Hacer un cambio en tu trabajo puede sentirse, en ocasiones, como algo urgente. Así me lo hizo ver un gerente de marketing al que visité por temas de publicidad hace poco.
Empezó a relatarme que trabaja cada vez más horas, que vive resolviendo asuntos y que conduce un equipo de trabajo para distintos proyectos, pero al final de la jornada no se siente satisfecho.
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Los días se suceden e ir a la oficina se ha transformado en una verdadera guerra. No puede descuidarse porque pondría su puesto en juego. ¿Puede ocurrir algo como eso? ¿Puede un lugar de trabajo convertirse en un campo de batalla?
Si ocurre, no es sano y puede producir serias consecuencias en tu vida personal y laboral. Se impone que hagas un cambio en tu trabajo para que puedas disfrutarlo y te permita crecer. Pero la pregunta del millón es ¿cómo?
¿Cuándo es necesario hacer un cambio en tu trabajo?
Un cambio en tu trabajo se impone cuando, como en el caso del gerente de marketing que entrevisté, sientes que todo lo que haces no te hace bien. Él me relató lo que le ocurría:
- Trabajaba horas de más y llegaba a su casa cuando todos dormían.
- No podía compartir momentos en familia.
- Aun en su casa, lo llamaban para resolver temas fuera de horario que interrumpían su vida personal
- Llegaba a la oficina y había una nueva exigencia y urgencia para resolver
- La relación con su equipo de trabajo era tirante y difícil
Cuando sientes que no se valora tu desempeño o que el modo de hacer las cosas no es el adecuado y te generará insatisfacción, si a eso le agregamos que debes defender tu puesto todos los días, llegó el momento del cambio.
Hay que tener presente que el trabajo es muy importante en la vida de cualquiera. No solo por razones económicas, sino porque el bienestar laboral se traduce en salud física y mental.
Por ese motivo es clave sentirse satisfecho con lo que uno hace. Ante síntomas de este tipo, hay que replantearse qué es lo que está ocurriendo y cómo llegamos hasta allí.
¿Cómo hacer un cambio en el trabajo?
Hacer un cambio no significa cambiar de trabajo. De hecho, este gerente de marketing con tantos años en la empresa no creo que necesitara cambiar de compañía.
Su problema estaba en que quería resolverlo todo y ser la respuesta a cada situación. Para ello asumía responsabilidades,aun fuera del horario de trabajo. Quería tener todo bajo su control y, en realidad, lo perdía.
¿Cómo podía iniciar un cambio? Primero, debía tomar consciencia de que no se puede ser la respuesta a todo. Asumir que la forma en que estaba trabajando le generaba insatisfacción ya es un principio de cambio.
Sobre eso giró el resto de nuestra conversación. Juntos llegamos a la conclusión de que la compañía no era el problema y que crear una historia diferente lo llevaría a hacer las cosas de manera distinta.
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¡Créate una historia diferente!
La respuesta pasa por producirte una historia diferente ante las mismas situaciones. Algunas de las cosas que se me ocurrieron frente a este gerente estaban relacionadas con reconocer lo que le generaba tensión.
Cuando logró detectarlo, hicimos un plan con posibles soluciones. Luego conversamos sobre todo lo agradable de su trabajo y que había un supervisor al que podría recurrir por consejo o ayuda ante aquello que le generaba presión.
También arribamos a la conclusión de que, si tienes personas de confianza en tu entorno laboral o personal, contarles lo que ocurre en el trabajo sería de gran ayuda.
Finalmente, nos dimos cuenta de que esta conversación había sido muy útil. Un breve descanso en la jornada laboral para tomar un café y una agradable charla puede suponer un cambio real en tu trabajo.