¿Llegas tarde siempre? No eres el único. El 67% de los españoles también lo hacen, según una encuesta de la app Wave. Pero hay una diferencia entre llegar tarde de vez en cuando y ser un impuntual crónico.
Si eres de los segundos, tienes un problema con el tiempo y seguro vives sus consecuencias con frecuencia. Vives en tu burbuja temporal, donde subestimas la dificultad y tiempo que toman las cosas. Hasta que te das cuenta de que ya es tarde.
La impuntualidad tiene muchas causas. Cada persona lo vive de manera diferente, aunque quieran cambiar. Pueden ser creencias, experiencias o incluso condiciones como el TDAH. Pero tranquilo, no te apures, te voy a compartir las tres causas principales que influyen en la impuntualidad crónica y cómo lidiar con ellas según mi experiencia.
Tu percepción del tiempo no es buena
Una de las más comunes y documentada por la ciencia es la percepción engañosa del tiempo. Nuestro cerebro nos hace creer que las cosas nos llevarán menos tiempo del que en realidad necesitan, o que podemos hacer varias cosas a la vez sin perder el ritmo.
Los impuntuales crónicos suelen tener una percepción del tiempo deficiente o alterada. Lo he visto. Personas que sobreestiman su velocidad para hacer las cosas, subestiman el entorno: tráfico, el móvil, imprevistos…
También se ha demostrado que el ambiente influye. ¿Alguna vez has escuchado que el tiempo vuela cuando te diviertes? Es cierto, al menos en cuanto a la percepción del tiempo. Una tarea nos puede parecer más larga o más corta dependiendo de la música que escuchemos. O un viaje en metro puede sentirse más largo si el vagón está muy lleno o no.
Todo esto incide en cómo percibimos el tiempo. Y en los impuntuales crónicos se traduce en una noción del tiempo poco realista.
Para mejorar tu noción del tiempo, puedes hacer lo siguiente:
- No confíes en tu intuición. No asumas que llegarás en veinte minutos. Hay muchos factores que te retrasan: el tráfico, el aparcamiento, la caminata, el vecino, el café. Puedes usar Google Maps para estimar el tiempo que te tomará llegar a tu destino.
- No te propongas llegar justo a la hora. Si la conferencia empieza a las 9 a.m., no te organices para llegar a esa hora. Eso es arriesgado. Cualquier imprevisto te hará impuntual. Mejor, proponte llegar por lo menos 10 minutos antes. Así tendrás una ventana de tiempo para solucionar cualquier imprevisto que surja.
- Rodéate de relojes. Los relojes te permiten apreciar mejor el paso del tiempo. No te limites a un reloj de pulsera o el móvil. Ten relojes grandes en los lugares donde pases mayor parte del tiempo: tu habitación, la sala, la cocina, y oficina.
- Usa muchas alarmas. Pon una alarma para cuando tengas que empezar a prepararte, otra para cuando tengas que salir de casa y otra para cuando empiece tu cita. Así no te despistarás si se te va el tiempo.
- Usa el time blocking. Es una manera no humillante de exponerte ante lo que tardas de verdad en hacer algo. Simplemente, pon un temporizador que cuente hacia atrás y comienza a hacer una tarea que te propusiste. Bienvenido al proceso iterativo de la mejora.
A veces somos impuntuales porque no nos gusta lo que tenemos que hacer
No todo es un asunto de percepción, también llegamos tarde porque no sabemos gestionar nuestras emociones. Somos impuntuales porque estamos evitando algo que nos disgusta o nos aburre. La procrastinación y la impuntualidad con frecuencia empiezan en lo que se conoce como un campo ugh, y podría mejorar con un poco de inteligencia emocional y autoconocimiento.
En estos casos, la inteligencia emocional es imprescindible. Algunas claves útiles:
- Antes de un evento urgente, no hagas nada que te guste o te importe. Ni tu serie favorita, ni tu trabajo más interesante. Puedes perderte en ellos y olvidarte de la hora.
- ¿Qué harás si llegas temprano? Esperar es aburrido. Lleva algo que te entretenga, como una revista o un juego en tu teléfono. Así el tiempo se pasa mejor.
- Piensa en cómo te sentirías de llegar tarde. Imagina la cara de la otra persona, del jefe o del profesor. Imagina tu vergüenza, sobre todo si hay un grupo. Siente las consecuencias de tu impuntualidad. Eso te dará ganas de moverte.
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Otras veces, nos da vergüenza admitir que no sabemos organizarnos bien
Hay muchas personas que sufren de impuntualidad crónica. Una de mis amigas se define como una impuntual en rehabilitación. Ella me confesó que su problema tiene que ver con la vergüenza. Sí, la vergüenza de reconocer que no tiene la misma facilidad que otros para percibir y gestionar el tiempo.
Esto hace que la persona impuntual se sienta incompetente y frustrada. Por eso, prefiere negar que hay un problema y disculparse por llegar tarde, que es más fácil y menos doloroso para su ego.
Pero no te preocupes, hay esperanza. Lo primero que debes hacer es reconocer que tienes un problema y que quieres cambiar. Lo segundo es indagar en las causas de tu impuntualidad y encontrar las herramientas que te ayuden a mejorar. Por ejemplo, puedes usar una agenda, poner alarmas, planificar tus actividades con antelación, dejar margen para imprevistos. No te dejes vencer por la vergüenza.
La impuntualidad no es una característica innata, sino un mal hábito que se puede modificar. Si quieres ser más puntual, puedes lograrlo. Solo necesitas ser honesto contigo mismo y tomar acción.
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