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Cómo comenzar con buen pie en un nuevo puesto de trabajo

Cómo comenzar con buen pie un nuevo puesto de trabajo (aunque hayas comenzado hace poco)

Se acerca un nuevo año, y con éste, el entusiasmo por cambiar nuestra vida con la intención de tomar caminos más gratificantes. En este sentido, muchas personas en busca de mejoras en su carrera profesional, deciden cambiar de empleo al inicio de año.

Si tú perteneces a este grupo de personas, las siguientes recomendaciones te ayudarán a asegurar el éxito en tu nuevo empleo.

No temas hacer preguntas

Durante los primeros días y semanas es usual que recibas mucha información a manera de entrenamiento. Es importante que te escuches y observes con atención, pero sobre todo que preguntes. Esto no solo te ayudará a aclarar cualquier duda y a entender el funcionamiento de la empresa y sus procesos. Sino que, además, denota interés y proactividad.

Así que no te límites a asentir con cada explicación que te den. Por el contrario, es el momento perfecto para que demuestres tu curiosidad y ganas de aprender.

Sé humilde

Ser humilde no se trata de caer en falsas modestias, ni mucho menos en adulaciones. Se trata de entender que estás llegando a una organización ya conformada, cuyos miembros tienen dinámicas explícitas e implícitas ya establecidas. Incluso si tu nueva posición supone autoridad respecto a otros miembros de la organización, conviene escuchar con atención a los compañeros, en lugar de intentar imponer nuestros modos de hacer las cosas.

Y si es preciso imponer tu forma de trabajar, hazlo con la mejor actitud posible. Deja claro que respetas la forma de trabajar de tus compañeros, y que tienes tantas ganas de aprender de tus compañeros como de intercambiar saberes.

Establece y comunica objetivos para tu nuevo rol

Tras tu primera o segunda semana, es probable que comiences a sentirte cómodo y ya tengas una idea clara de cómo funciona la empresa. Entonces, podrás establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo. Asegúrate de que estén alineados a los objetivos que persigue la empresa, y compártelos con tus jefes. No es preciso que sean grandes metas, pero sí que sigan la filosofía SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales) para que te proporcionen enfoque y dirección durante esta primera etapa dentro de la compañía.

Luego organiza y planifica tu tiempo y recursos en función de esos objetivos. Esto te mantendrá motivado, a la vez que permitirá a los demás percibir ese nivel de motivación.

Establece límites entre tu nuevo empleo y tu vida personal

Sucede con frecuencia que, al iniciar en un puesto de trabajo, el afán por mostrar a los nuevos jefes cuán motivados estamos y eficaces somos, terminamos por desarrollar hábitos laborales poco saludables. En este contexto, es sumamente importante que, desde el inicio de tu nuevo rol, establezcas límites y una rutina productiva pero sostenible.

Formas amables de decir no en el trabajo

No lleves trabajo a casa, ni suspendas actividades personales por trabajar horas extras (salvo que sea necesario), ni respondas correos ni llamadas fuera del horario de oficina. Estos y otros hábitos sanos favorecen la motivación laboral a lo largo del tiempo, evitando que aparezcan la apatía y el burnout.

Claves para el primer día de trabajo

Pocas cosas dejan tanta huella y dicen tanto de una persona como la primera impresión. De allí que el primer día de trabajo, sea tan importante para tu carrera dentro de la organización. En este sentido, los siguientes trucos te ayudarán a comenzar con buen pie en tu nuevo empleo.

Sé puntual

Este es más como un consejo de vida, pero lo cierto es que pocas cosas te dejarán peor parado que llegar tarde en tu primer día. Tus superiores lo tomarán como una falta de seriedad y ética laboral, y tus subordinados perderán un poco de respeto por ti, haciendo casi imposible hacer un llamado de atención si alguna vez ellos llegan retardados.

Llegar con antelación es una forma de decirle a la empresa que tienes ganas de empezar a trabajar y aprender. Llegar tarde dice justamente lo contrario.

Prepara tu atuendo con anticipación

Tu vestimenta siempre es importante, y el primer día lo es aún más. Pues como ya hemos dicho se trata de dar una buena impresión. Además, durante el primer día se conoce a muchas personas. Definitivamente, sería un error tomar lo primero que encuentres en el armario.

No es necesario que vayas de traje y corbata, salvó que el código de vestimenta y la posición así lo requieran, pero si vestir con pulcritud y apariencia profesional. Esto no tiene por qué impedir que muestres tu personalidad. Se trata de exhibir, a través de tu vestimenta, la versión más profesional de ti mismo.

Sonríe

El lenguaje corporal representa el 70% de lo que comunicamos. De allí que mostrar una actitud sonriente y relajada, transmitirá la sensación de que estás feliz de estar allí, de que te sientes confiado y con energía para enfrentar los retos. A la vez que será una invitación para que tus compañeros se acerquen a conocerte.

Es poco probable que el primer día puedas hacer gala de todos tus conocimientos, pero si puedes dejar huella con tu actitud. Y toda actitud amable y agradable comienza con una sonrisa.

Si bien no existe una fórmula mágica, todos estos aspectos te ayudarán a sumar en tu día a día laboral, construyendo así las bases para formar relaciones laborales sólidas, y cimentar el camino hacia el éxito en este nuevo reto profesional.


 

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Creo que existe una solución para cada problema. Y que toda solución comienza con la actitud correcta. Soy licenciada en administración, me apasionan las personas, las organizaciones y encontrar formas para crecer, relacionarnos y construir nuevas y mejores realidades.

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