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Bisturí, para conservar el trabajo

Buscas en internet “Consejos para conservar mi trabajo” y encuentras de todo: “Alinéate con la cultura de la empresa”, “haz equipo”, “supera las expectativas”, “rodéate de gente positiva”, “vende marca”…  Internet olvida decirte algo que hasta ahora te sigue diciendo la realidad del mercado laboral conforme te haces mayor y ya es tarde, porque lo estás sufriendo en carne propia:

“No envejezcas”

(Pero si vas a hacer como los demás que tienen esa manía de hacerlo, hazte un retrato, como Dorian Gray).

Hola.

Jamás olvidaré a una de mis compañeras de universidad: desapareció durante dos semanas, y cuando volvió, tenía los ojos más abiertos y redondeados que yo. Pensé en los cantantes de kpop, y tuve que admitir que sus ojos nuevos no estaban tan mal. Lo que en Occidente se considera esotérico (por ahora), en China, Japón y Corea es lo que le regalan a la moza a los 18 años antes de entrar a la universidad.

 

Si algo no te gusta, cámbialo.

Así de simple. Para qué gastar energía y tiempo forzándote a aceptar algo que no te gusta si puedes poner dinero y cambiarlo. Para qué está el dinero, para que te haga feliz. Internet dice que hay una cirugía para cada edad: aumentos y reducciones de pecho, liposucciones, rinoplastias en los 20. Con la crisis de los 40, quitarse el “mentón de bruja” y arreglar los párpados. A los 50, el lifting. El blanqueamiento dental, ya mismo.

Porque no es cuestión de la edad que tienes, sino la edad que muestras. Y la que te ven. Y otras cosas que no tiene que ver con la edad, pero mejor no decir hoy. Esto en Recursos Humanos ha causado tantos estragos, que en el Reino Unido está prohibido poner fotos en los CV para evitar más meteduras de pata.

 

En España la creciente oferta de cirugías estéticas es afin a la demanda. Basta con observar la cartera de servicios de un centro de estética asentado para ver lo que es posible hacerse en nombre del rejuvenecimiento facial. Las operaciones hoy vistas como inquietantes están dando lugar a tecnologías no invasivas y técnicas poso invasivas —eso sí, para ser llevadas a cabo con una mayor frecuencia.

 

¿La gente admite su lucha contra el envejecimiento? En España, a diferencia de otros países de Europa, Asia y América, no se admite, pero los datos no mienten. Según el informe de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery, a día de hoy*, si hablamos de rejuvenecimiento facial, España es el décimo en el mundo. Si hablamos del total de las cirugías, el ránking sitúa a Italia (957.800), Alemania (730.400), Francia (517.700) y España (473.000) a la cabeza.

 

En Francia los hay que se operan ya no solo por motivos personales, sino también por motivos profesionales. Con la edad y el aumento de la competitividad, hay profesionales que temen perder la imagen de dinamismo, de buen desempeño. El deseo de mantenerse integrado, de seguir gustando y, en ciertos sectores, de cumplir con una exigencia tácita del trabajo. La buena imagen es un imperativo. Y bueno se asocia a nuevo, a joven. Sin embargo, la diferencia entre unos países y otros está en lo que se espera. En Corea del Sur y Brasil uno busca una imagen nueva; en Europa se busca que te digan: “¡Qué bien te veo!”, no un: “¿Te has hecho un lifting?”

 

Las mujeres, más en el punto de mira

Tom Cruise podrá tener 60 años, pero será mejor que las actrices de sus películas no aparenten más de 35. El día que se perdió la cordura muchas mujeres habían visto que el paso del tiempo era para ellas una condena, una adolescente era modelo de una línea de ropa interior —que ninguna adolescente tenía el poder adquisitivo para comprarse, sino mujeres de más de 35— y, con esto de la marca personal, lo del forever Young se convertía en una tiranía. Patas de gallo, arrugas, líneas de expresión, botox… de cada 10 cirugías estéticas, 8 las pagan mujeres. Por estar en el punto de mira y ser a quienes menos se «perdona» un defecto de imagen.

 

 

Si eres hombre y quieres ascender, revisa tu cara

Para los hombres, por otro lado, la relación entre responsabilidad en el trabajo y la imagen incita a bastantes hombres en Europa preocuparse y usar algo mas que las cremas faciales o el ejercicio. Los hombres que se operan buscan darse una imagen rejuvenecida, fresca, que les dé confianza, una nueva vida a veces y en ocasiones… ascender. Sí, ascender. Tener cara de director. Quizá no te han ascendido porque tienes una cara demasiado redondeada y dulce como para que te tomen en serio. Necesitas tener los pómulos más marcados, un aspecto más viril. Ponte una mirada más penetrante. En el trabajo se busca la imagen del vigor, el poder.

Al final el asunto radica en la inseguridad que incitan las expectativas de imagen en el ámbito laboral. Probablemente en un año como este haga falta más diversidad generacional en quienes dan imagen. Diversidad generacional es que en el telediario veamos, por ejemplo, a una señora mayor presentando, o que los modelos dejen de ser personas difíciles de distinguir una de la otra. Tiene gracia que antes los junior se vestían y maquillaban para parecer más mayores, más formales. Hoy es al revés: se te admira cuando tienes 40 años y aparentas 28. Pero no aparentes demasiada juventud tampoco, que has de tener cara de persona con experiencia.

La imagen es algo que cobra cada vez más importancia en lo profesional. Prueba de ello es que si hiciéramos un estudio del porcentaje de los ingresos anuales que se gastan —¿o invierten?— los profesionales en imagen en general, y en cirugías estéticas en particular según el puesto de trabajo y el nivel de responsabilidad, sacaríamos conclusiones interesantes. La cirugía estética se incluirá en los complementos salariales de las empresas? Yo no diría que no.


Imagen: Sam Burriss

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Creo que nada es difícil si sabes hacerlo. Soy Esther, ingeniera de Caminos amante de los trenes y del progreso social que traen. Dirijo Dévé, donde edito y escribo sobre estrategia, liderazgo y dinámica social; pilares del desempeño pro y perso. La verdad —simple, directa y clara— te hace libre.

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