¿Alguna vez has sentido que ser mujer te deja atrás en la carrera de ascensos? Esto no es solo una percepción, es una realidad. Los hombres tienden a ser promovidos más que las mujeres.
Darnos cuenta de que pese a estar calificadas y cumplir con todo lo necesario para un cargo pasen de ti, y elijan a un hombre,es algo duro de experimentar.
Este tipo de discriminación viene de una realidad multifactorial bastante compleja, aunque podemos identificar tres factores relevantes con respecto a los ascensos. Veamos cuáles son y qué puedes hacer para mejorar tus posibilidades de ser ascendida.
(A pesar de las horas extra que aumentan la brecha de género y que los hombres tienden a hacer más)
Se requieren mentores y patrocinadores. Las mujeres no tienen tantos.
Cuando hablamos de carrera profesional hay muchos coaches, pero esto, que es menos de la mitad, no es realmente lo que las mujeres necesitan. Los mentores y patrocinadores existen. Los primeros ofrecen consejo y orientación a su protegido. Mientras que los segundos, además, usan su influencia para promover la carrera del patrocinado.
Las mujeres tienen muchos coaches, pocos mentores y patrocinadores, a veces ninguno. Peor aún, la mayoría ni siquiera sabe que necesita de un mentor o patrocinador para avanzar en su carrera. Y como desconocen que necesitan uno, no lo buscan. En ausencia de un patrocinador, las posibilidades de ascenso se reducen.
¿Cómo cambiar esto? Una primera acción es investigar si tu empresa ofrece programas de mentoring. Tal vez te sorprenda saber que existen muchas empresas que ofrecen este tipo de programas para mujeres y otras minorías.
Por ejemplo, la Asociación de Empresarios de España ha forjado alianzas con algunas empresas del sector financiero, donde se llevan a cabos programas de mentoring dirigido específicamente a mujeres.
Todas estas iniciativas se desarrollan con la intención de usar la experiencia y conocimiento de mujeres en posiciones de liderazgo, para guiar a otras mujeres a abrirse camino y desarrollar su potencial.
Como resultado se consigue visibilizar los modelos femeninos en roles de gerencia, a la vez que se brindan herramientas para un liderazgo más acertado y eficiente. La idea es aumentar sus posibilidades de crecimiento, mejorar sus posibilidades de ascender, y reducir la brecha de género.
Pero si tu empleador no tiene ninguna iniciativa de este tipo, entonces podrías tomarla tú y proponerla a la gerencia. ¿Qué mayor muestra de liderazgo femenino? Puede parecer una jugada ingenua, pero no hay peor batalla que la que no se hace.
O bien, puedes hacer algo de networking y buscar directamente a una persona de influencia dentro de la jerarquía organizacional dispuesta a patrocinarte.
Síndrome del impostor
Se dice que el síndrome del impostor es más común en las mujeres. Pero creo que es más una cuestión de intensidad que de cantidad. ¿Por qué? Porque existe un trasfondo discriminatorio, que mezcla expectativas sociales, prejuicios, y otros problemas de siglos y siglos de políticas discriminatorias.
Conozco mujeres que se sienten impostoras simplemente porque creen de cierta forma que su lugar está en la casa, no en el trabajo. También está la idea de la Mujer Maravilla, que nos exige ser la madre perfecta, la jefa perfecta, la pareja perfecta, la hija perfecta.
Esta sensación de no pertenecer puede ser aún más marcada, si la empresa donde estás tiene pocas figuras femeninas en puestos de poder.
El miedo a ser descubierto hace que pierdas oportunidades, incluso cuando te las ofrecen directamente. Honestamente, es posible que nunca dejes de sentirte una impostora. Lo que sí puedes es aprender a avanzar a pesar de las emociones y creencias que trae este síndrome.
El primer paso es reconocer que la idea de que no estás a la altura es falsa. Esto implica abandonar el perfeccionismo, dejar de ser la mujer maravilla y aceptar que equivocarte no te hace un fraude, solo te hace humana.
También vale la pena considerar la respuesta de los hombres a los ascensos en los que no se sienten preparados. En general, ellos aceptan el reto y aprenden después. Podemos aprender un poco de esto.
Ten confianza en tus habilidades y déjale claro a tu jefe que no lo sabes todo, pero que estás dispuesta a aprender. Incluso puedes pedir a tu jefe que sea tu mentor de cara a los nuevos retos (según tu desempeño, tu jefe podría ser tu patrocinador en un futuro).
Las mujeres hacemos menos networking en la oficina
Los posibles patrocinadores no van por ahí buscando un posible protegido, necesitas hacerte notar, necesitas crear redes de influencia, o lo que es lo mismo, hacer networking.
Sin embargo, las estadísticas señalan que las mujeres hacemos menos networking que los hombres. Tal vez sea porque cuando hay poca representación femenina en puestos de gerencia, la oficina se convierte en un pequeño club de hombres.
No se trata de que tu jefe tenga favoritos o sea sexista —que jefes de estos hay muchos, pero ese es otro tema—. El punto es que la oficina es un espacio social. Las charlas a la hora del almuerzo y fuera de horario son una forma de networking que no debes dejar pasar.
Tomemos por ejemplo a los fumadores. ¿Has notado que en toda oficina suele haber un grupo de fumadores? Y no solo son personas que comparten un vicio, eventualmente se hacen amigos. Así, los empleados fumadores y los gerentes fumadores pasan más tiempo juntos, y es más probable que el empleado reciba apoyo y mentoría de su gerente.
Lo mismo sucede con los hombres y las mujeres. Los hombres conversan y se relacionan más fácilmente entre ellos. Dicho esto, cuando el jefe es un hombre, es más probable que los empleados del mismo sexo sean ascendidos.
¿La solución? Enfócate en mejorar tus habilidades de networking:
- Construir y mantener relaciones cordiales con tus compañeros y posibles patrocinadores, a través del intercambio de conocimiento y la cooperación.
- Participa en la comunidad y sus actividades. Mientras más participativa seas, más visibilidad conseguirás.
- Habla sobre tus objetivos de carrera, comparte tus aspiraciones con las personas que puedan ayudarte. Hazlo sin miedo a parecer ambiciosa o a no lograr los objetivos.
Las cosas pueden cambiar con el tiempo, pero la realidad es que, por ahora, como mujeres tenemos menos posibilidades de recibir un ascenso. Pero no te desanimes, enfócate en construir redes de influencia y captar la atención de un patrocinante que te acompañe en tu crecimiento dentro de la organización.
Por último, si realmente quieres que las cosas cambien, debes ser parte activa del cambio. Usa tu rango de influencia, si ya estás en posición de hacerlo patrocina a una mujer, o bien, tómalas en cuenta para ascensos, aumentos y promociones en función de su desempeño.
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