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5 comportamientos que te hacen caer mal en la oficina

Esta es una re-edición del artículo homónimo publicado el 03/02/2020

La instrospección puede llegar a ser un trabajo difícil. Esto pasa porque desde pequeños nos acostumbramos a mirar hacia afuera. Esa interpretación de la realidad es distinta para cada uno, pero ni tú ni yo estamos exentos de caer en comportamientos que nos hacen caer mal en la oficina. Recuerda que hemos crecido en entornos distintos (familia, centros educativos, religión, país…). Por esta razón, cada uno determina qué es correcto o incorrecto basándose en toda esa información que ha ido acumulando en el transcurso de su vida.

Sabemos que hay mucha gente tóxica en los ambientes laborales, mucho de ellos hasta son nuestros superiores. Otras veces, las personas no tienen la culpa, suele ser una mala relación con ellos lo que nos lleva a sentir ese rechazo.

Deberías preguntarte antes que nada cómo es tu comportamiento en la oficina y tu relación con los demás. Lo importante es que no pongas toda la carga o responsabilidad en los otros. Primero hay que ver la paja en nuestro propio ojo.

Lo cierto es que en sentido generalizado tenemos la tendencia de esconder nuestros fallos, socialmente errar está mal visto. Es curioso: si lo miramos desde otra perspectiva, los errores que reconocemos y que hacemos conscientes nos proporcionan aprendizaje, y esto nos permite no repetirlos, y por consiguiente, comenzar a generar resultados más positivos.

A continuación describiré cinco comportamientos que pueden ocasionar una mala relación con tu entorno laboral. Es importante hacer un análisis y que en el caso de identificar un ápice de alguno de estos, busques la forma de corregirlos con el fin de hacer tu trabajo más llevadero.

Si este no es tu caso, puedes leer este artículo: Me caen bien mis compañeros, pero no quiero más horas con ellos.

1.   La negatividad

Hay días en los que una nube gris domina el cerebro. Cuando estamos así, en vez de encontrar soluciones, encontramos problemas; o en vez de dar ideas, nos enfocamos en los contras. La actitud puede llegar a ser contagiosa y terminar por drenarte y drenar a quienes nos rodean.

Si logras ser conscientes de que estás en este estado, serás más prudente a la hora de opinar. Cuando nos sentimos densos o negativos, quizás la mejor manera de colaborar sea escuchando e intentando apoyar. En vez de enfocarnos en todo lo malo que puede pasar.

2.   Pensar que siempre tenemos la razón

Creo que todos en algún momento desempeñamos este rol. El problema real está cuando se convierte en algo habitual. Es normal que desde nuestra perspectiva tengamos todos los argumentos que hacen a nuestra opinión o idea la mejor. ¿Pero acaso el otro no tendrá también sus ideas y sus argumentos?

Muchas veces una buena idea nace de la combinación de varias. Abrirse a escuchar las opiniones de los demás no solo enriquece, sino que ayuda a aprender cosas que posiblemente no sabías, a motivar al equipo o compañeros y a ser mejores.

3.   Competir y compararnos todo el tiempo

A temprana edad aprendemos a compararnos y a competir. Este es un resultado directo del sistema educativo y las calificaciones. Ahora bien, si ese comportamiento se convierte en algo desmedido, podemos llegar a convertirnos en el horror de la oficina. Este hábito no solo nos lleva a producir molestia en los demás, sino que también amarga la vida, porque uno nunca logra estar satisfecho.

La idea no es dejar de luchar por alcanzar los objetivos; la idea es comenzar a compararte y a competir con tu yo del día anterior. Cada uno de nosotros tenemos distintas aptitudes.

¿Qué sentido tiene compararnos o intentar competir con alguien que tiene aptitudes distintas a las nuestras? Lo cierto es que si en vez de intentar ganarle al otro intentamos superar nuestra marca de ayer, obtendremos mejores resultados y trabajaremos con más motivación.

4.   Adueñarse de todos los méritos

Este rol es quizás uno de los que más desmotivación produce en el equipo o en los compañeros. La típica persona que cuando recibe un reconocimiento, no reconoce la labor que han hecho los demás para alcanzar el resultado positivo.

Es muy importante que todas las personas con las que trabajamos sientan que sus ideas son reconocidas, esto las motiva y las impulsa a ser más creativas. A veces es necesario un poco de empatía. ¿Acaso te gustaría que se llevaran el mérito por algo en lo que has puesto empeño? Comparte los créditos según corresponda, incluso cuando creas que has hecho más con los demás.

5.    Pasar por encima de los demás

El último rol que he elegido es el más tóxico de todos. En ocasiones cuando estamos enfocados en una meta, sin darnos cuenta perdemos la objetividad e incluso las emociones. Nos enfocamos a tal punto en nuestro objetivo que todo lo que está alrededor deja de tener importancia. En este momento podemos pasar por encima de los demás, o incluso mentir con el fin de esconder una falta que pueda alejarnos de nuestro propósito.

Somos seres humanos, ninguno de nosotros está exento de caer en estos comportamientos tan negativos. Lo importante es reconocerlo y trabajar para evitar convertirnos en villanos.

Es muy importante tener en cuenta que incluso si caemos en estos hábitos de forma inconsciente, terminamos por ser esos victimarios a los que muchas veces criticamos.

Siempre es posible trabajar en nosotros mismos. Es parte del crecimiento personal y laboral.

Si te interesa tu desempeño en la oficina, quizás sea hora de contratar un coaching de carrera.

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Soy life coach y escritora de bienestar emocional. Los años en el sector privado me inspiraron a volcarme en el mundo de la inteligencia emocional y el liderazgo. Actualmente, además de escribir para Dévé escribo en valorarteblog.com. Espero poder aportar con mis artículos herramientas que mejoren tu vida laboral.

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