5 riesgos de dimitir en silencio (y algunos consejos para evitarlos)
Todos hablan de la renuncia silenciosa, algo bastante normal desde la perspectiva de la salud mental, el derecho a salir a tu hora, y el sentido de la cultura del ajetreo. Hace falta un cambio, todos lo tenemos claro, y dimitir en silencio puede ser una buena opción para encontrar el anhelado equilibrio entre vida personal y trabajo.
Sin embargo, ya algunos han constatado que renunciar silenciosamente no es una práctica libre de riesgos. En algunos casos puedes toparte con consecuencias negativas.
No quiero que estés entre los que verían peligrar su carrera por dimitir silenciosamente de forma equivocada . Por ello, en esta nota te hablaré de 5 riesgos que debes tener en cuenta, y cómo evitarlos.
1. El riesgo de que te despidan (en silencio o no) es real.
Si pasas de vivir para trabajar a hacer lo justo, las personas se darán cuenta del cambio. Aun si estás cumpliendo a cabalidad con todas tus tareas, notarán que estás haciendo lo mínimo. En este sentido, conscientes de tu cambio, y posiblemente de tu estrategia, la empresa podría considerar despedirte.
Se habla mucho de que las empresas no pueden despedir a todos sus empleados. Pero ¿qué pasa cuando solo unos pocos se adhieren a la renuncia silenciosa? En estos casos, el despido no pesa tanto, por lo que se convierte en un posible riesgo para tu carrera.
Supongamos que no te despiden, pero bien podrías terminar con la carta del despido silencioso. Esto es dar a los empleados lo mínimo, y se traduce en menos apoyo y recompensas en el cumplimiento de tus tareas.
Puede ir desde cosas mínimas como asignar tareas que no te gustan o que no son tu punto fuerte hasta evaluaciones de desempeño deficientes sin explicación, o el cierre de programas de capacitación, u otras medidas hostiles.
Si no deseas renunciar pero necesitas un cambio, este artículo te ayudará.
2. Retrasos en tu carrera y la consecución de tus objetivos profesionales
Cuando recurres a la renuncia silenciosa es menos probable que obtengas oportunidades de crecimiento y aprendizaje. En especial si la empresa responde con medidas como el despido silencioso.
Además, otros empleados podrían ver tu renuncia como una oportunidad para tomar ventaja. Si tú y otros colaboradores están haciendo lo mínimo, entonces habrá menos competencia, permitiendo que personas que antes no destacaban ahora sean consideradas para ascensos, aumentos de sueldo y otras oportunidades.
3. Conflictos con tus compañeros de trabajo
Como comentaba antes, las personas percibirán el cambio, y algunos compañeros podrían sentir que están cargando peso extra a causa de tu decisión. Tú te vas a la hora, mientras ellos se quedan haciendo horas extras.
Incluso podrían tomarlo como que te has vuelto holgazán.
Desde luego, ha sido decisión de ellos quedarse, como ha sido tu decisión marcharte a la hora. Pero aun así, podrías recibir algo de animadversión.
4. Menos satisfacción laboral
La mayoría de nosotros queremos estar orgullosos del trabajo que hacemos. En consecuencia, no utilizar todo tu potencial puede hacer que te sientas insatisfecho. Si estás acostumbrado a dar lo mejor de ti, o si tienes creencias muy perfeccionistas, limitar tu desempeño podría generar sentimientos negativos, que a la larga podrían derivar en desesperanza e inconformidad.
Dimitir en silencio no solo minimiza el esfuerzo, sino cualquier satisfacción emocional en el trabajo, lo que es alarmante si consideramos la cantidad de tiempo que pasamos cada día en la oficina.
5. Puede ocultar los signos de agotamiento
Si bien el concepto de la renuncia silenciosa puede ofrecer algo de alivio frente al agotamiento, es poco probable que mejore la sensación de bienestar a largo plazo. Cuando se ha estado sometido a presión por mucho tiempo, renunciar silenciosamente por sí solo será insuficiente.
Conviene acompañar la dimisión de algún tipo de orientación o apoyo profesional, a fin de resolver las causas del agotamiento. De lo contrario, se corre el riesgo de agravar la situación con la tensión generada por los puntos anteriores, además, de los problemas existentes previamente.
Mientras tanto, debes conservar la calma, este artículo te ayudará.
Cómo hacer frente a estos riesgos
Renunciar en silencio es una estrategia válida y que bien aplicada puede ser bastante beneficiosa, pero los riesgos mencionados no pueden obviarse. Por el contrario, conviene contemplarlos cuidadosamente.
La buena noticia es que en general puedes minimizar el impacto de estos riesgos. A continuación te comparto algunos consejos para renunciar en silencio sin afectar tu carrera:
Hazlo con un objetivo claro en mente
Establece límites saludables y trata de solucionar cualquier problema que te moleste en el trabajo antes de dar el paso hacia la dimisión silenciosa. Pero si nada funciona, avanza en tu decisión, pero hazlo con un objetivo en mente.
Por ejemplo, puedes hacerlo para poner fin al agotamiento y a la presión que el trabajo pone sobre ti. También puedes hacerlo con el fin de equilibrar tu vida personal con el trabajo, o como una medida temporal mientras consigues otro empleo o pones en marcha un proyecto propio.
Asegurate de cumplir con lo establecido en el contrato
Esto reduce el riesgo de un despido. Conocer cuáles son tus funciones, dónde empiezan y terminan tus responsabilidades, es clave para que puedas apegarte a lo mínimo. De esta forma, evitas darle municiones a la empresa para un posible despido.
Un aspecto en el que también debes ser cuidadoso es en el cumplimiento de tu horario. Sé puntual.
Mantén la cordialidad con jefes y compañeros de trabajo
Mantén en mente que el problema lo presenta la compañía, y no necesariamente tus compañeros de trabajo, sé amable con ellos.
Incluso tu jefe directo podría estar atrapado al igual que tú en la cultura del ajetreo y las políticas de la compañía. Y aun si guarda responsabilidad sobre las condiciones que generan insatisfacción, procura ser amable. Un poco de cortesía podría hacer la diferencia en tu proceso de renuncia silenciosa.
Haz lo mínimo según tus valores
Hacer lo mínimo según nuestros valores, y no solamente lo mínimo según el contrato, evitará que tu autoestima y nivel de satisfacción personal se vean afectados negativamente. Puedes hacer solo lo necesario para evitar el despido, pero hazlo de una manera en que no dejes de sentirte satisfecho y orgulloso de lo que haces.
Además, aprovecha para equilibrar tu vida, y desarrollar otros proyectos fuera del trabajo que te generen sentimientos de satisfacción y logro.
No tomes la renuncia silenciosa como un plan a largo plazo
La renuncia silenciosa puede ayudar a reenfocarte en tus necesidades fuera del trabajo y, con suerte, a recuperarte del agotamiento. E incluso a entender mejor tus necesidades y límites dentro del lugar de trabajo actual, o de cara a un nuevo empleo. Pero de ninguna manera es una solución a largo plazo.
Renunciar silenciosamente no resuelve el problema referente a la cultura del ajetreo, solo la evade. No es una cura para el agotamiento, ni para el descontento que puedes sentir en tu trabajo.
Por ello, quedarse indefinidamente en esta situación, puede traer más problemas que soluciones. Ten un plan de transición que te lleve de la renuncia silenciosa a algo más grande y placentero, según tus metas personales y profesionales.
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