Seguramente habrás recibido ya varios emails por LinkedIn de gente que no conoces tratando de venderte algo. O por Instagram, también habrás recibido por DM algo como “wow you feed it’s pretty cool! Would you like to…” cuando tienes la cuenta menos cool y más parada de todo el continente.
¿Qué está pasando? Que en tiempos de crisis, hay que vender como sea. Y te ha tocado, no es nada personal.
De hecho algo que se comenta mucho cuando hay un cambio tan radical en la economía, si alguna profesión es la que más se adapta y más se puede actualizar a diferentes sectores es la de comercial. Te gustará más o menos; pero siempre desde el inicio del trueque, siempre ha habido algo que ofrecer a alguien que quiere comprar.
Yo mismo me estoy viendo en esa situación, tengo que vender unos servicios y claro, ¡yo no he vendido en mi vida hulio!
Lo divertido es el proceso de aprendizaje. ¿Por dónde empiezas? Pues como todo el mundo: Google.
Ahí, lo típico, blogs, videotutoriales, webinars gratuitos, libros best sellers… Es impresionante la cantidad de gurús que se dedican a formar a vendedores y claro, la inmediata duda que a uno le viene a la mente:
Si son tan buenos vendiendo, ¿por qué no se dedican a vender en lugar de formar?
La necesidad te puede y dejas de lado esa duda pensando en positivo, “será por aquello de compartir es vivir…” -.-‘
El problema viene cuando profundizas, te pones a leer y todo te suena demasiado. Como buenos vendedores, hay mucho de humo dentro de este mundillo y es difícil diferenciar el grano de la paja. La primera conclusión a la que llegas es que más de la mitad de las entradas que hay en Google son copias de copias de copias. Los vendedores de vendedores se han plagiado el método entre ellos para generar contenido y la gran mayoría de cosas que encuentras en Internet son intentos de posicionarse en SEO.
En muchas ocasiones, no les importa nada que aprendas o que sea algo útil. Eso es circunstancial. Ellos te están vendiendo a ti.
Por ejemplo, para aprender a mandar emails a puerta fría, encontré un montón de publicaciones que ofrecían plantillas. Frases ya redactadas supuestamente pensadas a la perfección para entrar en la mente de tu cliente potencial y seducirlo a la primera. ¿Qué bien no?
Claro, yo empecé a usarlas creyendo que funcionarían. Me dejé llevar por el ímpetu y el arrojo de hacer algo nuevo y dejé de lado mi espíritu crítico. Al poco de usarlas vi claro que no servían para nada. Había una enorme contradicción en lo que se dice que tienes que hacer para vender, seducir y lo que se hacía en esas plantillas, soltar el rollo.
Otro ejemplo, ves en Google el típico “Los 101 trucos para vender”. Es solo una invención; pero existen miles de documentos por ahí que te prometen enseñarte a vender en un pis pas con títulos similares. El problema viene cuando tratas de leer esos documentos. Primero te tienes que registrar, luego, una vez tu email ha sido validado, te mandarán el pdf* y ya, cuando recibes el documento… Nada, todo copy-paste de otras webs. Si tienes suerte, quizás hay algunas ideas interesantes, pero no dejan de ser conceptos teóricos poco bajados a la tierra.
Porque ahí recae el verdadero problema a la hora de aprender a vender: la falta de práctica. Como nuevo en esto, uno se dedica tanto a entender y comprender la teoría de la venta y la persuasión que se mete demasiado en la teoría y deja de lado la parte practica. Vender es practicar (y si no que se lo digan a los captadores de socios de las ONGs, van a saco).
En definitiva, lee, aprende y fórmate tanto como puedas; pero siempre, siempre, ejerciendo esa actividad mientras estás aprendiendo. Si te dedicas solo a la teoría, la práctica te va a pegar un buen puñetazo en los morros.
Sugerencia de presentación: Dinero – Marlango (feat. Bunbury)
*Recomiendo mucho el uso de webs como 10 minute mail: son emails gratuitos que duran 10 minutos y van perfectos para usar en registros que no te importan nada y que sabes que luego te van a mandar spam cada dos días.