Este es el tercer artículo de por qué la disciplina es vital para los millenials (y para los no millenials). Te conviene leer los dos anteriores:
- La primera clave para trabajar con millennials te la decimos los propios millennials.
- El segundo paso es saber tratar a los millennials para sacar lo mejor de ellos, incluso la disciplina (esa cualidad que creen que no tenemos)
En la línea de «lo que no está escrito, no existe», creo que para que un millennial esté disciplinado y muestre compromiso con su trabajo, necesita tener por escrito su compromiso y sus objetivos. Esto sirve también para sus empleadores, porque ahora la disciplina de uno va de la mano de la motivación del otro. También porque es fácil distraerse entre tantos objetivos y tanta información. Así que lo que me funciona en mi empresa, en la que todos somos millennials, puede funcionarte a ti también:
Hacer una hoja de ruta (un roadmap)
Hacemos roadmaps para cada empleado. Es un documento donde puedes ver cómo tu empleado crece de manera profesional, y si crece de verdad. Para obtener una nueva posición, u otro proyecto, o aumento de sueldo, necesita demostrar buenos resultados paso a paso.
Por ejemplo en el roadmap de un asistente que quiere llegar a ser manager en uno año y medio, se fijan todos sus pasos profesionales: hard y soft skills, dónde tiene que mejorar. Por ejemplo, si es emprendedor de una PYME y no cuenta con el departamento de Recursos Humanos, lo puede hacer por su cuenta, ¡es un objetivo alcanzable!
Desde que hemos implementado estas buenas prácticas, son los empleados quienes quieren compartir sus resultados cada trimestre.
Hay que añadir un poco de justicia y compensación
Es habitual que el equipo tenga que cumplir un horario que supera las horas del contrato, si es un concurso nuevo, o un proyecto complejo y multitarea. Para este tipo de proyectos hemos creado nuestro propio sistema de horas extras. Cuando haces muchas horas extras, lo reflejas en un informe con el comentario sobre el proyecto, la razón de esas horas extras. Más adelante puedes utilizar esas horas extras a “libre disposición” o convertirlas en días libres. Claro está, estas horas extras tienen que ser aprobadas por tu director del departamento, pero en cualquier caso es un sistema que motiva al empleado a desarrollar el trabajo según su criterio y perspectiva.
‘El confesionario’ – obligas a reconocer el error delante del todo el equipo
Si piensas que esta práctica es poco tolerante, quizás tienes razón. Pero es una forma extremadamente eficaz de comprender que has cometido un error y verlo. Cuando de esta manera el empleado se pone a analizar y ver dónde ha cometido el error. Y siente dos cosas – la responsabilidad/conciencia de su papel y un poco de vergüenza.
Aunque los tiempos avancen, los principios básicos para que vayan bien los negocios siguen siendo los mismos. Se puede evolucionar en la forma de implementarlos.