Tenemos la agenda llena de reuniones y el calendario marcado con plazos de entrega. No hay horas, no hay días, solo nos quedan obligaciones.
Hemos olvidado que entre salir del trabajo y dormir, hay más cosas, y no hablo del viaje de vuelta a casa. Pienso en la familia, en los amigos y en nosotros mismos. Pienso que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar porque si nuestra vida es el trabajo, ¿para qué queremos jubilarnos?
Es verdad que el trabajo ocupa muchas horas de nuestra semana y que, de lunes a viernes, es nuestra tarea principal pero no la única. Nuestros padres, hijos, abuelos, pareja… no son cosa del fin de semana. El deporte, la compra y las buenas costumbres no son coches, no podemos dejarlos aparcados el domingo y recogerlos como si nada el viernes a medio día.
La vida sigue mientras estamos en la oficina, antes también y después ni te cuento. Los árboles florecen, los niños crecen y nuestros padres se hacen mayores mientras nosotros pasamos horas delante del ordenador.
Por quitar, quitamos hasta horas de sueño y eso que un buen descanso es necesario para rendir mejor.
Si analizamos nuestra rutina semanal, probablemente sea de mala calidad. Tenemos pocas horas libres y las que nos quedan después de restar jornada laboral y atasco suelen ser para cenar cualquier cosa y ver un par de capítulos de la serie del momento. Por eso nos fascinan las personas a las que les da tiempo a trabajar, cocinar menús saludables, hacer deporte habitualmente y apuntarse a clase de inglés. No es que sus días tengan más horas que los nuestros, simplemente tienen las prioridades claras y la vida ordenada.
En realidad puede darnos tiempo a todo, basta con estar siempre concentrados en lo que estamos haciendo: si estamos en el trabajo: trabajamos, si estamos en casa: nos olvidamos del móvil y del correo electrónico, si dormimos: apagamos las pantallas, si vemos una película: nos dejamos de cuentos.
Hacemos tantas cosas a la vez que, al final, no tenemos la sensación de estar haciendo ninguna plenamente. Pongamos orden en nuestra rutina, saquemos partido a todo el tiempo que tengamos, verás que juego da.
Te dejo una lista de ideas para “vivir entre semana”:
-Visita a tus padres, abuelos, hermanos y primos. Inclúyelos en tu rutina y forma parte de la suya.
-Aprovecha para practicar algún deporte, seguro que puedes encontrar 45 minutos para ir al gimnasio, además, ahora los hay que abren 24 horas.
-Lee un libro que no tenga nada que ver con el trabajo.
– Apúntate a clase de algo: pintura, idiomas… todos tenemos algo que aprender.
– Queda con amigos para tomar algo o sal a dar una vuelta con tu pareja.
– Haz algo de voluntariado.
– Respira.