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¿Cuál es tu peor hábito a la hora de escuchar?

Hoy en día contamos con más recursos que nunca en materia de comunicación, y en teoría sabemos sobre lo necesario que es escuchar. Incluso sabemos que escuchar tiene más poder que hablar, y a veces, es lo más bonito que puedes hacer por una persona

Sin embargo, de lo dicho a lo hecho hay un trecho. Hace algunos días Dévé hizo una encuesta para conocer el peor hábito a la hora de escuchar. Las opciones eran cuatro, y curiosamente, los resultados fueron los siguientes:

Los malos hábitos confesados o sin confesar son entorpecedores de la comunicación. Claramente, hay más; sin embargo, vale la pena proceder al análisis de los cuatro más destacados.

 

Pensar solo en responder

 

La mayoría de las veces estamos más concentrados en nuestra posible respuesta y no en nuestro interlocutor. Ahora bien, mientras estamos pensando en qué responder, nos perdemos aproximadamente el  70% de la información que el otro quiere transmitirnos ¿Podremos responder algo inteligente habiendo recibido menos de la mitad de la información? Claramente no.

El problema está en que el cerebro retiene esa poca información y la convierte en el mensaje recibido; por esta razón muchas veces aseguramos que nos han dicho algo, cuando en realidad lo que nos han dicho es una cosa totalmente diferente.

 

Interrumpir

Este es el segundo peor hábito según la encuesta. Está claro que la mayoría caemos en este error, aunque seguramente pensemos que somos lo mejores escuchas del mundo.

(Lee «¿Quieres caer mejor? Deja de interrumpir)

En el momento en que el interlocutor es interrumpido, no solo se está respondiendo a un mensaje incompleto en el que no se puede analizar toda la idea, sino que también de cierta manera se le está atacando, porque no le permitimos explicarse al 100%.

 

Oír mientras miras el móvil

Hace muchos años nos costaba salir de casa sin el reloj. Hoy en día es imposible vivir sin los aparatos móviles, que a decir verdad, facilitan la vida en muchos aspectos, pero la complican en muchos otros. Esta herramienta nos permite estar conectados con muchas personas en muchos lugares al mismo tiempo, pero cuando nos convertimos en esclavos de la misma. En vez de conectarnos, nos desconecta. Terminamos por convertirnos en personas que, en vez de estar viviendo en la realidad del momento, estamos pendientes de un mail, un WhatsApp, una alarma o incluso una red social.

El investigador Albert Mehrabian descompuso el impacto de la comunicación y encontró que 7% es verbal (palabras), 38% vocal (tono, matices, pausas, entonación, ritmo…) y 55% es el lenguaje corporal (señales, mirada, expresión facial, postura…).

El doctor afirmó que más del 65% de nuestra comunicación es no verbal, entonces si en vez de estar mirando a nuestro interlocutor, estamos concentrados en el teléfono. ¿Te imaginas cuanta información nos estamos perdiendo?

 

Terminar la frase del otro

 

Quizá este es un punto que según la encuesta afecta a menos personas; pero seamos sinceros, todos alguna vez lo hemos hecho, te explicaré por qué.

Terminar la frase del otro es la suma de interrumpir y pensar solo en responder. Lo grave es que aquí se le añada una variable que es incluso más negativa que las anteriores, esta es suponer.

Suponer es hacer una conjetura sobre hechos y causas en una situación, en otras palabras es anteponer lo que imaginamos sobre algo a la verdad, llegando a creer que es real. Este comportamiento malsano, no solo distorsiona el mensaje sino que además produce confusión y posiblemente una respuesta negativa de nuestra parte.

 

En muchas ocasiones cuando nos están transmitiendo un mensaje a nosotros y a más personas, aunque el transmisor sea el mismo cada uno entiende cosas distintas ¿Sabes por qué?

Esto se debe a que las personas percibimos el lenguaje verbal y no verbal dependiendo de la información que tenemos en nuestra cabeza (expectativas, límites personales, valores, estados de ánimo, etc.) y de nuestro estado anímico del momento.

Hay días que vemos todo gris y otros en en los que vemos todo de color rosa, por esta razón en ocasiones estamos más abiertos a escuchar sin caer en los 4 hábitos mencionados anteriormente, pero hay otras en las que al estar predispuestos entendemos lo que queremos entender.

Es importante tener en cuenta que la comunicación no es un trabajo individual, en el ejercicio de trasmitir mensajes siempre hay más de dos personas. La próxima vez, si no comprendes bien el mensaje es mejor preguntar. Si sientes que el mensaje que te están trasmitiendo es negativo, antes de responder a la defensiva pregunta. Si te has distraído por estar pensando en qué responder para quedar bien, créeme es mejor preguntar y no responder cosas que no tienen nada que ver.

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Soy life coach y escritora de bienestar emocional. Los años en el sector privado me inspiraron a volcarme en el mundo de la inteligencia emocional y el liderazgo. Actualmente, además de escribir para Dévé escribo en valorarteblog.com. Espero poder aportar con mis artículos herramientas que mejoren tu vida laboral.

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