Muchas tendencias y cambios están en marcha en la cultura de las organizaciones. Si bien algunos cambios pueden atribuirse aún a los efectos de la pandemia, otros provienen de las expectativas de los empleados, las nuevas tecnologías y los procesos de adaptación típicos de las empresas.
Ahora que se acerca un nuevo año, y factores como la renuncia silenciosa, la salud mental y el teletrabajo siguen sobre la mesa, muchas empresas buscan pistas sobre hacia dónde irán las culturas corporativas en los próximos meses.
Es difícil hacer conclusiones, sin embargo, ya existen algunos indicadores interesantes de lo que podríamos ver. Están surgiendo nuevos enfoques a medida que una nueva generación de empleados se une a la fuerza laboral, las empresas se globalizan y las nuevas tecnologías se vuelven parte de los flujos de trabajo.
Ahora bien, ¿tu empresa seguirá utilizando las mismas estrategias culturales en 2023?
Sin duda alguna, la respuesta a esta pregunta puede marcar una diferencia en el futuro de cualquier organización, especialmente en cuanto a la adquisición y retención de talentos.
Los empleados quieren más de su trabajo
Desde hace mucho tiempo las empresas vienen funcionando a ritmos cada vez más acelerados y agitados. Cada día queda menos tiempo y energía para vivir la vida fuera del trabajo. Y cuando queda tiempo, rara vez queda dinero suficiente.
En los últimos años, muchos empleados han manifestado que quieren más de su empleo. Las prioridades parecen ir cambiando. Un salario, incluso un salario alto, no es suficiente si implica sacrificar otros aspectos importantes de la vida como la salud, la familia y la satisfacción personal.
Lo curioso en este contexto es que pese a la inestabilidad económica que se vive a nivel global, muchos trabajadores han asumido un enfoque contundente de búsqueda de equilibrio entre lo laboral y lo personal. Han dicho «no más».
Hay poco que perder cuando trabajas diez o doce horas diarias y aun así vives insatisfecho, con pocas oportunidades de ascenso, sin posibilidades de concretar metas esenciales, y el trabajo suma poco a tu vida — si es que tienes una vida fuera de la oficina.
La presión de los empleados ha traído un cambio
Entonces, parece mejor idea intentar cambiar las cosas, o renunciar, así sea en silencio. Para sorpresa de muchos, la presión de los empleados por medio de fenómenos como la renuncia silenciosa ha tenido un efecto notable. No ha traído consigo una solución definitiva, pero sin duda ha generado un cambio, algo diferente de lo que esperaba el mundo empresarial.
Es así que muchos de los cambios a nivel de cultura corporativa que veremos en 2023 vienen impulsados por una marcada necesidad de equilibrio entre lo laboral y lo personal.
Todo apunta a que veremos mayores esfuerzos por impulsar este equilibrio en las organizaciones. Esto en algunos casos podría abarcar políticas de mejores salarios, pero con la economía que vivimos, no todas las empresas podrán ofrecer tal cosa.
Las empresas que no pueden ofrecer aumentos salariales tendrán que reconsiderar los beneficios, el nivel de flexibilidad, los horarios, apoyo a la salud mental, entre otras formas de brindar mayores niveles de felicidad, satisfacción, propósito y estrés manejable.
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Flexibilidad en todas sus formas
Hace algunos años, el teletrabajo era un concepto ajeno a la mayoría, y ahora es algo común en muchos lugares de trabajo.
La cantidad de ofertas de trabajo en Indeed que mencionan el trabajo remoto está en aumento. Además, el trabajo remoto es una de las principales razones por las que los empleados buscan nuevos trabajos —solo superada por el salario.
Esto podría ser un gran dolor de cabeza para los empleadores que intentan contratar para trabajos que deben realizarse en persona. Pues, no es menos cierto que existe una gran cantidad de trabajos que no son compatibles con el trabajo remoto. Las hamburguesas no se pueden voltear, los camiones no se pueden conducir y la cirugía no se puede realizar desde la oficina en casa.
El reto en estos casos reside en pensar en diferentes formas de flexibilidad.
El movimiento hacia el trabajo remoto e híbrido no va a desaparecer, aunque se está atenuando. La oficina todavía tiene algún valor, y algunos trabajadores prefieren seguir yendo aunque sea parcialmente. En el Reino Unido, por ejemplo, el 72 % de los empleados dentro del grupo Gen Z quiere trabajar desde la oficina al menos tres días a la semana.
Esto podría deberse a que el homeofficce compromete el espacio en casa, además, cuando se trabaja de forma presencial suelen presentarse más oportunidades de aprendizaje que cuando se labora lejos de la oficina.
La tarea para 2023 en torno a la flexibilidad podría enfocarse más en la accesibilidad y la conectividad, a fin de que trabajar sea posible en cualquier horario, donde sea que estén trabajando: en casa o en la oficina. Algo bastante cónsono con los modelos híbridos.
