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Sociología del caso del Titan: más allá de la noticia

Me planteo cuánto vale una vida y qué nos dice el caso del Titán sobre nosotros mismos

El filósofo Immanuel Kant sugiere que el ser humano tiene un valor intrínseco, pero no por el propio hecho de ser humano, sino por ser una persona, un ser racional. Por otro lado, Peter Singer adjudica el valor de la vida al utilitarismo clásico y al utilitarismo de preferencia. El primero defiende que la importancia de salvaguardar la vida de las personas radica en lo emocional: aumentar el placer y minimizar el dolor a nivel social. El segundo utilitarismo habla de que al arrebatar una vida, también se atenta con las preferencias, deseos y proyecciones a futuro de esa persona y su entorno.

Si bien la vida es un hecho biológico, el valor de la misma es una construcción social. Esto ha cambiado a lo largo del tiempo y las diferentes culturas. Son incontables los casos en donde se creía que una raza tenía un mayor valor de vida por su color de piel, que una cultura desarrollada tenía mayor importancia que una primitiva o que incluso la vida de un ser humano tenía mayor valor en la sociedad por su sexo.

Cuando pensamos en el valor de la vida a lo largo de la historia, no podemos evitar hablar de las desigualdades y de las injusticias. Hoy en día se habla muchos sobre los derechos de igualdad, de que todos merecemos el mismo respeto y esto implica el mismo valor de vida. Pero si es así, ¿qué sucedió este mes de junio de 2023?

Las tragedias marítimas de junio del 2023

El naufragio en Grecia

En la madrugada del 14 de junio se hundió un pesquero en el Mediterráneo. Se cree que la embarcación llevaba unas 800 personas a bordo. Entre ellos, 100 niños. La mayoría de ellos migrantes que viajaban en condiciones penosas. La nave que partía de Grecia rumbo a Italia padeció un hundimiento en circunstancias aún poco claras. Se estima que hay 300 muertos, unos 100 rescatados y numerosos desaparecidos.

Grecia es una de las principales rutas de entrada a la Unión Europea (UE) de refugiados y migrantes procedentes de Medio Oriente, Asia y África. Pero los migrantes muchas veces son trasladados por traficantes en situaciones nefastas. Algunos de ellos escapaban de la guerra o marchaban en la búsqueda de mejores oportunidades cuando perdieron la vida en el mar.

La gran mayoría de los supervivientes le debe la vida a los tripulantes del Mayan Queen IV, un superyate que fue notificado por la guardia costera griega y decidió actuar de forma heroica.

El Titan

Muchos no oyeron lo suficiente del naufragio en las costas de Grecia, pero sí del caso del Titan. La nave de OceanGate Expeditions se sumergió en el Atlántico Norte con fines más bien turísticos: contemplar los restos del Titanic. En este sumergible viajaban cinco multimillonarios que no vacilaron al pagar la cuantiosa cantidad de 250 mil dólares por su asiento. Si bien todavía se desconoce la causa real que produjo el trágico final para sus tripulantes, hay hipótesis que mencionan un posible choque, fugas o fallas eléctricas.

La conmoción inició el lunes 19 de junio, solo cinco días después del naufragio griego. Las autoridades desplegaron una gran cantidad de recursos en rescate cuando el oxígeno comenzó a escasear a 4000 metros de profundidad. Se pusieron a disposición tres aviones de transporte C-17 del ejército de EE. UU., un robot marino, un avión de patrulla y dos barcos de superficie canadienses, boyas de sonar, entre otros recursos.

Además del gran despliegue por parte de las autoridades norteamericanas y canadienses por salvar estas vidas, hubo una enorme cobertura mediática. No hay medios en el mundo que no haya hablado sobre el caso. Muchos incluso lo seguían minuto a minuto.

Lee este artículo sobre la caducidad del libre albedrío para profundizar en el rol de los medios.

El contraste

¿Los multimillonarios al borde del Titan merecían semejante atención y recursos económicos para su rescate? Por supuesto que sí, pero también lo merecían los 800 migrantes del pesquero.

Muchos se han expresado en cuanto a este contraste. Judith Sunderland, directora adjunta de la división de Europa y Asia Central de la organización Human Rights Watch, aseveró: «La disposición a permitir que ciertas personas mueran mientras se hace todo lo posible por salvar a otras… es, sabes, un reflejo realmente oscuro de la humanidad».

Uno de los factores que pudo haber iniciado esta premisa de mayor atención mediática y económica es la noción de novedad. Las situaciones en que los refugiados, los migrantes y otros grupos sociales vulnerables sufren por negligencias estatales o son víctimas de guerra o padecen una catástrofe es una noticia de cada día. Mientras que ver multimillonarios correr este tipo de suerte puede resultar más atractivo para la audiencia.

Sería justo analizar si las fuerzas gubernamentales desplegaron esta gran cantidad de recursos en base a la atención que estaba recibiendo la noticia o si, por lo contrario, fue la magnitud de la misión de rescate lo que aumentó la cobertura mediática, convirtiéndose en una suerte de realitiy de adrenalina. En donde contaban los minutos que le quedaban de oxígeno a la tripulación con una cuenta regresiva para darle suspenso.  

Conclusión

La extraordinariedad del suceso y los íconos de una sociedad de exitocracia que lo protagonizaban le valió mayor atención. Esto sumado al morbo de que a la gente le gusta ver a personas de mayor estrato social en decadencia, como cuando disfrutan con los escándalos de los famosos.

Fuera de los medios hegemónicos, las redes sociales como medio de expresión más democrático explotaron ante estas injusticias. Lo que podría convertirse en noticia a partir de esto es la reacción de las personas en las RR SS.

Vale la pena aprovechar esta situación para hacer un análisis introspectivo y personal sobre el valor de la vida. A priori todos conocemos la lección, aunque probablemente la naturaleza humana vuelva a tomas las riendas si esto vuelve a ocurrir. El valor del ser humano, de una persona, es intrínseco. No se lo debería dar su fama, su dinero u otras vanidades.

Podemos continuar leyendo sobre la construcción social, como en este caso del dalái lama.

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Soy un amante de la literatura y la cultura en general. Trabajo como corrector editorial y he publicado dos libros: Tetralogía del enemigo y El coleccionista de máscaras. Soy técnico en administración de la cultura, a unos meses de ser licenciado. En Dévé soy, además de editor, creador de mensajes de cultura y sociología.

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