Sabes que lo dirán. Te harán alguna de esas preguntas incómodas. Te haces algo de ánimo mental o piensas en otra cosa. Y mantienes el tipo mientras les oyes la frase condescendiente que de manera indirecta te echa la culpa a ti por tu estado civil. Ya ni siquiera son consejos, son desahucios.
«Llegará cuando menos te lo esperes».
«Ya, ya» —la misma respuesta desganada que diste las 97 veces anteriores—. Que sí, que la soltería no tiene por qué ser mala, y que no hay que dejar las opiniones de otras personas definirte y que hay que abrazar la independencia y libertad que vienen con la soltería. Que mejor sola que mal acompañada, también. Pero hay más opciones entre estar solo y estar mal acompañado.
¿Qué problema hay con querer estar bien acompañado?
La vida ya da suficientes recordatorios de que la soltería es cara. Incluso para comprarte una casa pagas la tasa de soltería. Para más inri, el 11 de noviembre es el día de los solteros y lo que mejor supieron hacer los de marketing fue incitar a la gente a comprar.
Por otro lado, salir con amigos emparejados es algo incómodo, más cuando empiezan a hacerse muestras de cariño en público. Constantemente te recuerdan tu estado cuando te preguntan por qué todavía no tienes pareja, como si te preguntaran por qué no has aprobado el examen de cambio de curso. Y lo peor es cuando ni siquiera has respondido y te lanzan consejos no solicitados sobre cómo encontrar a una persona. Como si no fuera suficiente, está la presión para encontrar a alguien, especialmente conforme pasa el tiempo y tus amigos se emparejan.
Si alguien está soltero y quiere una relación, eso no significa que no pueda estar solo. No significa que no sea independiente, sea codependiente, y no significa que no se quiera. Simplemente busca conexión y compañía. Para esa persona es importante. Eso está bien, un respeto.
A veces hay que saber decir «no» en un mundo que te obliga a decir «sí»
Cuando la gente te da consejos tontos
¡Disfruta tu vida soltera! Tú haz como que no quieres nada, así por psicología inversa ocurrirá. ¿Pero no quieres tú una relación? ¡Las cosas hay que decirlas! Ya sabes, no la desees con tanta intensidad, si la deseas mucho estás desesperado y la desesperación se nota. Deberías ir a terapia, estás demasiado ansiosa. Deberías aprender a quererte más. Pero asegúrate de que no te conformas con poco y encontrarás al adecuado. Tú lo vales, ¿eh? A ver, no seas tan exigente, a tu edad ya no procede. ¡Cuidado con los red flags! Tú no lo busques, sal ahí fuera y aparecerá. Yo qué sé dónde, ¡ahí fuera! Oye, ¿pero no estás en las apps? ¿Así cómo esperas encontrar a alguien?
Ni siquiera una búsqueda de empleo se observa con tanta frialdad. Nadie ha oído un «Si no sabes estar feliz desempleado, tampoco estarás feliz con un empleo». Hay gente infeliz en su trabajo, pero eso no bloquea el derecho a tener uno y poner la insignia de «busco empleo» en Linkedin.
Es fascinante que la gente soltera reciba culpas por estar soltera y también por querer dejar de estarlo. Que no se sorprendan si al final la soledad de estar solo acaba doliendo más. Hay cosas que no necesitan una evaluación, sino entenderlas y un poco de compasión.
«¡Tú estás soltero, qué suerte! Te libraste de problemas. Ahora mi novia y yo…» no ayuda tampoco.
Si te interesan, aquí hay algunos artículos más sobre el estado de soltería:
Cómo mantener la amistad cuando estáis en diferentes etapas de la vida
¿Tendrá la modernidad líquida algo que ver al respecto?
El entorno de las citas da vértigo
La primera cita que no se convierte en segunda. Interpretar sus mensajes de texto (o su ausencia), apps, el ghosting, 50/50, los malos y buenos dating coaches (la mayoría malos), sexo con gente que conoce tus partes íntimas antes de cosas básicas como qué te gusta hacer y qué sueñas, ver que se va, tener que apoyar a tus amigos emparejados en sus problemas… la lista continúa.
Vale, los amigos, la familia y los animales ayudan y hacen falta. Pero para mucha gente una conexión romántica y sexual los llena de otra manera.
Internet está lleno de artículos que parecen una barricada a favor de la soltería y de forzarse a ser feliz en ella. Sobran artículos que con tono condescendiente intentan que la gente triste no esté triste, más escritos por un robot que por una persona que ha experimentado la soltería y lo que puede llegar a doler. Este procura ser diferente. Si tú estás a gusto soltero, probablemente no es para ti. Pero dentro de lo complejo de la vida, también está este modo de pensar, completamente legítimo.