¿Semana laboral de cuatro días?
Esta es una forma de otorgar flexibilidad al personal. Según una encuesta de Monster.com., aproximadamente el 69% de los empleados que trabajan de forma remota experimentan fatiga y agotamiento. En este sentido, trabajar desde casa podría ser una solución absoluta ante la sobrecarga de los trabajadores.
Si bien la semana laboral de cuatro días sigue siendo un tema polémico, algunos países han decidido probar con este modelo. Entre los pioneros están Inglaterra, Bélgica, Suecia e Islandia, y en 2023 podrían sumarse Escocia, Irlanda, Canadá y Nueva Zelanda.
De momento las empresas que lo han puesto en práctica reportan resultados mayormente favorables, lo que refuerza lo que señalaban algunos estudios sobre la reducción del número de horas de trabajo en una semana y su impacto en la salud mental y física.
La reducción de la semana laboral podría ser una estrategia común en 2023. Sin embargo, esta estrategia puede toparse con dificultades como la inestabilidad económica que se vive en muchas partes del mundo, y la resistencia de las gerencias más rígidas.
Un cartelito en la pared no será suficiente
Es maravillosa la atención y el enfoque de bienestar del que se habla en muchas empresas, pero ¿por qué seguimos viendo edificios con luces encendidas hasta pasada la hora habitual de salida?
Empleados trabajando hasta la noche no parece congruente con el discurso de bienestar que escuchamos cada tanto.
La realidad es que algunas compañías no muestran señales de un cambio real. El cartelito con la frase motivadora sirve de poco si se siguen tomando decisiones como despedir y repartir la carga de trabajo entre los que quedan, forzando a trabajar más allá del horario y con elevadas cargas de estrés.
En países como España, la cultura corporativa del cartelito parece reinar. La reforma laboral para combatir la temporalidad se encuentra con la astucia de algunos empresarios, que prolongan periodos de prueba.
Sobre Dévé
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Ha surgido así, el dilema de contrataciones de calidad versus contratos por cantidad. En un mercado laboral con una oferta escasa, esto pareciera ser una jugada para no perder, pero la dimisión silenciosa sigue sobre la mesa.
Trabajadores que hacen el trabajo de tres personas pero con el mismo sueldo y el mismo número de horas en su día. Este es el tipo de realidad que se debe cambiar en 2023.
¿Por qué? Porque si no existe tal cambio, es posible que tus empleados se queden —probablemente no tienen a donde ir— pero su motivación, ganas y compromiso si que se irán rápidamente.
Entonces, se cae en el juego de quién da menos: la empresa al jugar la carta del cartelito, o el trabajador que se resigna a hacer lo mínimo.
Parece que todos pierden ¿no?
El caso de Elon Musk ¿otros empresarios lo seguirán?
Desde la compra de Twitter, Elon Musk ha tomado decisiones controversiales —por decir lo menos— respecto a la plantilla de esta empresa. Algunos señalan que los despidos masivos, y la suspensión de los días de descanso no son un error casual.
Para estas personas, Musk se propone instalar una nueva cultura corporativa en la empresa en la que los trabajadores estén siempre disponibles.
No solo ha sido la decisión de Elon Musk de despedir a aproximadamente a la mitad de la plantilla. Amazon, Asana, Meta, Stripe, Cisco y Upstart han comenzado a despedir empleados o tienen planes para hacerlo.
Meta anunció que despedirá a 11.000 empleados, mientras que Cisco dice que despedirá a 4.100 trabajadores.
La disminución de la economía y la contratación rápida son las principales causas detrás de esta reciente ola de despidos en la industria tecnológica. Sin embargo, la preocupación ha trascendido el sector de las tech, y ha empatado el mercado laboral en general.
¿Podrían los despidos masivos formar parte del 2023?
Si la economía no mejora pronto, los despidos posiblemente continúen. Sin embargo, lo que no parece ser contagioso son los ajustes que Musk ha implementado y que sin duda repercuten en la cultura de la empresa. Nada de lo que ha hecho parece congruente con la búsqueda de bienestar y equilibrio que buscan los trabajadores en una empresa.
Mucho menos la forma en que ha realizado los despidos. Si los despidos tocan la puerta, la cuestión estará en cómo se aborda la situación, siendo conscientes del impacto que esto tiene para la cultura de la empresa, y para los empleados que seguirán haciendo vida dentro de la organización.
Un despido no es un evento sencillo para la persona que se va, pero tampoco lo es para el que se queda. La incertidumbre sobre quién será el siguiente en ser despedido impacta el clima dentro de la organización.
Es preciso buscar formas para hacer que la experiencia no sea más amarga de lo necesario para el que se marcha, ni tan angustiante para quienes se quedan.
Quizás el mayor cuestionamiento sobre la cultura organizacional en 2023 sea: el empleado quiere hacer bien su trabajo, ¿cómo las empresas pueden ayudarlo en este cometido?
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