Es muy probable que te ocurra, bien porque te asciendan a ti o porque asciendan a la persona con la que trabajas. Y siendo honestos, un ascenso nunca es un accidente, no es un «no quería que me ascendieran, pero ha pasado», no es un «vaya qué mal, ahora qué hago». La persona a la que ascienden está satisfecha porque era lo que quería; otra cosa es que decida ser discreta y no hacerte ver lo alegre que está. Pero la situación se complica si tú y tu colega habéis compartido miserias, quejas, desahogos, críticas y un día, de repente, tu colega está por encima de ti en la escalera.
Antes de seguir: este no es un texto a aplicar a la ligera. Cada situación es diferente y lo que le funciona a unos y a otros puede no funcionarte. Así que te invito a contratar a uno de los coches de Dévé y contarle la situación. La ayuda personalizada es un acierto, y vale la pena la inversión.
Es un sentimiento extraño. Por un lado es una pseudo traición porque es como que ahora tu amiga está en el bando enemigo. Por otro, es un «ahora estoy a merced de Marta, sabe demasiado sobre mí» —al jefe no le contamos cosas sobre nuestra vida que le contamos a la compañera de al lado—. Y para más inri, Marta «ahora que es jefa puede cambiar y sacar ese lado sádico de los jefes y olvidarse de que fue empleada y tratarme mal…» Esas cosas pasan. Para la persona a la que ascienden puede ser fácil o complicado, dependiendo de su personalidad y su relación con el poder.
Porque el dinero, al igual que el poder, no te cambia, sino potencia lo que eres.
Qué relación has tenido con tu compañera hasta ahora, y cuál quieres mantener a partir de ahora
Si llevas tiempo queriendo redefinir tu relación con esa persona puedes aprovechar el momento. «No, yo quiero que todo sea como antes, ¿no se puede?». Siendo realistas la respuesta es no, al menos al principio. Una persona a la que acaban de ascender puede llevarlo de todas las maneras posibles dentro del espectro. Por ejemplo, tuve un caso de una compañera de open space a la que ascendieron y los cuatro primeros días estuvo en tacones y tratándome como si estuviéramos en una serie americana tipo Suits. Cuando le pregunté y ella se escuchó a sí misma admitiendo que el ascenso no implicaba ni despacho propio, ni una mejor relación salario/horas de trabajo el tono varió. Y el día siguiente fue al trabajo en zapatillas. Pero para entonces ya teníamos roles diferentes.
Quizá necesites hacer un poco de trabajo contigo, por dentro, para que los sentimientos de baja categoría no te manejen
Hay un instinto que podría expresarse como celos, que se camufla como crítica pero en realidad es miedo a perder. Y no te pasa solo a ti: a tu colega con su ascenso reciente también le asaltan sentimientos contradictorios. La solución, ante todo, es jugar limpio. Si tienes el instinto de criticar, recuerda que detrás de toda crítica hay una necesidad, así que en vez de espetar la crítica, busca la manera de manifestar la necesidad. Busca hacérselo fácil aunque sea dejando de pensar en ella y dejándole tiempo y espacio para asumir su nuevo rol.
¿Qué pasa con la vida privada? ¿Y todo lo que os habéis contado?
¿Se va a perder todo, si nos llevábamos bien? A medio plazo, si había amistad, no. Pero los temas de conversación pueden variar —la vida privada quedará fuera de juego—. Probablemente eso te beneficie si te cansabas de que tu hasta entonces colega hablara de más sobre tu vida privada. Ahora puedes por tu lado centrarte en hablar de trabajo estrictamente o de temas de buenos conversadores, sin tener que tensarte por eso. Y si te preguntan por la vida privada es momento de aprender a hablar de otra cosa —si tienes un hobby y hablas de él no necesitarás hablar de la vida privada, habrás llenado el tiempo hablando del hobby—, hasta que se den cuenta de que tu vida privada está hors de question
Los cambios son algo inevitable, por eso conviene mantener en la mente la idea de que no necesariamente son un ataque. Cuando a tu colega de trabajo le ascienden y todo parece sacudirse, quien sabe aprovechar los momentos tiene las de ganar.