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Cuando salgo del trabajo a mi hora me siento culpable

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¿Por qué me siento culpable al apagar el ordenador a las 5?

Lo primero: ¿salir del trabajo a tu hora te hace peor profesional? No. ¿Salir del trabajo a tu hora da imagen de menor compromiso con tu empresa? No. Si soy soltero y no tengo hijos, ¿debería quedarme más tiempo porque se supone que tengo menos ocupaciones que mis compañeros casados y con hijos? Claro que no.

Esta es la verdad: más horas no son mayor competencia, ni mayor implicación, ni mayor vocación profesional. Más bien pueden ser una señal de que no quieres ir a tu casa a atender a tu familia. Y además, demasiadas horas extra son malas para la salud. Ya son conocidos los efectos del sedentarismo, aunque según un reciente estudio, los profesionales que trabajan más de 55 horas a la semana tienen un 33% más de riesgo de padecer una enfermedad del corazón comparados con los que hacen 35-40 horas. No es que las horas extra categóricamente causen que tu compañero el adicto al trabajo caiga fulminado de un infarto pero, en palabras de los investigadores, ese accidente sería el «resultado de una provocación repetitiva de la respuesta del estrés». Mirar fijamente una pantalla en la misma posición durante horas sin moverse, aguantar presión, una mala dieta y hábitos tóxicos son un cóctel perfecto.

No hace falta exponer más consecuencias, este artículo tampoco pretende meterte miedo.

Pero salir del trabajo a la hora es un derecho que parece estarse perdiendo. Estos cinco abordajes pueden ayudarte a comenzar a salir de tu trabajo a una hora razonable, incluso si tienes mal acostumbrado a tu jefe:

Tu sentido de la importancia no está ligado a estar enterrado en tu trabajo.

Uno de los cinco tipos de síndrome del impostor es el del superhéroe (leíste bien, hay más de un tipo de síndrome del impostor y más de una razón por la que salir del trabajo temprano puede despertar sentimientos de culpa). El superhéroe se fuerza a darlo todo, porque por un lado esconde sus inseguridades; por otro, su sentido de la validación está asociado a estar trabajando, no en el resultado en sí.

Además, es hora de aceptar que el sentido de importancia no radica en estar enterrado en trabajo sin hacer nada más. El personal encargado de decidir quién asciende y quién no observa el grado de desempeño de un conjunto de cualidades. Quizá estar siempre enterrado en trabajo sea una bandera roja.

Tu jefe no ve lo que aportas. Y esta es la razón

Los días necesitan planes realistas

Ciertamente, a veces definir «realismo» como concepto concreto es como querer agarrar el aire con las manos. Pero cuántas veces se marcan metas más desde el sentido del querer impresionar que desde lo que sabemos, por experiencia, que tardaremos en hacer algo. Los procesos iterativos y la asertividad sirven para plantear el realismo y trabajar desde lo sostenible.

Deja de permitir a tu síndrome del impostor decidir tus movimientos profesionales

Las mujeres, las personas de color y los junior son más propensos a decidir sus movimientos profesionales desde el querer demostrar. Seguramente haya que recordar que el síndrome del impostor puede ser más bien el resultado de una discriminación sistemática más que una ilusión, el mecanismo de defensa ante microagresiones pasadas o la sensación de desarraigo por no tener un mentor. 

Pon actividades en tu vida

Que te hagan salir del trabajo y que comiencen a cierta hora. La ley de Parkinson dice que el trabajo se expande hasta llenar todo el espacio disponible para completarse. O sea, si a una tarea se le dan 3 horas, se hará en 3 horas y si se le dan 10 horas, tendrá 10 horas. Por eso alguien que asume que a una cierta hora ha de estar fuera en otras ocupaciones se asegurará de trabajar rápido sin distracciones. Hay personas lo suficientemente disciplinadas como para poder marcar el límite solos y sin ayuda, pero no hay nada malo si eres una persona normal y decides incorporar una actividad que comience a cierta hora en cierto lugar. En ocasiones puede ser salir a correr con el club de running. Puede ser ir a la iglesia. Puede ser recoger a tus hijos del colegio. Puede ser tu clase de cocina, o tu clase de inglés. O simplemente estar con tu familia para cenar. La idea es algo que sea un evento al que debas llegar puntual. Esto te hará salir a tu hora.

Reformula tu diálogo interno con respecto a «salir del trabajo»

Puede ser difícil darte el permiso internamente de salir del trabajo porque puedes sentirte culpable por salir antes que los demás. Puede preocuparte dar la imagen de persona no lo suficientemente comprometida. Pero esto es una perspectiva. Tu trabajo puede tener buena calidad y haber sido más eficiente. De modo que ¿Cómo puedes callar esa vocecita que te acusa por apagar el Teams a la hora? Simplemente reformando tu idea sobre ello.

En lugar de pensar: «Estoy dejando el trabajo ahora», pivota hacia algo diferente. Más bien piensa:

«Voy a estar con mi familia ahora»
«Voy a apoyar a mis hijos en sus actividades extraescolares»,
«Voy a quedar con mi amiga para cenar porque socializar me ayuda a estar conectado con los míos»
«Voy a hacer ejercicio para mantener mi cuerpo en forma»
«Voy a cocinar porque me ayuda a relajarme y comer bien me mantiene sana»

Encuadrar tu siguiente actividad como un compromiso importante de tu vida puede hacer más evidente tu necesidad de irte a tiempo. Estos cinco abordajes sentarán una base para ayudarte a irte a tu casa sin sentirte culpable (y salir con sentido del logro).

 


Imagen: Min An

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