descubrir el corazón brillante y sensible de esta artista, para después aplaudir su capacidad para desarrollar melodías sintéticas insólitas con temas a veces tan cotidianos. Confiamos en que tiene futuro para hacer aún más discos tan buenos (o incluso mejores) como estos dos primeros
  • La cuidada estética del formato de la edición física del disco, que solo estádisponible en LP de vinilo prensado en 299 copias y en 49 CDs, a través de sus editores Gramaciones Grabofónicas (gramacionesgrabofonicas.bandcamp.com)

En contra:

  • El disco podría tener un inicio algo mejor. Dos temas de su Cara A son lo más débil del álbum: la intro instrumental “Himno de Italia”, un tanto prescindible, y el casi ambient, pero sólo correcto “Esplendor”, transición de Cara A a Cara B
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Cinéfilo y crítico a tiempo parcial, además de ingeniero de caminos. Trabajador del ferrocarril y del celuloide, busco tender puentes con otros campos y profesiones, así como recorrer caminos culturales y de ocio. Mi lema es que siempre hay nuevas formas y tiempo para aprender, pero también para enseñar. El cine es una de ellas, proporcionando además una vida libre. Sigo creyendo que John Ford es el mejor director de cine de la historia.

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