«Delega, delega», dicen los consejeros de productividad, como clave de liderazgo y de éxito. «Delega tareas, las menos relevantes, usa tu mente para lo importante». Pero, ¿alguien ha pensado en las personas delegadas? También pueden tener ganas de ascender en la escalera corporativa, no podrán mientras todas sus tareas sean lo que otros no quieren hacer.
¿Eres ese tipo de personas a las que les cuesta muchísimo decir que no a sus jefes y compañeros de trabajo? ¿Sientes que todo lo delegan en ti? Si ese es el caso, no te preocupes, hay formas de superar satisfactoriamente esta situación sin poner en riesgo tu empleo ni tu salud mental.
Es más que habitual encontrar personas dentro del entorno laboral que tienen una marcada tendencia a delegar todo en una determinada persona. Dicen que es el principal tip de productividad, todo CEO lo recomienda, ¿pero quién habla de la persona en la que delegan? Lamentablemente, esta suele ser una mujer que termina aceptando cualquier cantidad de tareas, ya sea por no saber decir que no o por miedo a perder su empleo.
Esta situación termina generando una gran sobrecarga de trabajo y estancamiento laboral en la persona que acepta todo sin queja alguna. Incluso, algunas personas desarrollan el conocido síndrome de burnout. Si estás en esta situación, no temas poner límites y responder con firmeza ante ciertas situaciones, tu salud mental te lo agradecerá infinitamente.
¿Qué hacer cuando todo lo delegan en ti?
Entiendo que este artículo no es para todo el mundo: si estás en un empleo estable, te gusta y no tienes intención de ascender, no te importará que siempre deleguen en ti. Pero si tienes un objetivo en tu carrera y percibes que haces el trabajo invisible, tendrás que tomar medidas.
Lo más recomendable, cada vez que identifiques y entiendas que todo lo delegan en ti, es aprender a establecer límites y empezar a decir que no. Si bien es cierto, esto suena sencillísimo, en teoría, la realidad es que es una tarea que puede tornarse titánica. Para lograrlo, desarrollar una actitud asertiva es absolutamente clave.
En este orden de ideas, es necesario comprender qué es la asertividad. Una actitud asertiva permite que las personas puedan expresar de forma adecuada sus emociones, sin ningún tipo de hostilidad ni agresividad, ante otra persona. Al desarrollar esta habilidad podrás defender tus derechos y expresarte de forma educada y respetuosa.
En consecuencia, es fundamental aprender a expresar nuestras opiniones con firmeza y respeto. Al defender tus derechos de forma positiva y educada, seguramente ganarás el respeto de tus superiores y demás compañeros. Además, recuerda que librarse de ser siempre la delegada no siempre tiene que engendrar un conflicto, con un poco de astucia puede resultar mucho mejor de lo esperado.
Algunos tips para aprender a establecer límites y decir que no dentro del entorno laboral
Si perteneces a ese grupo de personas a las cuales les resulta particularmente difícil decir que no y establecer límites a tus jefes o compañeros de trabajo, sigue estos consejos:
– Sé prudente al comunicar tus ideas. Cuando se dice que no o se establecen límites, es recomendable ser prudente al hablar. Esto implica no justificarse, excusarse ni explicarse más de lo necesario.
– Sé conciso y muy claro. Al negarte a realizar una tarea que no te corresponde o que humanamente no puedes hacer, expón el motivo de forma clara, coherente y breve. Esto permitirá que tu interlocutor te entienda más rápido y fácilmente.
– Sugiere alternativas y soluciones. Puedes decir “no” y proponer una solución alterna. Esta es una forma maravillosa e inteligente de decir que no y establecer límites.
– Habla desde el conocimiento. Prepárate, aprende todos los procesos de tu empresa, conoce tus competencias y preocúpate por entender el flujo de trabajo. Al hacerlo, podrás establecer límites razonables y con argumentos válidos cuando realmente te corresponda hacerlo.
– Jamás pongas en segundo plano tu bienestar personal. Recuerda que tu prioridad eres tú, no la empresa, ni tus jefes, ni tus compañeros de trabajo. No sacrifiques tu bienestar por un trabajo, tú eres mucho más que eso, busca tu equilibrio. De esta forma, podrás crecer personalmente y desempeñarte muchísimo mejor en tu entorno laboral.
Si a pesar de poner todo esto en práctica y aún no te sientes respetada en tu trabajo, tal vez sea el momento de pensar en otras opciones laborales y buscar nuevos horizontes. Allá afuera hay más de una posibilidad laboral y personal, no lo dudes ni por un segundo.