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Las 7 toxinas que entorpecen tu desempeño

Reedición del artículo homónimo publicado originalmente el 4/02/19

Puede que hagas balance y veas que hay objetivos que no se cumplen. ¿Qué es lo que está fallando?


Aunque no nos demos cuenta, todos tenemos comportamientos conscientes o inconscientes que entorpecen nuestro camino hacia la consecución de nuestras metas. Está claro que cada uno tiene los suyos propios, pero el día de hoy me gustaría hablar sobre los 7 más comunes.

1.    Miedos

El miedo es el estímulo que hace que reaccionemos frente a situaciones que suponen un peligro para nuestra supervivencia, usualmente atacando o huyendo. Esta función de nuestro cerebro era muy útil cuando éramos cavernícolas, pero en la actualidad puede jugarnos una mala pasada. Muchos de nuestros miedos actuales no son reales, son ideas imaginarias sobre un futuro que puede o no llegar.

Cuando nuestro organismo entra en alerta, inmediatamente la glándulas adrenales liberan adrenalina, esta dilata nuestras pupilas, acelera nuestra frecuencia cardiaca para irrigar más sangre a nuestras extremidades y hace que se tensen nuestros músculos para prepararnos para luchar o huir. Cuando la lucha ha terminado o hemos logrado escapar de la amenaza, la adrenalina ha desaparecido de nuestro cuerpo; entonces, nuestro sistema de recompensa se activa liberando endorfinas, las hormonas de la felicidad.

Ahora bien, si nuestro miedo está en nuestra imaginación, no podremos huir de él; nos acompaña todo el tiempo y es aquí en donde está la disfunción que nos lleva a entrar en cortocircuito.

Cada uno de nosotros fabrica sus propios miedos a partir de las experiencias que desde su interpretación hayan ocasionado dolor y posteriormente sufrimiento. Tenemos que tener en cuenta que cada uno percibe la realidad dependiendo de la estructura mental que haya construido a partir del entorno en el que ha crecido. Por ejemplo, algunos le temen a la soledad mientras que otros no; algunos le temen al rechazo mientras que otros no, otros le temen a no ser reconocidos…

2.    Creencias limitantes

Una creencia limitante es una idea que no nos permite ser felices. En otras palabras, nos estanca porque evita que veamos opciones o salidas. Al igual que los miedos, cada uno tiene las suyas propias.

Imagina por un momento que por el entorno en el que has crecido piensas que lo que te da valor ante los demás es tu trabajo. Has tenido buenos empleos y eres fantástico en lo que haces. Por algún motivo de repente la empresa en la que estás entra en concurso de acreedores y quedas despedido. Te sientes devastado, tu carrera profesional de veinte años queda destruida y tú, que cimentas tu valía en tu imagen laboral, sientes que ya no hay nada que hacer.

Comienzas a buscar trabajo pero nada te sale. Tienes dinero, así que el problema no es morirse de hambre, podrías emprender pero no lo haces porque sientes que la única opción es trabajar en una gran multinacional. Cada día te encuentras peor y no logras ver una salida.

En este caso hay varias creencias limitantes:

  • Las personas valen por su puesto de trabajo
  • No hay nada mejor que trabajar en una multinacional
  • Sin mi trabajo no valgo nada

La única manera de salir de ese bucle será cambiar los conceptos limitantes que además de estancar, producen sufrimiento.

3.    Suposiciones

Una suposición es anteponer lo que imaginamos sobre una situación a la realidad de la misma. En muchas ocasiones sufrimos por cosas que nos imaginamos que suceden y no por lo que sucede en realidad. Una de las mejores maneras de solucionar este problema es tener el valor de preguntar.

Nuestro instinto de supervivencia analiza los posibles peligros para que actuemos con prevención y conservemos nuestra vida; es decir, nuevamente nuestro instinto de supervivencia nos juega malas pasadas. Con el tiempo, este comportamiento se hace habitual y automático en nosotros. La disfunción está en que sentimos la necesidad de controlar, comprender y saber la respuesta de todo lo que sucede a nuestro alrededor para sentirnos seguros; es aquí donde dejamos de discernir entre cuáles son las situaciones en las que suponer es necesario para sobrevivir y en cuáles es innecesario y dañino.

4.    Expectativas

Las expectativas son suposiciones centradas en el futuro. En otras palabras, son sucesos imaginarios que pueden o no suceder. Cuando tenemos expectativas y estas no se cumplen, lo más probable es que un resultado inesperado nos genere frustración, decepción, tristeza o cualquiera sentimiento negativo que nos haga daño. Algunas expectativas son más realistas que otras y dependiendo de esto, nuestro nivel de decepción será mayor o menor.

Tener expectativas ante una situación o una persona termina por ocasionar deterioro y conflicto no sólo en nosotros, sino en nuestras relaciones con los demás. Esto se debe a que casi siempre, por no decir siempre, ante una acción o actitud nuestra hacia los demás esperamos una respuesta o reacción determinada, sin tener en cuenta que cada uno de nosotros piensa y siente de manera distinta.

5.    Compararse con los demás

A muy temprana edad aparece nuestra necesidad de ser aceptados por los otros. Debemos sobrevivir, y por esta razón buscamos la atención de nuestros padres, ya que son ellos quienes cubren nuestras necesidades básicas y fomentan nuestro desarrollo.

En el período del  colegio y posteriormente de la universidad, nuestra necesidad de aceptación evoluciona de forma negativa debido a las calificaciones, que son las que nos dan valía en ese entorno.

Ahora bien, compararnos con los demás no tiene sentido. Cada uno de nosotros tenemos aptitudes distintas y son esas diferencias las que nos ayudan a complementarnos y a ser mejores. Entonces la mejor solución es comenzar a competir con nuestro yo de ayer. Esto nos permitirá evolucionar y ser cada día mejores.

6.    Complejo de inferioridad / Superioridad

Como resultado de la mala costumbre de compararnos, aparece el complejo de inferioridad y superioridad, que a decir verdad es el mismo, sólo que en ocasiones se manifiesta de una manera y en otras de otra, pero ocasionando el mismo daño. Imagínate que te sientes inferior o superior a tus compañeros de trabajo. ¿Crees que esto ayudará a tu desempeño?

Si crees que tu problema radica en la autoestima, entonces lee este artículo.

7.    Queja

Esta toxina es bastante común, desde que nos levantamos estamos quejándonos por todo. Esta actitud nos distrae de la realidad, del disfrute, de la posibilidad de valorar todas las cosas buenas que tenemos a nuestro alrededor y lo más importante, de agradecer. Es preferible enfocarse en la solución y no en el problema.

Si lo que tienes es una falta de motivación, este artículo te ayudará.

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Soy life coach y escritora de bienestar emocional. Los años en el sector privado me inspiraron a volcarme en el mundo de la inteligencia emocional y el liderazgo. Actualmente, además de escribir para Dévé escribo en valorarteblog.com. Espero poder aportar con mis artículos herramientas que mejoren tu vida laboral.

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