Las personas carismáticas atraen a otros, todos quieren estar a su lado. Un jefe carismático hace que todos estén felices de formar parte del equipo, lo admiran y le siguen en sus ideas y proyectos. Tener carisma es, entonces, un atributo muy bien valorado y bastante necesario en el entorno empresarial. Pues, no se trata solo de personas más sociables sino de individuos inspiradores, que no solo consiguen motivar a su equipo, sino que además, con frecuencia consiguen cerrar los mejores tratos y atraer más clientes.
Es así que, ser una persona carismática puede influir notablemente en el éxito de tu carrera profesional. Afortunadamente, se puede entrenar. Para ello es preciso que entiendas cómo funciona este rasgo, bien podríamos decir que en esencia el carisma se sostiene sobre varios pilares. Es decir elementos claves que un individuo debe desarrollar para potenciar su carisma.
Dado que no todas las personas carismáticas son iguales, podríamos señalar muchísimos elementos que suman cuando se trata de fortalecer este atributo. Sin embargo, para efectos de este artículo, enfocaremos nuestra atención en tres pilares esenciales que debes cultivar en ti si deseas convertirte en una persona llena de carisma.
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Presencia
La presencia es un estado en el cual una persona es capaz de expresar sus pensamientos, emociones, valores y potencial de una forma tal que logra conectar con los demás. Las personas siempre estamos transmitiendo sensaciones. Alguien que está presente, consigue hacer que aquello que transmite resuene en quienes le ven o le oyen.
El carisma se fundamenta en gran medida en esto. Pues, ser carismático no solo se trata de cómo nos vemos o como hablamos, sino que tiene mucho que ver en cómo hacemos sentir a quienes nos rodean. Si las personas se sienten mal cuando están en tu presencia ¿Por qué te seguirían? Probablemente no lo harían.
En la entrega de los Premios Globo de Oro, la actriz Reese Witherspoon dijo: «Cuando Oprah habla, todo el mundo se para y escucha». Fue así como presentó a la muy famosa Oprah Winfrey. Y es que sin duda, Oprah es una comunicadora carismática, que destaca por su nivel de presencia. De allí que aquellas palabras sean tan perfectas para introducir a Winfrey en escena.
Pero difícilmente esto sea una simple casualidad. Oprah ha entrenado su capacidad de transmitir durante años, pero además, cuando habla lo hace sin falsas posturas, por el contrario es conocida por su calidez y facilidad para conectarse a nivel humano con las personas. De eso se trata realmente el carisma.
La presencia, tiene que ver con estar en el momento, tu atención ha de estar enfocada en el presente. Cuando esto no es así, las personas tenderán a sentirse menos conectadas contigo, y con lo que sea que estés haciendo o diciendo.
Por otro lado, estar presente está profundamente ligado al lenguaje corporal: tu respiración, tu postura, gestos e incluso, las sensaciones sutiles de tu cuerpo. Cuando se está presente el lenguaje corporal debería ser cónsono con este estado. Sin embargo, las inseguridades, el estrés y otros factores pueden alterar el lenguaje de nuestro cuerpo.
En este sentido, una manera de fortalecer nuestro carisma es por medio del estudio de la oratoria. Esto a fin de tener mayor control sobre la forma en que nos movemos, gesticulamos y proyectamos nuestra voz. Todo esto mejorará nuestra presencia no sólo porque tendremos herramientas útiles, sino que además, nos sentiremos más confiados, lo que hará que sea más fácil mantener nuestra atención en el presente, y las personas conectarán más fácilmente con nosotros.
Autenticidad
Tener un carisma irresistible no se trata de montar un personaje que cautive a una audiencia. Según algunos historiadores Churchill pasaba todo el día con el mismo vaso de Whisky y el mismo cigarro, se trataba solo de un personaje que había construido para crear controversias y que las personas se fijarán en él.
Esto puede funcionar por un tiempo, y solo para atraer a algunas personas. Pero hay algo más poderoso y es la autenticidad. No existe una forma única de ser carismático, por el contrario existen muchas formas, y no hay razón para que eso que tú tienes para ofrecer no suponga una forma de carisma.
De hecho, la autenticidad funciona muy bien porque cuando eres tú mismo, es más probable que estés presente a cuando estás interpretando un papel. Asimismo, cuando eres tú mismo, tu convicción y pasión serán mucho más evidentes, por lo que resultará más inspirador para los demás.
Un ejemplo de carisma basado en la autenticidad es Barack Obama. Este ex presidente estadounidense enfrentó en su primer periodo grandes crisis, sin embargo, consiguió ser reelecto para un segundo periodo ¿Cómo? Mostrándose fiel a sí mismo, a sus valores e ideas.
Un aspecto relevante en caso de Obama, y de la autenticidad en general es que se convierten en un ejemplo a los demás, porque son fieles a sí mismos, y además suelen tener valores muy internalizados. En consecuencia, sus comportamientos obedecen a sus propios valores y principios, por lo que no se dejan influenciar fácilmente por el entorno. Esto es algo que potencia fuertemente el carisma en una persona.
Otro ejemplo de carisma basado en la autenticidad es Sundar Pichai, CEO de Google, cuyo liderazgo se caracteriza por un fuerte arraigo en valores como la colaboración y el trabajo en equipo, diferenciándose bastante de otros estilos de gerencia.
La autenticidad hace a las personas menos vulnerables frente a las presiones sociales, y jerárquicas, lo que permite mantener una línea coherente a lo largo del tiempo. El resultado de esto son acciones coherentes con sus principios y valores, lo que se traduce en carisma.
Audacia
Las personas audaces se caracterizan por destacar, y esto sin duda, hace que las personas se sientan atraídas. Además, se muestran seguros, valientes y determinados, rasgos igualmente compatibles con una personalidad carismática.
Por otro lado, quienes toman el camino de la audacia, suelen lograr grandes cosas e inspirar a otros a hacer lo mismo, estimulando así el crecimiento, y el avance.
No se debe confundir a una persona audaz con alguien necesariamente bullicioso o que guste de ser el centro de atención. Las personas con el don de la audacia hablan cuando tienen algo que decir, desafiando los estándares cuando es necesario.
Un rasgo interesante de la audacia desde la perspectiva del carisma, es su visión ambiciosa, pero equilibrada con la capacidad para reconocer errores, y corregir el rumbo cuando es preciso.
Un buen ejemplo de carisma audaz es el mostrado por Steve Jobs durante toda su vida, sobre lo cual se han escrito libros, miles de artículos y rodado películas y documentales.
Quizás un casi menos evidente, es la cantante Lady Gaga, conocida en sus inicios por un estilo disruptivo que le proveía de un carisma muy particular, sin duda muchos recordarán su vestido de carne.
Pero que con el tiempo se permitió cambiar para dar paso a un estilo diferenciador e igualmente auténtico, fiel a su esencia musical, y que le ha permitido conectar con una audiencia mucho más extensa a través de presentaciones como la vista en la última entrega de los premios Oscars con Liza Minnelli.
Esto nos muestra que la audacia en cuanto al carisma se refiere, no se trata de producir constantes cambios súbitos y atrevidos, sino de entender cuándo es preciso oponerse a la corriente predominante, así como cuándo es necesario cambiar, pero sobre todo se trata de tener el coraje de actuar.
La audacia en términos de carisma es visión combinada a la valentía para ejecutar.
Imagen: Alexander Suhorucov