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¿Qué ha pasado tras la gran dimisión y la renuncia silenciosa? 3 puntos clave para entender por qué se habla de arrepentimiento

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Aunque hace dos años parecía que todo el mundo renunciaba a su trabajo y hoy puede parecer que las cosas se están asentando y el mundo laboral está volviendo a su estado previo a la pandemia, no es así. Las cosas han cambiado, y a lo largo de los meses, hemos sido capaces de ver más matices de estos fenómenos.

Algunas empresas han tomado mayor conciencia de la importancia del bienestar de sus empleados, cambiaron sus costumbres para adaptarse a la nueva realidad. Sin embargo, otras empresas ignoraron la situación y continuaron con sus prácticas poco saludables.

Es por eso que hoy profundizaré en lo que ha estado sucediendo en el mundo laboral desde el comienzo de la gran dimisión a través de tres puntos clave, y lo que se puede esperar como resultado de esto.

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Todos necesitamos llevar el pan a casa

Más de 47 millones de estadounidenses dijeron «adiós» a sus trabajos en 2021. Así comenzó la gran renuncia. Ahora bien, muchas personas que renunciaron a sus trabajos terminaron conformándose con algo similar o incluso volviendo a sus antiguos trabajos.

Por eso desde algunos sectores se está hablando de arrepentimiento. Pero ¿qué ha sucedido en realidad?

Encontrar un trabajo con buenas condiciones puede tardar unos meses o incluso más de un año. No muchas personas pueden pasar tanto tiempo sin ingresos constantes. Todos necesitamos llevar el pan a casa. Esta es la realidad.

Pero la exigencia de un cambio sigue allí. El fenómeno solo se ha ajustado a las circunstancias que la economía nos impone. Así, ha surgido la renuncia silenciosa como compañero y sucesor de la gran renuncia.

A fin de mantener el salario que permita pagar la renta, muchos empleados han optado por limitarse a renunciar en silencio. Lo que muchos directivos parecen ignorar es que, si bien la renuncia silenciosa puede ser menos visible, puede tener efectos aún más perjudiciales.

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La cultura de la vocación

Renunciar en silencio es más que una tendencia viral. De hecho, no es algo nuevo. Ya en el año 2000, Gallup reportaba que entre el 13% y el 20% de los estadounidenses no estaban muy interesados en participar en proyectos o actividades más allá de lo que era necesario para su trabajo.

La novedad radica en cómo está evolucionando la relación que los empleados tienen con sus trabajos. Las personas están preocupadas por llegar a fin de mes y no quieren lidiar con el estrés crónico del ajetreo. No quieren sacrificar su salud y bienestar por un salario.

La cuarentena, el trabajo remoto y las nuevas tecnologías nos han demostrado que hay otras formas de trabajar más amables y equilibradas. Sin embargo, algunos empleadores se aferran a la cultura de la vocación que pone el trabajo en el centro de la vida.

Pero una cosa es que te guste y apasione lo que haces, y otra estar dispuesto a trabajar hasta agotarse a cambio de una compensación que no te permita vivir con auténtica dignidad, bienestar y libertad.

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A esto se suman los trillados discursos motivacionales que venimos escuchando desde que comenzamos la escuela. Ideas tan interiorizadas sobre dar lo mejor de nosotros hasta quemarnos como único camino al éxito. Esto hace que renunciar en silencio se convierta en una opción difícil de tomar.

Una lucha constante que hace que muchos empleados vacilen entre hacer solo lo necesario y hacer un poco más. Después de todo, eso nos ha condicionado toda la vida.

Sin embargo, las muchas dificultades que enfrentan los jóvenes para cubrir más que solo comida y un techo, y la nula posibilidad de un retiro digno, apuntan con cada vez más fuerza que el fin de la cultura de la vocación podría estar cerca.

Diferencia en los patrones generacionales

Las diferencias generacionales en el lugar de trabajo están muy marcadas en la actualidad. Las generaciones anteriores adoptaron una cultura laboral 24/7, mientras que las más jóvenes buscan nuevas formas de trabajar enfocándose en un equilibrio entre trabajo y vida personal.

Así, millennials y gen z rechazan trabajar largas horas y muchos son partidarios de la renuncia silenciosa.

Asimismo, muchos trabajadores de la gen x e incluso algunos boomers reconocen los problemas de continuar trabajando bajo la modalidad del ajetreo. Pero ante las circunstancias y la necesidad de llevar el tocino a casa, algunos profesionales de la generación x han regresado dócilmente al escenario anterior.

A pesar de que los millennials representan la mayor parte de la fuerza laboral, la generación x sigue siendo una parte importante. Su decisión de regresar a las oficinas bajo las mismas condiciones precarias de antes refuerza la percepción de que la renuncia silenciosa ha llegado a su fin.

Esto se hace aún más complejo cuando nos encontramos con empresas dirigidas por las generaciones de mayor edad. Es probable que tu empleador sea un boomer, o simplemente una persona de mente rígida. Pues, este tipo de líder se ha mostrado bastante renuente a ceder frente a la corriente que busca un cambio en la cultura laboral.

Incluso si ha visto que el teletrabajo es una buena opción, no está dispuesto a ceder. En realidad no le importa la productividad, sino que los empleados estén ahí para sentir que tiene control sobre la situación.

Entonces, ¿qué pasará con la renuncia silenciosa? No tengo todas las respuestas, pero con las nuevas generaciones tomando cada vez más peso en las empresas, será inevitable que avance el cambio hacia un paradigma de trabajo más equilibrado.

En definitiva, aunque la renuncia silenciosa puede no ser la tendencia que alguna vez fue en las redes, y tal vez no traiga todas las soluciones, su presencia apunta a algo más grande que probablemente se mantendrá en el tiempo.

En todo caso, te interesará continuar tu lectura con este artículo sobre la necesidad de contratar un coaching de carrera.

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Creo que existe una solución para cada problema. Y que toda solución comienza con la actitud correcta. Soy licenciada en administración, me apasionan las personas, las organizaciones y encontrar formas para crecer, relacionarnos y construir nuevas y mejores realidades.

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