Tal como se comentó en el artículo anterior, en Dévé seguimos con la idea de que el proceso de selección actual elimina el buen candidato. A ver, dime:
- ¿Ya tienes un currículum excepcional?
- ¿Has estudiado un máster en una Escuela de negocios de verdad?
- ¿Cuántos idiomas a nivel nativo hablas? Más de 4, espero.
- Y de experiencia trabajando en el extranjero, ¿cómo vamos?
- Habrás trabajado al menos dos años en una de las Big 4, ¿no?
Tienes que pasar por uno de esos filtros. Si no encajas, no vales. Eh, no es nada personal. No tiene nada que ver contigo. Es la dinámica que ha arraigado en RRHH. Te podría pasar a ti:
¿Qué te gustaría más, una vida estable y predecible, o una llena de riesgos y aventuras?
Por si te va la aventura, lo repito con más claridad: ¿Qué te gustaría más para tu negocio: una vida estable y predecible o una llena de riesgos y aventuras?
Que oye, al final te contrata una empresa para hacer dinero. Sí, hay que entenderlo. Pero la estrategia de ir a un perfil tan complicado no siempre es sinónimo de éxito. Estamos hablando de relacionarse con personas, el ser humano no es tan preciso como la fórmula: 4 idiomas = éxito.
Una persona te va a rendir mejor o peor en función de su personalidad, de su forma de ser, de cómo encaje con los compañeros, de la pasión que tenga por su trabajo y de cómo se comunique con los demás; y RRHH lo sabe.
Entonces, ¿por qué RRHH está buscando un perfil tan específico?
Inseguridad.
Sí, ya verás. Pensemos en lo que suele hacer una persona insegura:
- Te cuestionan y te hacen sentir mal debido a su complejo de inferioridad.
- Se autoconvencen del valor que aportan y tienen altas expectativas sobre todas las cosas que les rodean.
- Suelen quejarse de los demás y lo mal que lo hacen; pero no cuestionan lo suyo.
- No acostumbran a tener fortaleza suficiente para iniciar cosas nuevas.
A mí me parece que el departamento de las personas puede pecar al menos de alguno de los puntos anteriores, ¿o no?
Si RRHH fuera un departamento fuerte, con personalidad, cuestionaría a aquel departamento o manager que le reclama un trabajador nuevo. RRHH sabe que un ser humano no es una pieza de una fábrica que se reemplaza. Sabe que un trabajador crece, se expande, aprende y que la actitud, en muchas ocasiones es casi tan o más válida que un currículum excepcional.
A un trabajador hay que escucharlo, prestar atención, entenderlo, potenciar sus talentos gracias a los recursos de la empresa y ver cómo podría encajar si le contratan. Se trata de mantener una relación desde la estabilidad, desde la seguridad y la fortaleza. Tal como se comenta en la Conversation de esta semana, a la otra persona tenemos que amarla tal y como es y no exigir irracionalmente.
Es cuestión de confianza. Si tienes confianza en ti mismo/a, ¿porqué vas a desconfiar de un candidato para que encaje en un ideal que no tiene nada que ver con la realidad?