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Cómo mantener el rumbo cuando el mundo parece venirse abajo

Mantener el rumbo cuando todo parece perdido es posible. Toma el timón con firmeza y adéntrate sin miedo a la tormenta.

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Imagen de Vecstock

No endulcemos esto. La vida no es un cuento de hadas, eso lo sabemos bien. Un día estamos en la cima, y al otro estamos en el fondo. 

Yo también he pasado por momentos difíciles. De hecho, te escribo desde uno de ellos. Y mientras, el mundo se tambalea entre noticias desalentadoras y pronósticos sombríos. 

Pero no estoy sola en esto. Sé que muchos también enfrentan situaciones duras, que les han quitado paz y tranquilidad a su vida. Sobre todo ahora, que el mundo parece que se va a pique entre guerras, crisis y calentamiento global. 

¿Cómo mantener el rumbo y la concentración en medio del caos?

No te voy a hablar de resiliencia, esa palabra tan gastada por estos días. Pero sí te diré que hay formas de mantener la motivación, mantenerte enfocado e incluso crecer, en estos momentos de caos.

De eso se trata esta nota.

Bajar el ritmo

Cuando ante el alboroto del mundo hablo de descansar, algunos se escandalizan. Piensan que trabajar más duro es la única solución. Pero no siempre es así. Muchos de quienes piensan que la mejor solución es doblar los esfuerzos, sólo están evadiendo. Prefieren estar haciendo algo, cualquier cosa, antes que tener que enfrentar emociones incómodas.

No es huir de los problemas. Es recargar las pilas y enfrentar el mundo con más energía. Si dejas que tu batería se agote, tal como sucede con el móvil, perderás capacidad de carga.

No necesitas unas vacaciones largas o dejar todo. Nada más bajar el ritmo. Por ejemplo, salir a la hora del trabajo o dejar el gimnasio por un tiempo.

Pero no vale cualquier cosa como descanso. No te pases el día mirando el móvil o la tele, que te distraen y te saturan. Haz actividades que te relajen, como leer, escuchar música o, simplemente aburrirte.

Recurre a tu red de apoyo

Somos seres sociales. Necesitamos conectar con los demás, especialmente en tiempos difíciles. Todos tenemos una red de apoyo, pero no siempre la usamos.

No dejes que el orgullo te impida pedir ayuda cuando la necesites. No importa si se trata de dinero, consejo, desahogo o compañía. Un sistema de apoyo sólido y positivo es clave para recuperar tu brillo.

Pero también necesitas personas honestas, aunque a veces te incomoden sus palabras. Por ejemplo, mi mamá es mi crítica más severa. Pero sus comentarios son tan sinceros y genuinos que me ayudan a enfocarme en lo esencial.

Hace poco, en un evento exclusivo de Dévé, hablamos de la importancia de cuidar las amistades y los contactos profesionales. No esperes a perder tu trabajo para salir corriendo a buscar oportunidades. Lo mismo pasa con tu red de apoyo. No esperes a caer en el abismo para buscar apoyo.

Lee este artículo sobre los tres tipos de personas que debes tener en tu vida.

Mantén tus objetivos a la vista

Cuando no se tiene calma o estabilidad es fácil caer en la rutina o el piloto automático y olvidarnos de lo que realmente queremos lograr. Una estrategia simple pero efectiva es escribir tus objetivos en una pizarra que tengas en tu habitación o en tu oficina. O puedes poner una nota en tu ordenador o en tu móvil con tus metas.

Pero hay algo que puede hacer y es aún más poderoso: compartir tus objetivos con alguna persona. Un estudio de la Universidad Dominicana reveló que escribir tus objetivos y compartirlos con un amigo aumenta tus posibilidades de éxito.

Según el estudio, más del 70% de los participantes que enviaron actualizaciones semanales a un amigo lograron sus objetivos o estaban muy cerca de hacerlo. En cambio, sólo el 35% de los que se guardaron sus objetivos y no los escribieron alcanzaron lo que se propusieron.

Soluciona un problema a la vez

Con tantas cosas sucediendo en el mundo, es normal sentirse abrumado y paralizado. Parece que se tiene que resolver todo al mismo tiempo. Pero no puedes resolver todos los problemas del mundo. Ni siquiera todos los tuyos, de una sola vez.

Como dice la canción: No hay que llegar primero sino saber llegar. Y sin duda, si llegamos a la meta estresados, enfermos y solos. Entonces estamos llegando mal.

No podemos comernos el mundo de un bocado. Necesitamos dar pequeños mordiscos. Resolver un problema a la vez. Identificar las prioridades, y probar soluciones hasta dar con la adecuada. No te desanimes si no ves resultados inmediatos. 

Lo importante es que no te quedes estancado, que te mantengas en movimiento, ajustando el ritmo cuando haga falta. Pequeños pasos consistentes te acercarán a la meta.  

Y hablando de cosas pequeñas. No olvidemos celebrar las pequeñas victorias. Conseguir una entrevista no es lo mismo que conseguir un trabajo, pero es un avance, un paso en la dirección correcta. Merece celebrarse.

Sé flexible

Imagina que tienes un plan para llegar a tu destino soñado. Pero de repente, el mundo se vuelve loco: terremotos, tsunamis, y estampidas. Todo cambia. ¿Qué haces? ¿Te quedas con el mismo plan? ¿O te adaptas a la nueva realidad?

Para mantener el foco, no basta con tener un objetivo claro. También hay que ser flexible y ajustar la ruta según las circunstancias. En tiempos de crisis e incertidumbre, la flexibilidad es una virtud. Los que no la tienen se estrellan contra los muros que van emergiendo en medio del caos. Y mientras se lamentan de sus heridas, pierden de vista la meta.

Pero si somos flexibles, veremos más allá de los obstáculos. Reconocer que el entorno ha cambiado y que la ruta también debe cambiar es el camino a nuevas oportunidades. 

Pero cuidado, no basta con ver las oportunidades. También es preciso atreverse a actuar y a tomar riesgos. Sólo cuando nos arriesgamos conseguimos crecer. 

¿Te falta motivación para perseverar en tus propósitos? Este artículo es para ti.

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Creo que existe una solución para cada problema. Y que toda solución comienza con la actitud correcta. Soy licenciada en administración, me apasionan las personas, las organizaciones y encontrar formas para crecer, relacionarnos y construir nuevas y mejores realidades.

¿Qué opinas? Hablemos.